Un verdadero milagro cinematográfico tuvo lugar el año pasado cuando la cineasta Valeria Sarmiento, la actriz Chamila Rodríguez y el montajista Galut Alarcón anunciaron el hallazgo de material fílmico correspondiente a una película que Raúl Ruiz filmó en 1990 en Chile. Se trataba de La Telenovela Errante, largometraje inconcluso que el equipo, liderado por su viuda, terminaría de realizar. Ella oficiaría de co-directora bajo el alero de la productora chilena Poetastros.
Tras un gran estreno en el Festival de Locarno y un recorrido internacional que incluyó los 5 continentes, la película se estrenará en salas chilenas el próximo 6 de septiembre.
La cinta corresponde al largometraje número 121 del prolífico director y el tercero que ve la luz después de su muerte.
Ruiz reunió tempranamente un elenco hoy ya reconocido en la tradición del cine chileno: Luis Alarcón, Patricia Rivadeneira, Francisco Reyes, Roberto Poblete y Liliana García, aunque también otros menos conocidos pero verdaderos personajes de culto, como Mario Lorca, Marcial Edwards, Javier Maldonado e incluso el valdiviano Carlos Matamala.
El rescate y conclusión de la comedia –cuyas latas fueron encontradas en la Universidad de Duke, en Estados Unidos- fue un proceso colectivo del círculo de amigos del director.
Galut Alarcón (La invención de la patria, Secos), hijo del actor Luis Alarcón, recuerda el rodaje: “Fue el primero al que asistí. Mi padre me avisó que estaría trabajando con un amigo del cual había hablado casi todos los días durante mi infancia y que nunca había podido conocer porque estaba en el exilio, ese era Raúl Ruiz, y por esta condición era casi mitológico para mí”.
“Participé del rodaje como un mirón invisible y quedé maravillado con lo que pasaba en el set y alrededor porque era gente muy profesional que jugaba a hacer cine; entre toma y toma se tomaba harto vino, a la par de conversaciones llenas de vericuetos, se producía una especie de microclima, más parecido a una compañía de bomberos que a un rodaje. Veintiséis años después Isabel Barriga entregó una buena parte de los negativos de esa experiencia inicial y Valeria Sarmiento nos pidió que nos acercáramos a la Cineteca Nacional, donde fueron resguardados, de ahí en adelante me puse un traje de arqueólogo cinematográfico, con pera de aire y pincel en mano, al servicio de la sombra y la luz impregnada en celuloides olvidados”, añade.
El filme también presenta su afiche, una llamativa ilustración realizada por el artista chileno Tomás Ives, diseñador autodidacta que gestiona proyectos creativos y estrategias de comunicación a través del arte, el diseño y el audiovisual. Fue alumno del programa de Impact Design for Social Change en la Escuela de Artes Visuales en Nueva York y recientemente ganó Los Diez en Nueva York como uno de los 10 mejores ilustradores latinoamericanos y también el concurso Arte en Vivo de Librería Nacional.