Este martes finalizó la misión que los enviados papales vinieron a desarrollar a Chile. Charles Scicluna y Jordi Bertomeu entregaron un mensaje de despedida agradeciendo a las personas que se acercaron y les compartieron sus testimonios respecto de ciertos abusos en la Iglesia Católica.
El regreso de ambas autoridades eclesiásticas se dio en medio comunicados que se emitieron desde dos obispados en Chile: este lunes, la sede en Aysén abrió una investigación por eventual abuso sexual a una menor por parte del sacerdote Porfirio Díaz Reyes, un suceso que habría ocurrido en 2002; y este martes, la sede de Temuco informó que el cura Pablo Walter Isler fue sancionado en 2015 por abuso sexual a menores.
Es decir, los antecedentes suman y siguen. Sin ir más lejos, Scicluna dijo que “no fue posible por nosotros escuchar a todos” aquellos que tenían algo que denunciar y, por lo mismo, anunció la apertura de un servicio transitorio para recibir a todas esas víctimas que no pudieron entregar su testimonio.
De este servicio estarán a cargo, según el Arzobispo de Malta, algunos miembros del Consejo Nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento a las Víctimas de la Conferencia Episcopal.
“Hemos estimado oportuno que sean algunos de sus expertos quienes asuman esta tarea transitoria, nuestro nombre en el país. Tengo plena confianza en que estas personas, por su preparación y competencia, podrán prestar este servicio a la comunidad eclesial. Este consejo tiene laicos de una prudencia y experiencia importante, que yo tengo confianza en su profesionalidad”, dijo.
La noticia generó dudas por los nombres que estarían a cargo, precisamente, por las críticas que ha recibido el obispo Juan Ignacio González, férreo defensor de Juan Barros durante la visita del Papa, quien es presidente de esta instancia. Pero más tarde se supo que el prelado quedó al margen del organismo constituido por Scicluna, dando paso a otras personas, entre las que se cuenta David Albornoz, que actualmente integra casos en las congregaciones de los Hermanos Maristas y los Salesianos.
“Me alegró que González no esté y que se quede bien lejos”, dijo Juan Carlos Cruz, contactado por este medio. Respecto de los otros integrantes de este servicio de escucha, el periodista afirmó que “habrá que ver”.
Cuentas alegres
Para Fernando Berríos, académico de la Facultad de Teología de la Universidad Católica, el balance de la visita de ambos enviados papales fue “muy positivo”. De hecho, comentó que este lunes recibieron a Jordi Bertomeu y pudieron confirmar que en la actualidad se “necesita una cirugía mayor, porque al parecer la situación tiene una gravedad que los católicos no alcanzamos a sopesar en toda su magnitud”.
Respecto del servicio de escucha dispuesto por Charles Scicluna, Berríos indicó que se está llevando a cabo de buena manera.
“Me parece que esa iniciativa, tal como se ha dado, es coherente con la metodología que está siguiendo la Santa Sede con respecto a la situación de nuestra iglesia. No creo que haya un ánimo de marginar a nadie en especial (como el obispo Juan Ignacio González), pero sí de lograr órganos de trabajo que tengan una representación mayor del pueblo de Dios. Eso es lo que está primando en los criterios para elegir a las personas”, dijo.
El académico expresó que ambos enviados papales les están enseñando a la comunidad católica que “aquí hay un problema de mayor hondura”.
“Y que no corresponde el pasar la página muy rápidamente. Es cierto que, como nos dijo Francisco cuando nos visitó en el verano, no nos podemos quedar contemplando nuestras calamidades, sino que hay que caminar hacia el futuro, pero con un sentido de realismo que permita ver que hay ciertos problemas que tienen una complejidad y una hondura mayor de la que estamos viendo en este momento”, añadió.
Por último, Fernando Berríos dijo que imágenes como las que se pudieron obtener en la catedral de Osorno este domingo, con las diversas parroquias reunidas, son las que hacen confiar en la misión de Charles Scicluna y Jordi Bertomeu.