Las verdaderas guerreras comunicacionales

  • 26-06-2018

 

La escena no resulta difícil de imaginar. En medio de una reunión habitual en la que se analiza la coyuntura semanal y los ataques de la oposición, a alguien se le ocurre una idea: ¿Y si preparamos a un grupo de nuestros mejores y más comprometidos jóvenes para que respondan a través de las redes sociales los ataques de nuestros contrincantes? Serían nuestros “guerreros digitales”. El cuadro siguiente debiera registrar una larga carcajada general. Sin embargo, lo que sigue es una cálida aceptación de los presentes para implementar la ocurrencia, y con tal entusiasmo que, además, deciden impartirles cursos gratuitos sobre cómo fabricar un meme.

En Bolivia, desde hace unos meses, cientos de jóvenes han sido capacitados por el gobernante partido MAS en las técnicas de inmersión en la redes sociales con el objetivo de defender la gestión del presidente Evo Morales, su agenda 2020-2025, y también de atacar a los opositores.

Cuesta entender que una decisión de estas características no haya sido desechada al unísono por la ministra de Comunicaciones y su par de Educación del gobierno de Evo Morales. Una mujer a quien escuchamos lúcida desde la distancia, pero extraviada en el manejo de crisis y que acepta que jóvenes bolivianos hagan el trabajo que debieran realizar sus propios equipos profesionales. Asombra también el titular de la cartera de educación quien acepta sin chistar que se estén impartiendo clases de memes, en lugar de ocupar esos recursos humanos y materiales, para apoyar la educación computacional en su país, a secas, si es que resulta que ése será el foco de su gestión.

Bolivia es un país al que respeto y defiendo en muchas de sus causas, incluso marítimas, pero repugna a la razón el que se estén utilizando a jóvenes para hacer el trabajo que debieran hacer sus mayores. Por cierto que las nuevas generaciones tienen el derecho de defender un proyecto político que los entusiasma a través de los medios que deseen. Sin embargo, el “arte en la elaboración de memes”, no es precisamente un legado educacional que enorgullezca a nadie, por ingeniosos y divertidos que puedan ser. Se trata de construcciones simbólicas muy sencillas, efectivas en su humor y capacidad de ser comprendidas por millones de personas, con una estética globalizada y, especialmente, una ética descarnada. Un producto típico de la sociedad de consumo actual, esa que tanto rechaza el mismo Evo Morales. Una combinación de imagen y lenguaje que, en el caso de ser utilizada como medio propagandístico, debe contener altas dosis de violencia y sarcasmo.

La normalización del ataque a otros a través de las redes sociales ocupando sus mismos códigos, es una herencia que a todo boliviano y latinoamericano nos debiera avergonzar.

Lo paradojal es que si de activismo se trata es, justamente, en el Alto, La Paz, donde está radicado uno de los proyectos comunicacionales más progresistas y feministas de este lado del mundo. Una estación de radio y también un centro educativo al que acuden “señoras de pollera” a capacitarse como “reporteras populares”. La Radio se llama Atipiri  (http://www.radioatipiri.com/ ) y su directora, Tania Ayma Calle. Con sus celulares, desde diferentes puntos del Altiplano boliviano, estas mujeres transmiten la información y en el idioma que las une, el aymara, el mismo que defiende su Presidente de la influencia del imperialismo. No requieren de memes ni de ninguna estética dominante para despachar en directo al estudio donde aguarda Tania para darles el pase para salir en vivo. No necesitan denostar ni reírse de nadie para hacer un trabajo que las dignifica y les ha permitido sentirse consideradas en su comunidad. Tampoco se les paga por el valioso servicio que prestan.

Las verdaderas guerreras son ellas, estas “señoras de pollera” que apenas provistas de un celular salen a la calle, a la búsqueda de la noticia y desde el lugar de los hechos, mirando a sus entrevistados a cara descubierta y a los ojos, captan sus dichos, los graban y transmiten a través del 840 AM. Maravillosas guerreras que han debido derribar el machismo imperante en ellas mismas y sus comunidades para salir al mundo, entenderlo y tratar de cambiarlo…Para luego, por la tarde, llegar a sus casas y trabajar el doble, por cierto, debido a las horas de ausencia. Pero allí siguen, guerreras de verdad, que no necesitan de la burla ni de la violencia de las redes sociales para defender lo que es suyo y de todos, el derecho a expresarnos

 

 

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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