Nicanor Parra y su influencia en los nuevos autores

A un año de la muerte de Nicanor Parra, tres escritores chilenos se refieren a cómo la obra del antipoeta influenció sus trabajos. Natalia Berbelagua, Héctor Hernández y Joaquín Miranda son parte de este análisis.

A un año de la muerte de Nicanor Parra, tres escritores chilenos se refieren a cómo la obra del antipoeta influenció sus trabajos. Natalia Berbelagua, Héctor Hernández y Joaquín Miranda son parte de este análisis.

Nacieron al calor de La Escena de Avanzada y bajo una política de transiciones. También, fueron testigos de cómo la obra de Nicanor Parra se extendió más allá de nuestras fronteras, sumando elogios y admiradores.

Esa es la generación post Parra. Aquella que no coincidió con él, pero que vio en sus artefactos una mezcla de osadía e ingenio.

A un año de la muerte del escritor, Natalia Berbelagua, Héctor Hernández y Joaquín Miranda revisan la influencia del antipoeta en sus trabajos, así como el diálogo de la obra parriana con la nueva generación de escritores chilenos.

Admiración, distancia y presencia es parte de este análisis.

Natalia Berbelagua: “Parra está presente en mi obra como una especie de padrino”

Natalia Berbelagua (1985) conoció a Nicanor Parra cuando sólo tenía 11 años. Entonces, la escritora se encontraba de vacaciones en un Las Cruces, un destino usualmente elegido por su familia.

Según recuerda, aquel primer encuentro tuvo lugar en un bosque de eucaliptus. Ella paseaba con su prima cuando irrumpió el escritor para hablarles sobre árboles.

“Recuerdo ese momento como un impacto, porque yo ya quería ser escritora. Entonces, estar en un pequeño bosque de eucaliptus con mi prima y que apareciera él a hablar sobre los árboles parece casi como una fábula. Ese invierno me habían dado un trabajo para las vacaciones de invierno. Tenía que hacer 40 biografías sobre escritores chilenos y ahí mismo estaba Parra. Llegué a la casa muy feliz, con la conciencia de que había conocido a un escritor de verdad”, recuerda la escritora.

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Natalia Berbelagua. Fotografía de Luciano Contreras.

Luego, cuando concluyó su primer libro, Valporno, la autora decidió golpear la puerta de Parra en Las Cruces. Aún no tiene muy claro por qué decidió visitar al escritor, sin embargo, afirma que la conversación la marcó rotundamente, ya que entonces Parra fue el primero en valorar su escritura.

Por lo mismo, afirma: “Parra está presente en mi obra como una especie de padrino. Fue el primer escritor que dijo que mi libro era bueno, o que escribía bien”.

Para la autora, uno de los aspectos que más le llama la atención de Parra es el uso del humor. Respecto de este punto señala: “Me quedé con la idea de que el humor es siempre un camino por el que debiera estar dispuesta a transitar y que, si en mí estaban esas ganas de escribir, tenía que echarme los miedos a la espalda. Tal vez eso también le llamó la atención a él. El lanzarme a un libro muy pelacables para entrar al mundo literario”.

En esta línea, afirma que Parra dejó una enseñanza para las nuevas generaciones: “Hacer lo que uno quiere al margen de lo que dictan las tendencias o las formas de hacer literatura. Como la literatura está ligada con los diplomas, con el reconocimiento de tu nombre, es fácil caer en el juego de querer ser valorada por los lectores, los críticos, los otros escritores. Pero eso en verdad no está bien. El arte tiene que ser rebelde en algún punto, tiene que remover o desestabilizar, sino es decoración”.

Héctor Hernández Montecinos: “Lo que más me interesa de Parra es su sentido común”   

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Para Héctor Hernández (1979), Parra es un escritor que ejerció influencia, principalmente, en la generación de Bolaño y Zurita. Por lo mismo, afirma para los nuevos autores, la presencia de Parra es “más cultural que literaria”.

“Para Parra la poesía ya no es una obra literaria sino operaciones con el lenguaje. Eso me interesa ahora. No lo leí en mi formación y no creo esté presente de manera explícita en mi poesía. La antipoesía se inserta en la corriente de la no literatura como Carroll u otros, lo que en Francia fue la antiliteratura, es decir, la negación del fenómeno lírico lineal. Ese contexto sí me influenció y está en el Parra de los sesenta y setenta”, dice el poeta.

“Neruda luchó en el inició de la Guerra Fría; Raúl Zurita en su final. Nicanor Parra vio el resultado de esa lucha que es su empate técnico, es decir, ´la derecha y la izquierda unidas jamás serán vencidas’. Lo que más me interesa de Parra es eso, su sentido común, su pragmatismo y su ingenio que son formas de una inteligencia literaria fenomenal”, añade.

Joaquín Miranda: “Falta leer a Nicanor Parra”

Joaquín Miranda (1993) también se reconoce heredero de la obra parriana. Según sostiene, uno de los aspectos que más lo conmueve del poeta es cómo logra mezclar el ingenio con el humor. “Cuando leo a Parra lo que veo es un tipo ultra culto, que se las ingenia para parecer que habla como si fuera de la calle, pero haciendo guiños a cosas muy elegantes, de pronto, a intertectualidades con otros autores que generan cierto dejo humorístico”, dice.

Al mismo tiempo, sostiene que una de los legados que dejó el autor, para las nuevas generaciones, es su formación científica y humanista. “Es súper importante ver ahí el tema de la educación integral, el no dejarnos influenciar solamente por una rama. Parra refleja muy bien eso de que aprendamos de todo y escribamos sobre eso. Todo genera conocimiento eso está extrapolado en su escritura”.

“Pero, en general, falta leer a Nicanor Parra. Es un autor difícil y falta tener una base más solida de poesía para poder leerlo y entender un poco los guiños que hace, pero eso pasa con la poesía en general, no solo con Nicanor”, concluye.





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