Los representantes del gobierno, incluido el ministro Ampuero, se han esforzado en repetir una y otra vez que el CPTPP o TPP-11 es “inclusivo”. Como con otras aseveraciones, no entregan pruebas que la sustenten. Si uno revisa el tratado, encuentra que el capítulo sobre participación de las PYMEs no es más que unas pocas promesas de acceso a plataformas electrónicas de información sobre comercio exterior. Si revisamos el capítulo de “desarrollo”, lo que hay es un conjunto de promesas vagas sobre capacitación para aprovechar el comercio. Pero lo que se hace patético es el argumento utilizado por representantes del gobierno de que el nombre del tratado incluye el concepto de inclusión en su título a través de las palabras “integral y progresista”
Desde el punto de vista de quienes redactaron el tratado, el agregar al título las palabras “integral y progresista” a último minuto parece haber sido un acto de relaciones públicas, pero también un lapsus que sólo delata la real naturaleza del tratado. El título en inglés -que es el que prevalece en caso de disputas de interpretación- utiliza las palabras “comprehensive and progressive”. “Comprehensive” en inglés significa abarcador, exhaustivo, amplio, que es exactamente lo que el TPP pretende: imponer nuevas reglas en todas las áreas de la economía y la vida nacional a fin de facilitar las ganancias del capital extranjero. De inclusivo, nada.
Por su parte, “progressive” podría ser correctamente traducido a “progresista”, pero su significado claramente más común es en realidad el de “progresivo”, es decir, algo que sigue creciendo y abarcando. Esto coincide con numerosas cláusulas del TPP que dicen que el tratado deberá revisarse periódicamente a fin de “considerar formas para fortalecer aún más el comercio y la inversión entre las Partes”. Es decir, considerar formas para dar mayores y nuevas garantías a los grandes capitales. Nuevamente, de inclusivo, nada. Y de progresista, menos.
La pregunta es si el señor Ampuero y otros representantes del gobierno no saben inglés o premeditadamente lanzan al aire falsedad tras falsedad. Lo trágico, es que si el tratado se ratifica y hay diferencias de opinión sobre su aplicación, habrá que guiarse por la versión en inglés.
Una razón más para decirle no al CPTPP.