Pese a que sólo alcanzaron a ser auditados por Corfo 28 de los 33 contratos de licencia por nuevas tecnologías que la Universidad de Chile firmó entre julio de 2017 y junio de 2018, nuestro plantel alcanzó el máximo reconocimiento de los Premios de Transferencia Tecnológica 2018 que año a año entrega esta agencia gubernamental. El organismo, dependiente del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, distinguió a la Casa de Bello como la institución de mejor desempeño en este ámbito por el trabajo de la Dirección de Innovación, de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo, como “Oficina de Transferencia y Licenciamiento”, destacando el volumen de tecnologías impulsadas por investigadores de la institución que se traducen en soluciones concretas para el sector público y privado.
Entre las innovaciones licenciadas por la Universidad de Chile en este período figuran nuevas variedades vegetales de nectarines y durazneros; terapia génica para el tratamiento contra la esclerosis lateral amiotrófica; software para la planificación y gestión minera; métodos de detección de microoganismos para la industria vitivinícola, alimenticia y animal; líneas celulares para el estudio de enfermedades y el descubrimiento de nuevas drogas, entre otras tecnologías. Un sello distintivo de la ciencia aplicada desarrollada por nuestro plantel en este período fue su alto impacto internacional, ejecutando contratos con entidades extranjeras de países como Estados Unidos, Australia, Brasil y Colombia, alcanzando también mercados como Francia, China, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Colombia y España, sólo por nombrar algunos.
Fomento institucional a la innovación
El vicepresidente ejecutivo de Corfo, Sebastián Sichel, enfatizó el aporte que están realizando las universidades líderes en Chile al mundo productivo mediante soluciones concretas para enfrentar la “Cuarta Revolución Industrial”. En este contexto, relevó el trabajo que lidera la Casa de Bello en el país. “Esto ha sido asumido con una visión institucional particularmente por la Universidad de Chile. Ya no obedece sólo al impulso de unos investigadores, sino que hay una mirada institucional de que ésta es la estrategia de desarrollo de la investigación en una universidad. Esto es muy relevante porque se está dando un apoyo formal a los investigadores para visibilizar su trabajo y vincularlos con ecosistema productivo. Si seguimos haciendo esto bien estaremos abriendo las puertas al desarrollo de manera más acelerada”, señaló.
Uno de los principales fundamentos que han permitido este reconocimiento se sustenta en una política específica sobre transferencia tecnológica impulsada desde la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo (VID) y que ha sido seguida por gran parte de las unidades académicas, explicó el vicerrector Flavio Salazar. “A partir de ésta, hemos generado procesos y reglamentos claros que han permitido respaldar y encausar las innovaciones e investigaciones aplicadas. Esto se ha materializado en un mayor número de patentes, mayor número de tecnologías y, por ende, en una mayor capacidad de transferencia hacia la sociedad”. A futuro, agregó, “debemos consolidar lo que hemos avanzado y fomentar una serie de nuevos acuerdos que tienen que ver con el apoyo a las spin off y su reglamentación, abordar temas de conflictos de interés y la captura de nuevos fondos para invertir en tecnología, sobre todo en etapas tempranas, cuando es más difícil encontrar apoyo tanto del Estado como de inversionistas”.
El premio fue recibido por el Rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi; la directora de Investigación, Silvia Núñez; y el jefe de la Unidad de Transferencia de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo, Gaspar Morgado. La ceremonia fue realizada en el marco del “VII Encuentro Chile: ciencia, tecnología y empresa”, actividad organizada por el Ministerio de Economía, Fomento y Turismo y Corfo, en la que participaron participaron representantes de la VID y de unidades académicas de la Universidad.
Texto de Cristian Fuentes Valencia
Prensa UChile