Tras casi seis décadas de existencia, el grupo separatista ETA anunció este jueves su disolución definitiva a través de un comunicado en el que, en todo caso, asegura que sus integrantes seguirán su lucha por otras vías.
Euskadi Ta Askatasuna, traducido al español como País Vasco y Libertad, y de acrónimo ETA, fue fundada en 1959 durante la dictadura franquista con el objetivo de independizar, a través de la vía armada, la región de Euskal Herria, conocida como Vasconia o País Vasco.
Si bien la organización anunció el fin de la violencia en 2011 y un presunto desarme en 2017, no se había disuelto oficialmente hasta esta fecha, con la declaración que ha dado la vuelta al mundo.
“ETA, organización socialista revolucionaria vasca de liberación nacional, quiere informar al Pueblo Vasco del final de su trayectoria, después de que su militancia haya ratificado la propuesta de dar por concluidos el ciclo histórico y la función de la Organización”, se lee en el comunicado.
“ETA desea cerrar un ciclo en el conflicto que enfrenta a Euskal Herria con los estados, el caracterizado por la utilización de la violencia política. Pese a ello, los estados se obstinan en perpetuar dicho ciclo, conscientes de su debilidad en la confrontación estrictamente política y temerosos de la situación que provocaría una resolución integral del conflicto. Por contra, ETA no tiene miedo alguno a ese escenario democrático, y por eso ha tomado esta decisión histórica, para que el proceso en favor de la libertad y la paz continúe por otro camino. Es la secuencia lógica tras la decisión adoptada en 2011 de abandonar definitivamente la lucha armada”, continúa.
Si bien anunciaron su disolución, los ya ex integrantes de la organización se fijaron como objetivo principal la acumulación de fuerzas para lograr el reconocimiento del País Vasco como un Estado soberano. “Esta última decisión la adoptamos para favorecer una nueva fase histórica. ETA surgió de este pueblo y ahora se disuelve en él”, concluyó el texto.
A raíz del anuncio de la organización, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, dijo que sus integrantes no encontrarán ningún resquicio para la impunidad. “La única política de futuro en materia antiterrorista, como siempre, es aplicar la ley, que para eso está”, afirmó el mandatario durante un acto de la Guardia Civil.
También expresó que ETA no se disolvió porque sus integrantes lo quisieron, sino porque sencillamente fueron derrotados por la democracia española, por lo que calificó como un show de propaganda los anuncios hechos durante la jornada.
“ETA ha sido derrotada por la acción del Estado de derecho y por la fortaleza de la democracia española. Esa es la única verdad que resplandece sobre tanta palabrería y comentario como lo que estamos oyendo estos días”, afirmó.
A lo largo de su historia, se acusa a la organización de asesinar a 853 personas y de herir a 6.389. La desaparición de ETA deja pendiente el esclarecimiento de 197 casos: 170 sobreseídos y 27 archivados.
Actualmente se encuentran privados de libertad 295 miembros de la banda, 245 están en cárceles españolas (la gran mayoría fuera del País Vasco), y 50 están recluidos en cárceles francesas. Hace diez años la cifra de confinados era alrededor de 800.
Según medios españoles, la disolución del grupo armado –considerado como terrorista por la mayoría de los países del planeta- pretende, entre otras cosas, flexibilizar las condiciones carcelarias de sus ex miembros, acercándolos al País Vasco e incluso abriendo la posibilidad de una posible excarcelación. Algo totalmente descartado por el gobierno, que incluso ha comunicado que seguirán investigando los casos inconclusos, prometiendo “justicia y castigo”.