Luego de dos años de su última presentación en el Teatro Universidad de Chile, el destacado solista en guitarra, Luis Orlandini, regresa a este escenario el viernes 6 y sábado 7 de julio a las 19:40 horas. Lo hará interpretando una renovada versión de Rapsodia para días de duelo y esperanza, de Darwin Vargas, una de las primeras obras chilenas para guitarra y orquesta, la que fue estrenada en 1962 y que desde entonces no ha vuelto a ser tocada.
Elegido recientemente como Decano de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, el destacado músico ha desarrollado una importante carrera a nivel nacional e internacional, posicionándose como una de las principales figuras de la guitarra en Chile. En su trayectoria destaca el rescate permanente del trabajo de compositores nacionales. “Mi relación con la música chilena surge de la necesidad íntima de poder ser parte de mi propia cultura y de la creación de los compositores chilenos. Me ha hecho sentir vivo, que soy parte del desarrollo musical de mi país”, comenta al respecto.
Escrita a partir del terremoto de Valdivia de 1960, en la obra “la orquesta simboliza la tierra, con su poder destructor, y la guitarra al hombre, con su lucha por sobrevivir ante tal cataclismo”, explica el músico.
Orlandini tuvo el privilegio de conocer al compositor Darwin Vargas en sus últimos años de vida. “Alcanzó a dedicarnos, a Alfredo Mendieta y a mí, su obraAriasonatalba para Flauta y Guitarra. Años después, gracias al Dr. Jorge Rojas Zegers pude tener acceso al manuscrito de Rapsodia para días de duelo y esperanza, obra que luego de su estreno sufrió algunos cambios que el compositor consideró apropiados. Entonces la versión que escucharemos es nueva”, comenta.
El programa contará con la batuta del director asociado de la Orquesta Sinfónica Nacional, François López-Ferrer, quien asumió este compromiso luego de que el maestro David del Pino presentara problemas de salud que le impidieron viajar a Chile.
Así, el joven director estadounidense conducirá también obras de otros tres reconocidos compositores de origen francés, comenzando con Claude Debussy, una de las figuras centrales de fines de siglo XIX y comienzos del XX. De él, la Sinfónica Nacional interpretará Petite Suite, conjunto de piezas breves compuestas originalmente para piano a cuatro manos y orquestadas en 1907.
En tanto, en la segunda parte del concierto el público podrá escuchar El cazador maldito, un poema sinfónico que constituye una de las obras pioneras de este género en Francia. Todo finalizará con La Valse, de Maurice Ravel, un “poema coreográfico” compuesto entre 1919 y 1920, primero para dos pianos y luego para orquesta. La obra se configura como una serie de valses de tipo straussiano, que evoca el recuerdo de aquella cultura europea destruida con la Primera Guerra Mundial, simbolizada o representada por el vals vienés.