Torturas y un bebé perdido desde 1988

  • 29-08-2018

Para los que creen que los Derechos Humanos son un montaje la realidad se nos aparece más fuerte y dramática. Han pasado 28 años desde el fin de la dictadura militar y siguen apareciendo denuncias por sus crímenes.

Se acaba de presentar una querella por torturas y desaparición de un bebé ante la Corte de Apelaciones de San Miguel la cual nombró a la jueza  Mariela Cifuentes como  ministro en visita para llevar adelante la investigación.

La víctima S.Z.V era una joven de 17 años de edad 7 meses de embarazo fue detenida sometida a torturas esto alteró su embarazo y tuvo un parto asistido y prematuro,  él bebe está  perdido hasta el día de hoy.

Zona Sur de Santiago, comuna de El Bosque año 1988.No la buscaban a ella sino antecedentes para ubicar y detener a una joven comunista de su población, puede imaginarse lo que hicieron cuando lograron detener a la que buscaban.

En el texto de la querella puede leerse:

Mi casa tenía reja de madera, con un candado. Como me negué a acompañarlos me dijeron que si no lo hacía irían a matar a mi hermana con mi sobrinos, menores de edad, ellos vivían a la vuelta de mi casa. Ahí saque el candado y los acompañé, aparecieron los otros dos caminamos hacia el domicilio de mi hermana. Allí había un gran despliegue de personas que portaban armamento, pistolas y metralletas. Ingresamos a la casa de mi hermana y allí me interrogaron junto a mi hermana.

Me preguntaban por la familia Bravo, específicamente por Patricia Bravo Solís y su hermana Edith y su hermano Rubén. El papá de estas personas era el propietario de la casa que mi hermana arrendaba. Me preguntaban donde vivían y que hacían, entre insultos y amenazas, me decían que ella era terrorista y comunista. Yo la conocía a Patricia porque éramos del mismo barrio, pero no sabía dónde vivía ahora que la buscaban. Me apuntaban con las metralletas. Estuvimos dentro de la casa de mi hermana por aproximadamente 30 minutos.

Me subieron a golpes de puños a un vehículo, era un vehículo blanco, como una furgoneta con tres corridas de asientos. Allí me golpeaban e insultaban, yo tenía siete meses de embarazo, el chofer le dijo, “jefe no le pegue más dese cuenta que está embarazada”. Ellos querían que les dijera donde vivía Patricia Bravo, en un momento una voz desde atrás me susurra “Chany dile”, era una voz muy quejumbrosa, era una persona que llevaban en el suelo tapada con una frazada, yo reconocí la voz de un vecino llamado René Miranda, conocido como “el Rana”. Como volví la cabeza para mirarlos me empezaron a golpear con más violencia. Nunca me vendaron ni esposaron, era difícil que pudiera hacer algo como escapar. El que más me golpeaba era el que le decían “jefe”. Creo poder reconocer los rostros de quienes me secuestraron.

…Luego he podido saber que Patricia Bravo Solís fue detenida unas pocas horas después.

Patricia Bravo Solís era militante de la Juventud Comunista y dirigente social con activa participación en la oposición a la dictadura militar. Yo también era opositora a la dictadura militar y participaba en el Partido Socialista.

Esta situación fue terrorífica para mí y alteró mi embarazo.

Por mi situación y acompañada de mi amiga Saratiel Ferrada  concurrí a la Vicaría de la Solidaridad, ubicada en Plaza de Armas y se interpuso un recurso de amparo en mi favor.

El 26 de Mayo de 1988 ingrese al Hospital El Pino por complicaciones en mi embarazo. Estas dificultades tenían causa directa mi detención y la golpiza que había recibido, pues antes era un embarazo normal. Allí me ingresaron     de urgencia estuve hasta el 13 de Junio hospitalizada, el 11 de Junio di a luz a mi bebé, que era de sexo femenino. Luego se me dijo que había muerto, pero nunca nos entregaron el cuerpo. Tampoco nos dieron un certificado de defunción. Todo esto a pesar de los múltiples requerimientos que les formulé”.

La acción judicial, en la que intervengo como abogado patrocinante, busca aclarar los hechos, sancionar a los culpables y saber en definitiva que pasó con el bebé, pues es de sumo irregular que, de hecho, simplemente haya desaparecido.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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