No está segura, pero la arpista italiana María Chiossi cree que el Concierto para flauta, arpa y orquesta de Mozart fue el primero que escuchó alguna vez en su vida, cuando no tenía más de nueve años, tocado por la profesora que le enseñaba el instrumento. “Un día quiero tocar esto”, pensó entonces.
Ya cumplió ese anhelo. Cuando estudiaba en el Trinity College de Londres fue seleccionada para interpretarlo en una gira que el Ensamble de Cuerdas de la institución hizo por Inglaterra, Italia y Eslovenia. Luego, lo retomó en más de una ocasión con la Orquesta de Cámara de su natal Brescia, al norte de Italia. El próximo fin de semana volverá a hacerlo en Santiago, en el décimo concierto de la temporada de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, junto a Hernán Jara, flauta solista de la agrupación, bajo la dirección de su compatriota Aldo Sisillo.
“Es un regalo”, dice sobre la oportunidad de volver sobre una de las piezas más populares dentro del repertorio para arpa. Mozart la escribió en 1778, cuando estaba en París, y todavía no era un instrumento habitual en las orquestas, así que tiene una escritura atípica: “Es difícil, porque es como si fuera para un instrumento de teclado. El tercer movimiento tiene arpegios para cinco dedos y en el arpa habitualmente no se usa el quinto dedo, entonces hay que hacer fingerings muy complicados. Hay distancias muy pequeñas, muchísimas notas. El primer movimiento se pide en muchas pruebas y uno siempre lo tiene en las manos, pero ahora lo retomé como si no lo hubiera tocado nunca”, explica María Chiossi.
Será su primera vez como solista con la Sinfónica, justo un año después de integrarse a la orquesta: “Tengo ganas de tocar, una ansiedad positiva. Espero que todos podamos disfrutar de un concierto que es bonito para todos, porque no es común que haya dos solistas de la orquesta. Ojalá que haya una conexión mayor que si fuera a tocar con un ensamble que no conozco”, adelanta.
Será un concierto especial, además, porque estará dedicado exclusivamente al compositor nacido en Salzburgo. Junto al Concierto para flauta, arpa y orquesta, la Sinfónica tocará la obertura de la ópera La flauta mágica y la Sinfonía No. 38, conocida también como “Praga”, ciudad en la que se estrenó en 1787.
A clases, obligada
El 1 de agosto del año pasado María Chiossi se convirtió oficialmente en la solista en arpa de la Sinfónica, con un recorrido que suma miles y miles de kilómetros. Después de estudiar en Brescia y Londres, ha sido arpista de la Sinfónica de Letonia y de la Filarmónica de Tailandia y ha tocado en países como España, Portugal, Suecia, Qatar, China y Japón, por nombrar algunos.
También fue parte en 2011 de la Youtube Symphony Orchestra, un proyecto liderado por el director estadounidense Michael Tilson Thomas, en el que intérpretes de todo el mundo fueron seleccionados a través de la popular plataforma: “Es la experiencia que más me ha llenado como músico”, dice.
Antes de partir de gira a Japón junto con la Sinfónica de Letonia y el chelista Mischa Maisky, grabó un video sin mayores esperanzas: “Un amigo me prestó una habitación y me dijo que solo podía ser un sábado de nueve a diez, porque después tenía que ocuparla en otras cosas, así que llegué, afiné y toqué a la primera toma. Al día siguiente me fui a Japón y me olvidé, hasta que una amiga me avisó que había pasado la primera selección, que era con votación del público. Luego había que audicionar ante una comisión con Michael Tilson Thomas. Y gané”, relata.
De este modo, terminó tocando en la Ópera de Sydney, en un concierto transmitido para millones de espectadores a través de Youtube: “Fue increíble, éramos más de cien músicos de todo el mundo. Fue solo una semana, pero no la olvidaré nunca. Conocí gente de todo tipo y es bonito, porque me he reencontrado con algunos. Por ejemplo, hace poco estuve con Sarah Willis, la cornista de la Filarmónica de Berlín, que vino a Santiago con Gustavo Dudamel”.
Fue una época donde “siempre tenía la maleta lista”, pero que acabó el año pasado, cuando vio que la Sinfónica buscaba a alguien que se hiciera cargo del arpa: “Estaba cansada. Después de diez años haciendo muchos viajes quería algo más tranquilo, vi la prueba para venir y pensé: mmm… Chile. Había estado en muchos lugares, pero siempre había querido venir a América”.
Así, decidió postular en el más absoluto de los secretos: “Cogí el avión sin decirle a nadie, ni a mi familia, porque era una locura”, dice entre risas. “Mis padres me habrían dicho que estaba loca, entonces no le comenté a nadie. Estudié mucho y cuando llegué… no sé, di una vuelta por la ciudad y tuve la sensación de que aquí podía estar”.
En Santiago se ha quedado. Además de tocar con la Sinfónica, hoy es instructora de la Sinfónica Nacional Juvenil y de la Estudiantil Metropolitana, que dependen de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles (FOJI). “Me gustan también los conciertos educacionales. Cuando los hacemos, me quedo y hago que los niños se acerquen al arpa, que toquen un poco. Veo la música como una misión, como algo social, que no puede estar encerrada en un teatro, sino que tiene que salir afuera, a la calle, a la gente. Desafortunadamente, también hay algo un poco clasista y se piensa que si vas a conciertos es porque tienes dinero, pero no debería ser así. Debería ser todo lo contrario”.
“La música ha sido un regalo” es una frase que María Chiossi repite en varias ocasiones cuando repasa la cantidad de viajes que ha hecho tocando el arpa. Todo eso, sin embargo, pudo ser diferente. Cuando tenía unos siete años, estaba aprendiendo violín en el conservatorio, en Brescia, y le faltaba solo una clase antes de iniciar el verano. Quería faltar y quedarse jugando con sus amigas, pero su madre la obligó a asistir.
Todavía lo recuerda, relata, porque fue un momento crucial: “Mi mamá estaba convencida de que yo tenía que tocar violín, pero ese día vi el arpa, esta cosa enorme, y la profesora tocó algo que debe haber sido de Tchaikovsky, una cadencia de Cascanueces o algo así. Fue impactante. Salí de la clase y dije que quería tocar arpa. Mi mamá pensaba que se me iba a olvidar en las vacaciones, pero insistí tanto, tanto, que me llevaron de vuelta con esa profesora. Así empecé, por una clase a la que mi madre me obligó a ir. Si no, probablemente habría tocado el violín”.
Mozart, doble jornada
La Sinfónica se presentará a las 19:40 horas del viernes 17 y sábado 18 de agosto en el Teatro U. de Chile (Providencia 043, Metro Baquedano. Entradas desde $6.000, con descuentos para estudiantes, personas de la tercera edad y funcionarios de la U. de Chile. Más información en CEAC.