Nancy Alcántar teje su oficio patrimonial en Crin de Rari para el mundo

El arte de trenzar figuritas existe desde hace más de 200 años y aunque se desarrolla en otras localidades, es propia del pueblo de Rari, a partir de los años 30.

El arte de trenzar figuritas existe desde hace más de 200 años y aunque se desarrolla en otras localidades, es propia del pueblo de Rari, a partir de los años 30.

La artesanía en Crin es un arte patrimonial único en Chile y en el mundo. La actividad está conformada por más de 50 artesanas en el pueblo de Rari, Región del Maule, desde donde surge esta maravillosa artesanía. ‘Conexión Patrimonial’, del programa ‘Citoyens’ de Radio U. de Chile, conversó con Nancy Alcántar Leiva, tejedora en Crin, comuna de Colbún, en relación a su oficio patrimonial.

El arte de trenzar figuritas existe desde hace más de 200 años y aunque se desarrolla en otras localidades, es propia del pueblo de Rari, a partir de los años 30. La señora Nancy heredó esta actividad artesanal de su suegra, hace más de 36 años. Primero se usaron raíces de árboles recogidas en las orillas de los ríos, canales de riego o acequias, “se tejía todo con la pura raíz del Álamo, sola la raíz, después se agregó el Crin”, hasta que los fertilizantes terminaron “matando”las raíces, y entonces se inició la urdimbre con las colas de los equinos, relató.

Algunos términos usados en la técnica del trenzado se refieren a urdir, que consiste en dar forma a la estructura, esqueleto o ‘armado’ de la figura, por donde pasa la hebra activa. Otra acción, se refiere a sumir o tejer una costura final o de cierre. Con la ayuda de una aguja y tijera se aseguran las hebras y se evita el desarme. Existen diferentes maneras de hacerlo: enrejado, enrejado doble, enrejado triple y engüechicado.

El Crin que se utiliza para el tejido artesanal corresponde específicamente a la cola del caballo, no de la tuza o pelo de la cabeza y cuello superior del equino. Para darle las diferentes tonalidades de color a la figuritas se emplean anilinas químicas especiales, “el Crin viene blanco, café, beige, en todos los tonos de café”, sin embargo, “esa cola blanca es la que nosotros teñimos”, agregó esta artesana de Rari.

Las creaciones y figuras que se tejen son extraídas de revistas y fotografías, además de las solicitudes especiales que le solicitan los clientes. Los objetos poseen un carácter ornamental y accesorios femeninos. “Lo que se más se vende la mariposa siempre,y ahora los aros”, acotó. Dependiendo del largo del material se producen figuras y objetos de una determinada dimensión, comentó la señora Nancy.

Hasta hace algunos años atrás, esta actividad artesanal de Colbún también incluía a los hijos y maridos. En la actualidad, la mayoría de la producción patrimonial la realizan mujeres, quienes se dedican casi por completo a este arte único en el mundo. La localidad de Rari obtuvo el ‘Reconocimiento de Excelencia de Unesco para Productos Artesanales Mercosur’, – junto con Chimbarongo y Doñihue – por el ‘World Crafts Council’, el año 2015.

Esta tradición patrimonial no parece extinguirse en la familia de Nancy Alcántar, puesto que ya algunos de sus descendientes les entusiasma el tejido en Crin. Su nieta de 8 años, cada vez que la visita desde Santiago le dice: “abuelita sentémonos a tejer, y ella se pone los crines en sus piernas – de pierna arriba – y se pone a tejer”, dijo.

El teñido de colores para el Crin tiene una técnica especial, la artesana de Rari aconsejó hervir el agua previamente durante 15 a 20 minutos, agregándole sal para la fijación del color, y luego dejar a la sombra para su secado natural.

Las inspiraciones para sus creaciones provienen de estampas rurales, cotidianas de la vida campesina, aquello que viven a diario estas socias de la ‘Agrupación Maestra Madre’ de Rari, “tejimos cuando estamos sentaditas a la orilla del brasero, con el mate”, explicó.

Con el fin de innovar y cumplir con los pedidos de ferias y locales comerciales, a nivel nacional o internacional, se creó esta agrupación de artesanas de Rari. Al principio, hace 20 años atrás, era un trabajo muy rentable, sin embargo, “ahora hay muchas más artesanas que están exportando o están trabajando mucho más, cuesta conseguir buenas relaciones para poder exportar o vender”, señaló.





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