Aun cuando Allende Los Andes la situación económica esta mucho de ser bollante, miles de inmigrantes, en especial los que provienen de Venezuela y Perú, preparan maletas para cruzar la cordillera.
Sueldos miserables, dificultades para encontrar alojamiento, contratos ilegales engañosos, clima ambiental a menudo inhóspito, invitan a esta gente a pegar un segundo salto a lo desconocido.
Quizas los haitianos, porque provienen de la pobreza más paupérrima de las américas, parecieran ser los más reacios al cambio de país.
Licenciadas en finanzas, enfermería y otras profesiones trabajan en restaurantes de comida rápida, en asilos o residenciales de ancianos, contratadas para un efecto pero en la realidad, son otros.
Mariana, venezolana, trabajaba en un banco. Al iniciar sus labores en una residencia de adultos mayores le dijeron que se trataba de cuidar viejitos: “La verdad es que el cuidado es lo de menos; había que bañarlos, ponerles pañales, darles de comer en la boca, velar para que no se levantaran de sus sillas de ruedas por el riesgo de caída, escuchar sus quejas…A menudo personas con alzheimmer, o parkinson, o amnesias temporales. Algunos que lograban atravesar los dos portones con candados aprovechando algún descuido, llegaban a la vereda sin saber donde ir. Además con los años exigen con insolencia”.
Un mes duró su paciencia.
Otra compatriota, Mireya, cuenta: “Ya no hay material para hacer pasaportes. Asimismo prolifera el contrabando de los pocos productos en el mercado local, hacia Colombia que paga hasta cuatro veces su valor. Pero aun así, tengo ganas de regresar pero se que es imposible. A menos que quiera bajar de peso, ironiza. Lo peor que tanto gobierno como oposición están de acuerdo en una sola cosa, la corrupción. Aquí en Chile nos acogen con cariño al principio pero luego aparecen lo que ustedes llaman las letras chicas y es humillante. Especialmente para las que somos licenciadas”
”Proveniente del norte de Peru, Ana también se queja: “ Los papeles tardan una identidad, terminamos trabajando en cualquier cosa. Además los que llegamos en los últimos meses nos hemos encontrado con miles de compatriotas ya instalados”.
-¿Pero saben lo que les espera en Argentina?
– Con el corazón en la mano, no. Es un país más grande pero que atraviesa por serias dificultades. Pero en una situación desesperada, todo vale-enfatiza Ana.