En mayo recién pasado, Trenzando, proyecto que utiliza las abandonadas líneas del tren para promover diferentes actividades artísticas y científicas, llegó hasta San Rosendo para realizar su primera residencia.
Así, la experiencia que se extendió hasta junio, fue decidora, puesto que se realizaron más de 80 actividades entre talleres, conciertos y exhibiciones. En total, participaron más de dos mil personas.
“Fue una experiencia increíble”, comentó Daniela Gutiérrez, coordinadora general del proyecto. “La residencia en San Rosendo nos permitió definir nuestro desafío, ya que nos dimos cuenta de que existe un escaso sentido de pertenencia territorial por parte de los jóvenes de las localidades no metropolitanas”, manifestó.
“Entonces, esa residencia nos permitió confirmar la hipótesis de que, efectivamente, la crisis de identidad que han sufrido muchas de estas localidades tienen una profunda relación con la crisis de desarrollo local, porque no se ha logrado cuajar una identidad colectiva. Eso ha afectado mucho, principalmente, a las generaciones más jóvenes”, agregó la gestora cultural, quien comenzó a trabajar en el proyecto en 2010.
En dicha oportunidad, el programa impulsado por Trenzando fue elaborado de acuerdo a los intereses de las organizaciones sociales del sector. Para Gutiérrez, esa fue una de las claves de la iniciativa.
“Esa fue la experiencia más rica, la experiencia que nos trajo mejores resultados. Con este co diseño nos dimos cuenta de lo eficiente que es trabajar con los agentes locales claves, porque así uno no tiene que llegar como organización foránea y hacer como que es el primero que inventa la rueda. Además, esto permite que lo que propongamos tenga mucha más pertenencia territorial y mayor impacto a largo plazo”, dijo.
La campaña
Durante noviembre, el equipo que lidera el proyecto comenzará una campaña con el fin de reunir fondos para así realizar nuevas residencias en Til Til, Ocoa, Ránquil, Yumbel y Chimbarongo.
La meta, según explicó Daniela Gutiérrez, es reunir 15 millones de pesos que irán destinados a mejorar la infraestructura de los vagones de la nave de Trenzando.
“En particular, queremos sumar un nuevo vagón para construir un estudio de grabación, porque nos dimos cuenta de que uno de los objetivos importantes de Trenzando es poder difundir el relato y la memoria de estas localidades, y a través de la música se construye este relato y, bueno, conocimos a cantautores locales increíbles”, dijo.
“Entonces, este estudio de grabación va a enriquecer mucho más la experiencia. Además, queremos tener mejor equipamiento técnico como escaleras y barandas para hacer la nave mucho más segura”, concluyó.
Este proyecto consta de una nave y cinco contenedores marítimos que fueron readaptados: uno de ellos es una cocina, otro un dormitorio para los encargados del proyecto, un tercero fue equipado como una oficina y otro corresponde a un escenario desmontable. El quinto es una sala destinada a realizar talleres.
Actualmente, en el país existen cerca de 170 estaciones de trenes que se encuentran abandonadas. Con esta iniciativa, sin embargo, dichas estaciones podrían reactivarse.
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