El 23 de junio quedaron atrapados un grupo de doce niños y su entrenador de fútbol en una cueva inundada en el norte de Tailandia.

Desde ese día hasta el 2 de julio, nada se sabía del grupo de desaparecidos. Ese lunes se confirmó que los trece estaban con vida.

Cinco días después, y luego de evaluar diversas técnicas de rescate, cinco buzos locales y trece expertos internacionales comenzaron a trabajar en el rescate. El saldo: al menos cuatro niños ya estarían en el hospital, recibiendo la atención médica luego de 15 días encerrados.

Según anunciaron las autoridades del país, durante las próximas diez horas se retomarán las labores, las que fueron suspendidas para reponer las botellas de aire comprimido y evaluar cómo ha ido la primera etapa.

El jefe del equipo de rescate informó que “los más sanos han sido rescatados primero”, los que fueron traslados en helicóptero desde la cueva ubicada en la provincia de Chiang Rai hasta el centro asistencial de la misma provincia.

Los dieciocho buzos internacionales se adentraron en la cueva, la que está a más de cuatro kilómetros de la salida. Los niños rescatados tuvieron que bucear por un angosto pasadizo, acompañados de dos profesionales.

Para el rescate, evaluado positivamente, se utilizaron máscaras especiales que cubrían la totalidad del rostro de los niños, permitiéndoles respirar de manera natural y comunicarse con los equipos de salvamento.

Chiang Rai es una ciudad al norte de Tailandia ubicada en la homónima provincia que linda con Myanmar y Laos.