Comprar, usar y botar, esa es la lógica detrás del consumo actual en Chile. Ropa, zapatos y accesorios a bajo costo que nos ofrece el retail para usarlas en promedio de tres a nueves veces, la mayoría de ellos, importaciones de lugares donde la producción y la mano de obra es más barata.
Lo que ha implicado el debilitamiento y desaparición de la industria nacional, ejemplo de lo anterior, fue el cierre de la emblemática fábrica de Guante y Gacel en San Miguel a mediados de marzo de este año.
“La empresa por años hizo lo posible para seguir fabricando en Chile, sin embargo, la situación se hizo insostenible”, señalaba el comunicado de la compañía que producía zapatos ahí hace 90 años.
Sobre el tema Radio y Diario Universidad de Chile conversó con Josefina Vidal, diseñadora y una de las investigadoras del proyecto Fondart 2018 Moda al Paso, historia de las boutiques y pequeñas prendas de vestuario entre 1967 y 1987.
Respecto de del cierre de la fábrica de calzado y la desvinculación de 283 trabajadores, la diseñadora afirmó que “es triste ver lo que está pasando, seguramente los dueños están afectados por todos los años de tradición, pero te aseguro que les va a ir mucho mejor con las importaciones”.
“Por ello, es necesario que existan políticas publicas que defiendan la industria nacional. Lamentablemente, si todo se rige por términos económicos, van a seguir cerrándose empresas chilenas”, añadió.
A raíz de lo anterior, la diseñadora e investigadora señaló que debe resultar difícil para las nuevas generaciones imaginarse que el panorama era distinto en cuanto a manufactura. Antes, en nuestro país, existía un ideario nacionalista: toda la ropa era hecha en Chile como muchos otros objetos y productos.
“Se remonta a la década del ’30 cuando se comienza con el modelo de desarrollo hacia dentro, con la creación de la Corporación de Fomento (CORFO). Esto impulsa a que exista una industria textil moderna en Chile, la que estuvo en manos migrantes, la mayoría eran árabes e italianos. Con cientos de trabajadores, eran industrias que tenían colegios, comisarias, etc. Era todo un barrio que funcionaba en torno a ellas”, explicó.
Ejemplo de esto eran Yarur Manufacturas Chilenas de Algodón, Manufacturas Sumar, Caffarena, Sociedad de Linos La Unión, Molleto hermanos, entre otras. De esta forma, se producía en Chile desde fibras naturales como algodón, lana y lino, hasta sintéticas como el nylon y el rayón.
Sin embargo, el debilitamiento de esta industria se inició cuando comenzaron las importaciones en los años 80, la producción local no pudo con el mercado externo, lo que implicó la quiebra de muchas empresas y muy pocas sobrevivieron hasta el 2000.
Para Josefina Vidal, “resulta difícil imaginarse que todo eso se haya derrumbado pues fue uno de los principales factores de que, por ejemplo, existiera moda en Chile. Hay que pensar que había materia prima disponible, de muy buena calidad y accesible”.
“La industria nacional permitió que existiera todo un sistema de producción no sólo habían boutiques, que es el tema que estoy investigando, sino que habían cosas que se hacían a medida, sastres, costureras, tiendas, etc. La industria textil y de vestuario era capaz abastecer gran parte de la demanda nacional”, indicó.
La diseñadora explicó que a pesar del panorama actual en Chile hay una nueva tendencia en la moda y de vestuario que es el diseño de autor, “son diseñadores nacionales que están haciendo diferentes objetos, bajo un discurso de producción sustentable, algunos hasta optando por materias locales como lanas y tejidos”.
Y agregó que “cada vez más hay producción nacional, pero no a nivel masivo porque es imposible. En Chile si no existen políticas de Estado que defiendan la industria nacional como fue en un principio ¿Quién va a poder hacerle la competencia a las tiendas de retail?”.
Finalmente, sobre las prácticas de consumo actuales, Josefina Vidal afirmó que ahora existe “una cultura del comprar y botar porque ahora las cosas no cuestan nada”. No obstante, señaló que “el cambio parte por nosotros, tenemos que tener un consumo responsable, porque es la forma más inmediata de hacer política”.