Reforma tributaria: todo para los ricos a cuenta de los pobres

  • 03-04-2019

 El proyecto de ley de reforma tributaria presentado por el gobierno de Sebastián Piñera es fundamental para el Ejecutivo en materia del cumplimiento de sus promesas de campaña con el empresariado y la SOFOFA. El Proyecto de ley que actualmente está en la puerta del cementerio, ya que después de las modificaciones realizadas, no deja contentos ni a los empresarios ni a la derecha, mucho menos dejará contento al resto del país, que –en general- carece de herramientas para entender un lenguaje proveniente de la tecnocracia y ha pasado por un largo proceso de despolitización. Además, han fracasado los intentos de cocina en La Moneda y se ha conseguido sólo fortalecer los acuerdos políticos de la oposición en materias planteadas por el Frente Amplio de acuerdo a las demandas ciudadanas.

La reforma tributaria ha sido diseñada por el gobierno para que en todas sus medidas tengan un componente altamente regresivo, es decir, que los ricos sean quienes paguen menos impuestos y reciban más beneficios fiscales.

Es por ello, por lo que los espacios políticos que van desde el centro hasta la izquierda deberían oponerse completamente al proyecto de reforma tributaria enviado por el Ejecutivo. No es posible que en uno de los países más desiguales del mundo se diseñen sistemas tributarios que no sólo profundizan esa desigualdad, sino que permiten que se sigan acumulando recursos y riquezas para los grandes empresarios del país.

Las medidas propuestas por el gobierno guardan relación con pasar a un sistema integrado y único, el cual se aplicará a todas las empresas, salvo las PYMES. El sistema propuesto no diferencia entre los tipos de empresas, y, por lo tanto, no aplicaría un impuesto especial a las “megaempresas”. Además, permite integrar y descontar en un 100% los impuestos que pagan las empresas, de los impuestos que pagan las personas dueñas de esas empresas.

Por otra parte, da beneficios tributarios de 2000 UF a 4000 UF para comprar viviendas descontando el 45% del IVA. Asimismo, disminuye el impuesto de las PYMES de 27% a 25%, sin embargo, es muy conocido que grandes empresas tienen diversos roles tributarios, pudiendo hacerse pasar fácilmente por una PYME y así poder descontar y evadir impuestos.

La actual propuesta de reforma tributaria obliga a los grandes proyectos que se realicen en regiones a aportar un 1% de la inversión que se ejecute; no obstante, este porcentaje es bajo en comparación con los países de la OCDE y da un período de 5 años para que se pueda pagar este valor. Cabe preguntarse si las regiones merecen más que un 1% y si ese 1% compensa todos los desequilibrios medioambientales, sociales, políticos y económicos que generan los grandes proyectos, en general conocidos como la enfermedad holandesa, por producir efectos negativos en el territorio que recibe volúmenes extraordinarios de ingresos o inversiones.

Se crearía un impuesto del 19% para plataformas digitales como Netflix y Spotify; al ser éste un impuesto al consumo no diferencia entre las personas que poseen altos ingresos o bajos ingresos y, por lo tanto, tendrá un carácter regresivo.

Respecto del impuesto verde, quiere eliminarse el requisito de la potencia térmica instalada de a lo menos 50 mega watts y se gravaría la emisión de material particulado, óxido de nitrógeno, dióxido de azufre o dióxido de carbono; lamentablemente los umbrales mínimos de emisión son 100 toneladas de material particulado y 25.000 toneladas de CO2, mínimos que perfectamente podrían generar sinergias y crisis medioambientales como las vividas en Quintero.

Se abre una ventana para declarar las utilidades del FUT acumuladas a diciembre del 2016 con una tasa única de un 30%, cuya vigencia será hasta el año 2020, creando la posibilidad de que nuevamente se genere un descuento de impuestos relevante para los grandes capitales nacionales.

Otro aspecto de la reforma es que el proyecto recauda en régimen 428 millones de dólares, correspondiente al 0,1% del PIB; pero simplificar el sistema tributario generaría una disminución de 833 millones de dólares. Por otra parte, el gobierno estima que la modernización de los cuerpos legales tributarios, tales como, la boleta electrónica obligatoria, generaría en régimen un aumento en la recaudación, el cual no necesariamente se produciría, generando un debilitamiento significativo de las arcas fiscales.

Por último, respecto de la depreciación: este proyecto establece un régimen transitorio de depreciación instantánea, equivalente al 50% de la inversión realizada en activos fijos nuevos e importados, también para inversiones en obras y construcciones, una vez que se inicie su utilización. Este régimen se extendería por 2 años. Las empresas podrían depreciar instantáneamente el 50% de la inversión realizada en nuevos proyectos que se inicien durante el dicho periodo y de forma acelerada el restante 50% de la inversión.

El rol de un sistema tributario es incentivar una mejor distribución de los recursos mediante los beneficios tributarios y el cobro de los impuestos a los sectores de mayores ingresos, de ti y de todos nosotros depende que los gobiernos electos diseñen sistemas tributarios para el desarrollo de la sociedad en su conjunto y no solo para los ricos a cuenta de los pobres.

 

La autora es Economista, Doctorando en Ciencias Sociales 

 

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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