Este martes, la Iglesia Católica chilena vivió un nuevo remezón, sobre todo, luego de que desde el Vaticano se citara a cinco sacerdotes que fueron víctimas de abusos sexuales, de poder y de conciencia por parte del ex párroco de El Bosque, Fernando Karadima.
“Con este nuevo encuentro, programado hace un mes, el Papa Francisco quiere mostrar su cercanía con los sacerdotes abusados, acompañarles en su dolor y escuchar su valioso parecer para mejorar las actuales medidas preventivas y de lucha contra los abusos en la Iglesia”, indicaron desde la Santa Sede.
No obstante, la jornada también estuvo marcada por la apertura de la investigación contra el sacerdote John O’Reily, quien fue acusado de abusar sexualmente de una menor perteneciente al Colegio Cumbres.
Este proceso eclesiástico se encontraba cerrado desde hace cuatro años. Durante este periodo, el sacerdote, que fue sancionado por la justicia civil, permaneció con libertad vigilada.
Sin embargo, durante la tarde de este martes, ambas noticias fueron abordadas por la Conferencia Episcopal.
En la ocasión, su presidente, el Monseñor Santiago Silva, manifestó la reunión agendada por el Vaticano con las nuevas víctimas de Karadima tomó por sorpresa a la Iglesia Católica chilena.
“Nos acabamos de enterar ahora (…). Nos parece muy bien que nos reciba”, señaló el sacerdote, quien además ocupó la rueda de prensa para pedir “perdón”.“La Iglesia no es el lugar para delinquir”, añadió.
La Cofradía de Rancagua
En la ocasión, los obispos también tuvieron palabras para la llamada “Cofradía de Rancagua”, organización que, según un reportaje de Canal 13, operó durante cerca de diez años y que tuvo por objetivo silenciar el comercio sexual que distintos párrocos de la zona mantenían con adolescentes.
Frente a ello, el obispo Fernando Ramos indicó que estos son “hechos inaceptables”.
Mientras, el obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González, afirmó que “es gravísimo que haya una cosa así”.
“No es competencia plenamente de la Conferencia Episcopal conocer de eso, pero lógicamente sí es nuestra obligación solidarizar para que se adopten todas las medidas necesarias para evitar y desterrar ese mal de la Iglesia”, agregó.
Pérdida de información
Además, el Monseñor Fernando Ramos se refirió a la presunta pérdida de documentos de la investigación del caso Karadima.
Ante ello, manifestó que esta es una situación “grave” y que se tomarán medidas para establecer las responsabilidades en la destrucción de antecedentes.
Asimismo, Ramos indicó que pese a que aún el Pontífice no se pronuncia respecto de los sacerdotes que deben dejar sus cargos.