La humanidad nunca había estado tan cerca como ahora de una nueva guerra mundial desde la crisis de los misiles en Cuba en 1962, sin embargo entre un hecho y el otro hay una diferencia sustancial, en aquella ocasión había evidencia de la presencia de cohetes soviéticos en la isla, y en ésta, todo surge de una fabricación mediática y de organizaciones interesadas en mantener el conflicto como vía de autofinanciamiento y lucro, lo cual, fue utilizado por los enfebrecidos sectores de la ultra derecha que ostenta el poder en Estados Unidos como justificación para colocar al mundo en vilo y al borde de decisiones de impensables consecuencias.
En esto influye no solo el temperamento cambiante, la superficialidad e irresponsabilidad del jefe imperial, también el de su entorno que pretende manejar el mundo a partir de su talante mafioso y bajo los dictados de su ambición hegemónica. Veamos: en su comparecencia ante el Congreso de Estados Unidos, al referirse al tema, el Jefe del Pentágono James Mattis, aseguró que “Ha habido varios ataques de este tipo. En muchos casos, usted sabe que no tenemos tropas, no estamos involucrados en el terreno allí, así que no puedo decir que tuviéramos pruebas, a pesar de que contáramos con muchos indicios de medios y redes sociales de que se usó cloro o sarín”, con lo que confirmó la fuente de donde se ha obtenido la información respecto a los supuestos ataques químicos. Al igual que Gran Bretaña en el caso de los espías rusos envenenados, Estados Unidos se ha negado a una inspección internacional por los organismos autorizados de Naciones Unidas, con ello además, se le da un golpe a la credibilidad de la estructura internacional garante de la paz en el planeta, creando un peligroso precedente en esta materia.
Desde otra óptica, Nikki Haley, embajadora de Estados Unidos ante la ONU aseguró que se había llegado a un momento en que el mundo (es decir Estados Unidos y la OTAN) deben hacer justicia. Haley afirmó que “la historia registrará éste como el momento en que el consejo de Seguridad cumplió con su deber o demostró su completo fracaso para proteger a Siria” y concluyó con su ya habitual amenaza “De cualquier manera, Estados Unidos responderá”. En palabras entendibles quiso decir que no le importaba en lo más mínimo la opinión de la ONU y de los miembros del Consejo de Seguridad. Estas opiniones, no son más que la configuración modernizada de la Doctrina Bush: “O están con nosotros o están con el terrorismo”, que sirvieron para dar inicio a la guerra en Afganistán que ya dura 17 años, sin que Estados Unidos haya podido conseguir la victoria y si, un aumento de la producción de opio en el país centro asiático, que llegó a crecer un 87% en 2017.
El paraguas protector de estas declaraciones vino dado por el propio Trump quien con su habitual retórica banal y frívola se permitió amenazar a Rusia. Al referirse a los misiles que lanzaría contra Siria alertó: ¡Prepárate, Rusia, estarán llegando, bonitos, nuevos e inteligentes! Para echar más “leña al fuego”, el director de la CIA Mike Pompeo, en su comparecencia ante el Congreso, en la búsqueda de su ratificación como secretario de Estado aseguró que: “En Siria, hace unas semanas, los rusos fueron castigados. Murieron un par de cientos de rusos”.
Dígame usted amigo lector, si no es sumamente peligroso que la humanidad esté en manos de este grupo de mafiosos para quienes el único valor respetable es la obtención de lucro a cualquier precio y en cualquier lugar del mundo, entendiendo que la mejor forma de lograrlo es a través de la exportación del modelo neoliberal y de democracia representativa estadounidense, para lo que cuentan con la OTAN como principal instrumento de imposición.
En el caso de Siria, ¿a quién se le puede ocurrir que un gobierno y un ejército victorioso que han derrotado al terrorismo con la ayuda de sus aliados internacionales, quiera utilizar armas de destrucción masiva contra un enemigo prácticamente derrotado y confinado a escasos rincones del país, solo protegidos por Estados Unidos y Turquía? Hay que recordar que esa práctica de atacar a un enemigo derrotado, es también parte de la doctrina militar estadounidense cuya habitual cobardía, los llevó a lanzar dos bombas atómicas contra ciudadanos inermes, destruyendo las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en Japón, en agosto de 1945, cuando el emperador estaba rendido y solo negociaba su permanencia en el trono. El dicho popular refiere que “todo ladrón juzga por su condición”
En otro ámbito, toda esta parafernalia ha servido como justificación para la suspensión de la participación de Trump en la Cumbre de Lima, toda vez que el presidente debió quedarse en el país por los preparativos que Estados Unidos está haciendo para un eventual ataque militar a Siria y para “vigilar los acontecimientos globales”, según informó su vocera.
Los medios de difusión hablan preeminentemente de este tema, por las posibles repercusiones que pueda tener para la paz mundial, pero también por las razones reales que pueda haber tenido Trump para desistir de participar en la Cumbre. A esto se le dan varias interpretaciones: en primer lugar los problemas que está enfrentando internamente. Se sabe que Trump está indignado por el allanamiento del FBI a la oficina y residencia de Michael Cohen, su abogado personal. En este caso, no se trata de investigar sobre “fantasmas rusos” sino sobre prostitutas de carne y hueso, cuyos servicios están lejos de corresponder a alguno de los deberes que la Constitución establece para el jefe de la Casa Blanca. Esta y otras medidas parecen indicar que se va cerrando el círculo sobre él y que podría llevarlo a enfrentar un ‘impeachment’ en los próximos meses.
Por otra parte es evidente la falta de interés de Trump en América Latina y el Caribe, es claro que la región no es una prioridad para él. No ha tenido una agenda clara, solo la imposición de sus intereses. Los pocos beneficios que ha tenido algún país de América Latina (Colombia, México y Argentina) han sido a cambio de concesiones soberanas. No ha habido búsqueda de intereses comunes, salvo la agresión contra Venezuela.
Trump desprecia a América Latina. Ha culpado a México por la pérdida de empleos, amenazó con romper un pacto comercial con su vecino del sur y Canadá y lanzó su campaña describiendo a los inmigrantes mexicanos como “violadores” y traficantes de drogas. También apuntó a la migración desde Nicaragua, Honduras, Guatemala y El Salvador y ha amenazado con cortar la ayuda a Colombia y Perú por el tráfico de drogas. Uno de sus proyectos más importantes es construir un muro a lo largo de toda la frontera entre México y Estados Unidos, lo que ha sido rechazado en todos los países. A pesar de esto, en una muestra clara de servilismo, el ministro de economía de México, Ildefonso Guajardo, al enterarse de la ausencia de Trump en Lima exclamó: “Vamos a extrañarlo”.
Lo curioso es que Trump estableció como cuartel general para “vigilar los acontecimientos globales” y para dirigir la guerra contra Siria su lujoso palacio personal de Mar-a-Lago. Lejos del cada vez más desagradable ambiente de Washington que lo acosa y aburre, en Palm Beach, estado de la Florida, donde el 96% de la población son euroamericanos y de ellos 93,8% blancos no hispanos, Trump se siente más a gusto. Además, está feliz por haber tenido una coartada que le evitó tener que reunirse con los desagradables presidentes latinoamericanos y del Caribe, entre los cuales hay varios “negros de mierda”.
Estos, tendrán que ir a Lima para encontrarse con el vicepresidente Pence quien a regañadientes viajó al Perú a participar en una Cumbre que nació muerta. Por eso la queja del Senador Marcos Rubio, quien deseoso de utilizar la reunión para continuar cerrando el dogal contra Venezuela y Cuba exclamó: “Se sienten desatendidos, y he escuchado eso una y otra vez durante casi una década”, “No importa quién esté a cargo, ellos sienten que Estados Unidos habla de la boca para fuera con el hemisferio occidental, pero en gran medida lo descuida”.
En fin, mientras esto ocurre en Occidente, del otro lado del planeta se ha realizado en China el Foro de Boao, casi simultáneamente a la Cumbre de las Américas en Lima, ambos persiguiendo aparentes objetivos similares en la medida que los dos eventos pretenden ser instrumentos para la integración y la cooperación entre países, toda vez que ambos cónclaves convocan a aquellas naciones que configuran el espacio inmediato, es decir el entorno de las dos mayores potencias económicas del mundo…pero hasta ahí llegan las semejanzas.
La Cumbre de las Américas es un evento convocado para acentuar la hegemonía imperial estadounidense, en el que en pie de desigualdad, los países de la región acuden puntualmente bajo el mandato predominante de Estados Unidos.
El Foro de Boao convocado bajo el auspicio y la promoción de China es un marco propicio para seguir avanzando en la búsqueda de “una Asia abierta e innovadora para un mundo de mayor prosperidad”, por lo que el debate busca ampliar los espacios de concertación política, apertura económica y colaboración en cuanto a la innovación tecnológica y productiva. Con ello China se propone el objetivo de construir una comunidad de destino común, a partir de la influencia y el apoyo mutuo entre los países que conforman este espacio geográfico. En el contexto actual, en el que la administración estadounidense ha tomado medidas que afectan el comercio mundial y avanzan en dirección contraria a la tendencia general de la economía, el presidente Xi Jinping ha enfatizado en el Foro que, en cumplimiento de los acuerdos del XIX Congreso del Partido Comunista de China, el país profundizará la política de reforma y apertura que en este 2018 cumple 40 años de su inicio y que al mostrar su éxito, permite al país abrir mucho más su economía al mundo, dando una señal positiva al planeta en medio de las turbulencias generadas desde Washington.
En este marco los anuncios del presidente Xi de facilitar el acceso al gran mercado de China, flexibilizando restricciones y ampliando la cooperación entre el mercado chino y los mercados extranjeros, así como la creación de un entorno más atractivo para las inversiones, una mejor protección a la propiedad intelectual y la ampliación del espacio para las importaciones chinas tienden a configurar un ambiente beneficioso para la economía global.
Todo este esfuerzo coadyuva indudablemente en la creación de un ambiente positivo para la paz, el desarrollo y la cooperación, no solo para Asia, también para toda la humanidad. La tradición china de relacionarse como iguales con otros países del mundo, la promoción del diálogo y la armonía y el respeto a la naturaleza crean condiciones para que los pueblos del planeta puedan pensar en un futuro más promisorio. El esfuerzo de China y del presidente Xi quien en sus palabras en el Foro de Boao ha reiterado la voluntad de su país y de su pueblo de avanzar hacia la construcción de una comunidad de destino común para toda la humanidad, tal como fue inscrito recientemente en la Constitución de la República Popular China, significan un aporte sustancial en el camino de lograr ese objetivo deseado por los ciudadanos de todas las longitudes y latitudes del planeta.