Con una ceremonia oficial celebrada en la Residencia de Alemania se realizó este martes 16 de octubre la restitución de la ciudadanía alemana al Presidente de Yad Vashem Chile y destacado promotor de los derechos humanos, David Feuerstein, y a su esposa Sara Maria Zucker.
Nacido en 1925 en la actual Polonia, David Feuerstein fue separado de su familia y recluido en el campo de exterminio Auschwitz-Birkenau cuando solo tenía 16 años de edad como consecuencia de las políticas de persecución del régimen nacionalsocialista. En ese lugar fueron asesinados sus padres y sus tres hermanos menores. Posteriormente fue encerrado en el gueto de Varsovia, desde donde escapó en 1944 para unirse a la resistencia polaca.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, emigró a Argentina – donde se nacionalizó – y luego a Chile, donde estableció su residencia definitiva a partir de la década de 1950.
Desde entonces, Feuerstein ha dedicado su vida a promover los valores de la paz, la tolerancia y el respeto a los derechos humanos a partir de su propia experiencia de vida. En ese afán ha sido Presidente para Chile y Vicepresidente para América Latina de Yad Vashem, el Museo del Holocausto e institución oficial israelí de memoria por las víctimas del genocidio. En diciembre de 2016 fue condecorado por el Presidente alemán con la Cruz de Oficial de la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania.
El Embajador Schulze dedicó unas palabras a David Feuerstein, manifestando el honor de participar en este acto de restitución, el cual señaló como el fin de un largo periplo para el matrimonio Feurstein-Zucker.
Por su parte, el Embajador de Israel, Eldad Hayet, se manifestó profundamente emocionado con la ceremonia y destacó que la actual amistad y cooperación entre Israel y Alemania es un ejemplo significativo para la humanidad en un afán por mirar hacia adelante, pero sin olvidar el pasado. El ministro de la Corte Suprema Hugo Dolmestch destacó el valor de la fraternidad para la convivencia pacífica y expresó respecto de este acto que “es de un impacto tal que debiera conmover”.
Desde el año 2000, en el marco de la reforma a la ley de ciudadanía y por un asunto de interés público, el estado alemán entregó la posibilidad de solicitar la recuperación de su ciudadanía a alemanes que la hubieran perdido por naturalizarse en otro país, considerando las especiales circunstancias que derivaron en aquel hecho.