Señor Director:
La realidad política chilena se aproxima cada vez al tema adoptado por el director norteamericano Steven Spielberg en sus películas acerca de la máquina del tiempo.
Los gobiernos van pasando las reformas también, a la vez que van apareciendo nuevos aspectos de la política que deben ser sobre la misma reformados por los nuevos gobiernos que vienen. Es como el cuento de nunca acabar como la hebra infinita.
El elector que lleva ya sus años en este juego, veintiocho para ser exactos, y que en el transcurso de estos años cada vez se identifica con el poema de N. Parra que dice : La izquierda y la derecha unida, jamás serán vencidas.
Eso es un hecho, la parodia entre los bloques ha sido esa, mantenerse unidas en la administración del legado y su modelo económico.
Es como una comedia en varios actos, y a medida que estos pasan el electorado que está por reformas puntuales, vota por aquellos los primeros que se hicieron del poder político a comienzos de la transición, y ha votado hasta hoy el segundo gobierno de Piñera.
Bueno, para que los versos del antipoeta rimen con la realidad es necesario para ambos bloques inventar verdades a medias, o mentiras lisa y llanamente.
La gente las identifica como mentiras de derecha o izquierdas, estas han caido sobre el cántaro por casi treinta años. La pregunta que algunos se están empezando a hacer es, cual será la mentira que rompa el cántaro?
Aun así hay diferencias entre ambos sectores, que las mentiras como reformas deben ser hechas por un lado de forma que nada cambie y que todo siga igual, lo cual se define como contrarreforma. El actual gobierno es la imagen viva de este factor que es en la practica oponerse a toda reforma va con su adn.
Pero como el papel de los gobiernos y los poderes del estado es incentivar las reformas, que por algo son elegidos. Un estado sin reformas no es posible en democracia y es el rol de los poderes ejecutivo y legislativo, y el del poder judicial que es de velar por la jurisprudencia de todo el proceso.
Esto no ha sido problema durante tres décadas para ambos bloques que han gobernado a base de contrarreformas, y esto ha afectado principalmente a la centro izquierda, por el hecho de que las reformas no fueron tales, que por eso se encuentra en estado terminal o en el mejor de los casos en un recambio generacional.
Llama la atención el que este gobierno haya sido elegido con el 54% eso se debe entender que los que por él votaron lo hacían entendiendo que en este país no son necesarias las reformas ni las contrarreformas, sobre esto último pesa la daga de las encuestas al cuello del presidente Piñera.
Porque no podemos decir que el 54% de los electores (3-4 millones) sean redomados imbéciles o ignorantes, podríamos decir que se han equivocado o que los hicieron comulgar con ruedas de carreta, pero aun así los debemos tratar con respeto porque por lo menos cumplieron con su deber o quisieron participar.
Es posible que después de este gobierno rectifiquen, coincidiendo esto con el cambio generacional del bloque opositor que ya no es de izquierda, sino social-liberal que pudiera estar por verdaderas reformas, lo cual sería un cambio cualitativo de la política después de tres décadas en donde hemos sido gobernados a punta de contrarreformas…..
Así las cosas estamos al fin de un periodo de transición que está durando treinta años, lo que implica un proceso de transformación por inercia en ambos bloques con el “riesgo” de que se forme un tercer bloque lo que nos retrotraería a lo que fue la política hasta 1973.
Ese riesgo es que si la clase política arrebata al pueblo el derecho a los cambios evitando reformas sustanciales a la constitución del 80. Se seguirían dando las asonadas a que nos tiene acostumbrados la derecha. También evitar los procesos que se dan en paises vecinos cuyos tribunales hacen causa común con la derecha en sus fallos.
Está en boca de la gente que hay presidentes que roban pero que lo hacen compartiendo con la gente que los apoya, es el caso de Lula cuyos partidarios hacen multitudinarias manifestaciones en favor de una candidatura. Lula sería el primer Presidente que gobernaría engrillado desde la cárcel .
Lo mismo se daría con Cristina Fernandez, más aún ahora con la crisis financiera en la cual se ve claramente que el gobierno de Macri no tiene un plan B, lo mismo es con Temer en Brasil.
Y aquí en Chile ¿cuál es la estrategia del presidente Piñera, si se puede saber?
Fue su primer gobierno producto del impulso inercial de los anteriores gobiernos de la concertación? Es su actual gobierno más de lo mismo cuya fuerza de impulso proviene del magro cometido del gobierno de Bachelet?
Porque todavía no podemos ver un plan, una estratégia, ni un plan B, que de paso coíncide con la falta de ideas y proyecto de las derechas del entorno Brasil y Argentina, exceptuando Colombia que jamás ha tenido un gobierno que no sea de derecha.
¿Y la izquierda? Se estaría dando un decantamiento y renovación generacional de las bases del sector hacia en Frente Amplio (FA), un traslado de las cúpulas de la ex concertación hacia la derecha.
Es inconcebible que el liderazgo del ala derecha ex concertacionista acepten el recambio hacia el FA. Esta cúpula se trasladaría con camas y petacas como ya lo está haciendo, hacia la derecha (RN), pero hay un impedimento y es que este sector es pinochetista, y no es presentable que gente como Burgos, Ottone, Arriagada entre otros, se muestren entrelazados de manos con Mario Desbordes y Carlos Larraín, quizás con Felipe Kast pero este ya tiene problemas acerca de como establecerse como una nueva derecha, una utopía según muchos pensando en Jacqueline van Rysselberghe y Mario Desbordes.
Puede que a futuro haya una convergencia con toda la plana mayor de la ex concertación, ¿cual sería la causa? La defensa del modelo, el mismo que intenta implementar Macri en Argentina.
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