¿Qué viene ahora para el fútbol femenino?

Luego del exitoso paso de la selección nacional en la Copa América Femenina resta por definir la forma en la cual se dará impulso a esta actividad teniendo como meta la profesionalización.

Luego del exitoso paso de la selección nacional en la Copa América Femenina resta por definir la forma en la cual se dará impulso a esta actividad teniendo como meta la profesionalización.

Aplausos, cumplidos, visita a La Moneda. La selección chilena de fútbol femenino ha recibido la atención que le fue negada durante muchos años y hoy sobran las voces que hablan de potenciar la actividad, avanzar en la profesionalización y apoyar el trabajo de las deportistas.

Pero ¿en qué se traducirá esto? Son muchas las interrogantes que surgen luego de la histórica clasificación al Mundial de Francia 2019. En primer lugar ¿qué ocurrirá con el actual campeonato? La ANFP publicó hace unas semanas a los equipos y el formato que tendrá el Campeonato Nacional de fútbol femenino 2018. En él se ve que hay 26 clubes de las zonas norte, centro y sur, pero no hay certeza respecto de esquema de financiamiento o de la posibilidad de televisar algunos de estos partidos.

Siguiendo dictámenes emitidos por la Conmebol, los clubes que integran la ANFP han tenido que crear filiales femeninas, aunque en muchos casos solo se preste el nombre, quedando la administración de estos equipos en manos de terceros.  Esto ha precarizado la actividad y así podemos ver casos donde las propias jugadoras deben costearse el uniforme o los pasajes para poder jugar sin recibir apoyo alguno de la institución que le da el nombre.

Por otro lado, al no haber televisación y una presencia casi nula en los medios de comunicación, los ingresos por publicidad no existen. El deporte profesional no se sustenta con subsidios estatales, necesita del aporte de la empresa privada y este nunca llegará si es que no se realiza un plan serio de mercadeo del fútbol femenino.

En Chile existe un Campeonato Nacional de Fútbol Femenino pero se desarrolla en precarias condiciones.

En Chile existe un Campeonato Nacional de Fútbol Femenino pero se desarrolla en precarias condiciones.

El desarrollo de la actividad pasa además por otro problema. El público chileno ha dado muestras en reiteradas ocasiones que no es consumidor de eventos deportivos. En Chile lo que gustan son los triunfos y eso se puede palpar cada vez que un deportista nacional consigue una victoria relevante de carácter internacional.

Con esa característica es muy difícil poder fidelizar a una audiencia si es que en el futuro no se repiten estos éxitos deportivos. Para eso es necesario que los clubes de fútbol profesional incorporen a sus ramas femeninas a las actividades que desarrolla el fútbol masculino.

Una buena idea en ese sentido es copiar el modelo que se ha desarrollado en Colombia, donde la Dimayor (Liga Profesional de Fútbol Femenino) tuvo una exitosa temporada de estreno, así lo cree Camila García, presidente de la Anjuff (Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino), quien ve en esa experiencia un ejemplo que podría imitarse. “Entendemos que falta gestión para aprovechar el potencial de negocios que existe tras el fútbol femenino, pese a que valoramos el tremendo esfuerzo que hace la ANFP con la Selección”, señala.

En Colombia la liga es profesional y los partidos se juegan de preliminar de los masculinos.

En Colombia la liga es profesional y los partidos se juegan de preliminar de los masculinos.

Para evitar que la Liga fuese invisibilizada, los partidos se programaron de forma tal que fuesen preliminares de los encuentros masculinos. Eso ayudó a que los hinchas conocieran a sus jugadoras y se involucraran con su campaña. El resultado fue que a la final llegaron sobre 30 mil personas al estadio.

Por lo pronto la ANFP está tomando medidas. Ya se decidió que se inyectarán $850 millones de pesos para la competencia y se hará una reestructuración del sistema de campeonatos. Sebastián Moreno, gerente general de la ANFP, explicó que desde el próximo año se harán dos divisiones en la liga para corregir las brechas entre los distintos equipos. También se “hará un ingreso de recursos a esta nueva liga de $850 millones para gastos como movilización, alojamiento y alimentación”.

Desde el ente rector del fútbol aclararon que el pago de un sueldo depende directamente de los clubes y que se trabaja con ellos para que “puedan contratar a las jugadoras y llegue la famosa profesionalización”. Algo que se ve complejo considerando el difícil momento a nivel administrativo que vive el fútbol masculino.

Por eso es importante que la ANFP se abra a recibir nuevos actores y crear una entidad autónoma a la actual administración. Algo similar a lo que ocurre en Estados Unidos, donde las ligas femenina y masculina son independientes, aunque ambas rinden cuenta a la FIFA a través de US Soccer.

Así en más resta esperar que las definiciones que espera implementar la ANFP surtan efecto, aunque el principal responsable del desarrollo del fútbol femenino es la gente y para eso se necesita acompañar el fútbol femenino más allá de las victorias recientes.





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