El fuego cruzado que quebró al Club Social de Colo Colo

Las diferencias que Paloma Norambuena, ex directora de Blanco y Negro S.A. en representación del Club Social y Deportivo (CSD), expresó en contra de Fernando Monsalve, presidente del CSD, terminaron ventilando una batería de gestiones deficientes y errores procedimentales. Norambuena acá dispara sin piedad, mientras que Monsalve expone su defensa.

Las diferencias que Paloma Norambuena, ex directora de Blanco y Negro S.A. en representación del Club Social y Deportivo (CSD), expresó en contra de Fernando Monsalve, presidente del CSD, terminaron ventilando una batería de gestiones deficientes y errores procedimentales. Norambuena acá dispara sin piedad, mientras que Monsalve expone su defensa.

Paloma Norambuena no tenía que hacerlo. Su deber era para con el directorio de Blanco y Negro S.A. (ByN), la concesionaria que administra al equipo de primera división Colo Colo, sin embargo lo hizo igual. Escribió una carta dirigida al directorio del Club Social y Deportivo Colo Colo (CSD) para explicar su salida anticipada del directorio de la sociedad anónima y, en la misma, aprovechó de disparar dardos directos en contra de Fernando Monsalve, actual presidente del CSD, entidad con derecho a dos directores (de nueve) en el directorio presidido por Aníbal Mosa.

En la misiva, la abogada acusa a Monsalve, también abogado, de protagonizar “conductas impropias y poco profesionales” y rememora un episodio concreto en el que el presidente del CSD acompañó al plantel a La Paz para su encuentro con Bolivar- el 14 de marzo- por Copa Libertadores: “¿De verdad no les llama la atención que, encontrándonos demandados por Leonidas Vial (contraparte de Mosa en el directorio) por algo así como ‘mantener relaciones muy estrechas’ entre el CSD y Blanco y Negro, Fernando Monsalve no debiera siquiera exponerse a un viaje conjunto con Aníbal Mosa? ¿No les parece cuestionable que el presidente del Club viaje financiado por Blanco y Negro, justamente para negociar un acuerdo sobre un litigio pendiente con ellos?”.

En diálogo con este medio, la ahora ex directora de Blanco y Negro se explaya en este punto: “La excusa que le dio al directorio del club es que tenía que negociar o ver temas pendientes con Aníbal Mosa.  Mosa yo creo que ni se enteró de que tenía temas pendientes con Monsalve. Yo lo que le decía a los del directorio del club es: ¿no les llama la atención que haya pasado un año completo desde que apoyamos a Mosa y que tenga que ir a un partido de la Copa Libertadores pagado por ByN para negociar temas pendientes?  Monsalve, por supuesto, dice que él se pagó los pasajes. Es algo tan sencillo como que le pidan a Monsalve la cuenta. Yo sé que facturó los pasajes y el hotel uno o dos días después de la carta que yo mandé. Lo sé porque todavía estaba en ByN”.

A partir de esto, nació una serie de versiones encontradas entre Monsalve y Norambuena. Sobre este punto, efectivamente el presidente del CSD señala que él se pagó los pasajes, y que los facturó antes de que se hiciera pública la carta de Norambuena: “Viajé por distintas cosas que había que afinar y porque el directorio nacional (del CSD), hace mucho tiempo decidió que teníamos que ocupar todos los espacios disponibles que tenga la dirigencia del Club. Una de esas es acompañar al equipo donde haya que hacerlo. El viaje a Bolivia lo pago yo. Está facturado desde antes de que saliera esta polémica. A nosotros, si bien nos toca asumir las críticas, no vamos a ceder en aspecto de que si hay que acompañar o no. Mi opinión personal es que estos son viajes institucionales -más allá de que a mí me guste ir a ver a Colo Colo-, y que los tienen que pagar ByN. Si no, lo que hacemos es un tema tremendamente clasista. No hay posibilidad de que un obrero sea presidente del Club en los próximos años”.

Existe un documento, con fecha 9 de marzo, que efectivamente evidencia la solicitud de Monsalve a Ricardo Lobos, gerente de administración y finanzas de ByN. En ella el abogado solicita la gestión de su viaje a Bolivia y termina el párrafo sugiriendo que “cuando corresponda me avisas del respectivo pago”. Monsalve debe pagar antes del 5 de abril.

El segundo punto del texto de Norambuena acusa al directorio nacional del Club (o la “Corporación”), de desconocer absolutamente los asuntos legales en los que se han involucrado. Esto por lo siguiente: hace casi un año, cuando la presidencia de Aníbal Mosa en ByN dependía de los dos votos que disponía la Corporación, tanto el empresario puertomonttino como Leonidas Vial, la carta opositora, se sentaron a negociar con el CSD. Se expusieron programas de gobierno y tanto Paloma Norambuena como Pablo Acchiardi, los dos directores del Club en ByN, votaron finalmente por lo que ofrecía Mosa, consolidando así una mayoría de cinco contra cuatro en la mesa directiva. Dos días después el mismo Mosa firmaba un documento que, a la postre, traería problemas. “Compromiso de Venta de Acciones” se titula el texto firmado ante el Notario Público Juan Facuse. En él Mosa compromete “la venta de todas mis acciones que detente la persona natural y/o jurídica en la sociedad anónima Blanco y Negro S.A.” El documento zanja un plazo de cinco años para pagar la totalidad del precio. A pesar de que se titula “compromiso”, la hoja está firmada solo por Mosa, y por nadie más.

Paloma Norambuena cree que fue una torpeza, comunicacional y política haber participado de un acto que está prohibido dentro de los estatutos de Blanco y Negro, pero Monsalve se defiende subrayando que, además de no haber firmado, no es un compromiso, sino “una oferta de Mosa que no implica compromiso alguno con el Club”. Pero Norambuena acusa ingenuidad: “La Corporación no tiene peso dentro de ByN, porque no ha definido su política. La gente del Club no se ha estudiado las leyes ni los estatutos de ByN, entonces la posibilidad de que la Corporación haga algo dentro de ByN es mínima. El problema es que Monsalve no se había leído los estatutos de ByN en donde sale expresamente que la Corporación tiene prohibición absoluta de hacer pactos de accionistas con otros accionistas. Un acuerdo es un pacto. De eso se colgó (Leonidas) Vial para decir que nosotros teníamos un montón de acuerdos con Mosa. Y nos demandó”.

Pero el programa de gobierno traía otro compromiso: la venta del total de las acciones de Mosa hacia el CSD. El empresario es el principal accionista, con un 29,8 por ciento de las acciones de Blanco y Negro bajo su propiedad. Lo que dice Paloma Norambuena es que la Corporación no ha sabido hacerse responsable en un proceso que conlleva una serie de importantes responsabilidades. “Con la compra de acciones no ha pasado nada. No hay una figura legal para hacerlo y se dieron cuenta hace un mes, siendo que yo lo advertí en mayo. Se dieron cuenta además de que es mucha plata. No hay voluntad del Club para comprar las acciones. Porque el 30 por ciento de las acciones es mucha plata. Era posible si se hace una campaña comunicacional, pero ha pasado un año y no han hecho nada. Yo le mandaba material a Monsalve y después me peleé varias veces con él, la relación era cada vez más mala. Nos entendíamos poco. Teníamos reuniones para tratar de mejorar nuestra relación. Él hablaba y cuando le tocaba escuchar se paraba y se iba”.

Ante esto Monsalve responde: “Respecto a las acciones, me parece de un desconocimiento absoluto. Eso no iba asociado al voto para presidente, pero sí fue una propuesta de uno de los accionistas. La complejidad es mayor, porque existen restricciones en el contrato de concesión, entonces el abogado especializado en el tema, y que está trabajando hace meses con nosotros, se ha reunido con los abogados de Aníbal Mosa, ha planteado la figura jurídica al directorio nacional hace cuatro meses, y hemos determinado que no decida ni yo ni el directorio nacional, sino que el órgano rector del club, que es la asamblea de socios. Cuando uno se compromete a un proyecto así, son los socios los que tienen que decidirlo”.

“El presidente ha sido negligente en su cargo”, dispara también Norambuena en su escrito. Monsalve y Mosa acordaron una serie de puntos a cambio del voto por la presidencia. El documento exponía algunas demandas que debían ser satisfechas por Mosa, como por ejemplo la implementación de precios populares en las entradas, un proyecto para potenciar el futbol formativo y femenino de la institución y la presentación de un proyecto deportivo para establecer plazos, formas, indicadores y sustento valórico con miras a objetivos nacionales e internacionales, entre otros.

Según indica Norambuena, ninguno de los puntos acordados ha sido cumplido: “Hoy, pasado un año desde esos acuerdos, ninguno de estos avanza ni se ha cumplido”. “No hay políticas de precio, no hay políticas de futbol formativo, femenino, inclusión. No hay nada. No hay una línea política, que fue lo que siempre esperé. Eran una serie de slogans que perdieron sustrato”, agrega.

Monsalve y su directiva se defienden exponiendo su principal logro: los precios populares. “Se ha avanzado. Sin duda somos críticos de que ojalá avanzáramos más. Los precios populares son nuestros. Los precios populares son para toda la gente. Desde que llegamos se han impuesto y hoy el 80% de los partidos los tienen. Son precios que no están desde los 90’”.

Cuando Mosa no estaba preocupado de atender algunas demandas que Norambuena y Acchiardi tenían, la directora de ByN le comunicó a la Corporación que se ausentaría de la próxima junta directiva de la sociedad anónima para no respaldar incondicionalmente a Mosa y que, así, este les ofreciera un espacio para reunirse. Según cuenta la abogada, Monsalve a esto reaccionó diciendo que no convenía “hacerle olitas a Mosa”. Esta fue, según dice, la gota que rebalsó el vaso. Y esa es la máxima expresión del conflicto entre Monsalve y Norambuena. Los vínculos que se debían construir con Mosa, según Norambuena, debían ser cordiales y estrictamente profesionales, pero al parecer la forma de relacionarse que tenía Monsalve era más cercana e informal.

Los directores que representan al CSD en Blanco y Negro no pueden ser removidos de su cargo por el CSD, ya que responden a otra institución (ByN). No obstante, la Corporación acostumbra a solicitar la renuncia de sus representantes una vez al año según los objetivos que se planteen para el año. Paloma Norambuena y Pablo Acchiardi iban a abandonar su cargo a fines de marzo, pero Norambuena se adelantó luego del extenso mazo de diferencias que acumuló con Monsalve. Daniel Morón asumirá uno de los asientos, mientras que el otro será ocupado por Edmundo Valladares, secretario general de la Corporación y mano derecha de Monsalve.

Respecto de la venta de acciones y el compromiso firmado ante notario, desde el CSD están conscientes de que la jugada roza ciertos límites, y la próxima asamblea de socios servirá para informar y definir el proceder del Club para poder llevar a cabo la transacción sin riesgos legales. Quedan cuatro años para cerrar esa intención.





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