Y comenzó la VIII Cumbre de La Américas, la menos relevante, la menos mediática de entre todas sus versiones. Menos de la mitad de los presidentes convocados asistieron a la cita, que tiene lugar en Lima, Perú.
Ni Donald Trump, ni Raúl Castro, ni Nicolás Maduro, ni Daniel Ortega, ni Lenín Moreno, solo por nombrar algunos, se hicieron presentes en el evento que tuvo su origen en 1994 para tratar de implementar la frustrada Área de Libre Comercio de Las Américas, o ALCA.
Quien sí lo hizo -porque además es el dueño de casa-, es el recién asumido presidente de Perú, Martín Vizcarra, y lo hizo con un discurso en donde llamó a enfrentar la corrupción en el continente.
“Deseo convocarlos hoy, señores jefes de Estado y de Gobierno de las Américas, a adoptar compromisos concretos contra la corrupción. Hago un llamado también a ustedes, representantes de organismos internacionales, empresarios, sociedad civil organizada, ciudadanos y jóvenes de esta gran patria que se rige desde Alaska hasta Tierra de Fuego”, dijo quien remplazó a Pedro Pablo Kuczynski, acusado, precisamente, de corrupción.
“Hace tres semanas que asumí el gobierno y en esta crisis ha quedado claramente establecido que la corrupción tiene enormes consecuencias sobre la gobernabilidad, el crecimiento económico”, continúo el mandatario.
Otro de quienes habló en la jornada inaugural fue el secretario general de la Organización de Estados Américanos (OEA), Luis Almagro, con un discurso -como todos los que se dictaron- marcado por el flagelo de la corrupción.
En ese sentido dijo que este fenómeno es una enfermedad hereditaria e inmune, y que no reconoce ningún tipo de frontera. Para él la manera efectiva de combatirla es a través de una democracia, que defienda los derechos humanos y las garantías fundamentales.
El viernes, Almagro se reunió con un grupo de disidentes cubanos, reunión en la que expresó que los gobiernos de la región deben “hacer más para presionar más al gobierno de Cuba”.
Y he aquí, quizás, lo más “sabroso” de esta descolorida Cumbre. Pues, como consecuencia de esas palabras, al momento en que Almagro comenzaba a pronunciar su discurso en la jornada inaugural, la delegación cubana se paró en pleno y se retiró del salón.
En declaraciones, el viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Rogelio Sierra, dijo que “Sencillamente en un acto de dignidad nos hemos retirado de esta sala (…) Almagro y la desprestigiada OEA no tienen ninguna moral, ni ninguna autoridad para emitir juicios o juzgar a países de la región o a Cuba”.
Por su parte, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, concretó este sábado diversas reuniones bilaterales en el marco de la Cumbre. Se reunió, entre otros, con su par colombiano Juan Manuel Santos, el mandatario de Haití, Jovenel Moïse, y el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence.
Cabe recordar que aparte de la baja convocatoria del evento, la cita regional pasó a segundo plano en la agenda mediática por situaciones como el bombardeo de Estados Unidos y sus aliados a Siria, y el asesinato de tres periodistas en Ecuador.
El compromiso de Lima, que será firmado por todos los representantes de las naciones convocadas, alcanzará acuerdos sobre la transparencia en la información pública con el objetivo de combatir la corrupción, y entre los firmantes estará uno de los jefes de Estado más cuestionados por corrupción: el presidente de facto de Brasil, Michel Temer. Cosas que pasan en América.