Señor Director:
Mi nombre es Eileen Riquelme, soy una estudiante de 14 años afectada por el problema que existe actualmente, la crisis de la Iglesia Católica.
La Iglesia Católica chilena está enfrentando uno de sus peores momentos históricos, la verificación de la existencia de delitos contra menores y la sospecha continua contra el clero ha desencadenado una ola de repudio y pérdida de creencia.
En mi opinión, es una lástima que muchos de los chilenos, incluyéndome, tendremos que desconfiar de muchos obispos y sacerdotes, al enterarnos de que muchos estudiantes fueron violados por individuos que representan a la Iglesia. Ante todo me apena saber que millones de personas ya no son seguidores y que le atribuyen falta a la Iglesia tanto como a nuestro prójimo.
En otras palabras, el cristianismo de los chilenos ha bajado excesivamente, ya nadie confía ni cree en el clero, pero ¿la Iglesia es la culpable? ¿Qué es para ti Dios? ¿Qué es para ti Iglesia? La mayoría de la población responde lo mismo, son todas respuestas negativas como riquezas, robos ,opresión y abusos.
¿Pero crees que Dios es culpable de todo los actos del clero? La causa de esto la tenemos nosotros, nosotros somos quienes pecamos, quienes caracterizamos a la Iglesia. Lo que hagan las personas no determina qué es la Iglesia o que Dios sea el culpable.
Hace unos meses el Papa Francisco habló del tema y nos dio un mensaje: ¡cuánto necesita la Iglesia chilena de ustedes, que nos «muevan el piso» y nos ayuden a estar más cerca de Jesús!. Los jóvenes somos el nuevo cambio para profesar la palabra de Dios, ser más cercano a la Iglesia, lo que es ser católico no solo con rezar y hablar sino participar, como en pastorales, en ayuda a los necesitados, entre otros, a fin de mejorar y evangelizar mejor la palabra de nuestro Señor.
El fin de esta carta es entusiasmar a tantos jóvenes como yo para acercarnos a Jesús, a cambiar el rostro viejo de la Iglesia por uno nuevo. La Iglesia no es la culpable de las acciones y pecados que cometimos. Es cierto, actualmente el cristianismo es difícil de creer, pero solo es de preguntarse: ¿qué haría Cristo en mi lugar?
El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.