Transparencia modernizada

  • 07-04-2019

Desde septiembre del año pasado que está en trámite el proyecto que modifica la ley sobre acceso a la información pública, el que ha sido llamado “Transparencia 2.0” por el Ministro Blumel. Esta iniciativa viene a hacerse cargo de aquellos espacios más débiles de la Ley 20.285, como ampliar las exigencias de hacer pública la información de organismos autónomos, como el Congreso Nacional, el Banco Central y la Contraloría General, entre otros.

También se generan cambios en cuanto a la transparencia activa, especificando la información que debe ser pública y aumentando las sanciones en caso de no acatamiento. En este sentido, con el fin de facilitar el cumplimiento de los deberes de transparencia activa, se propone crear el Portal de Transparencia del Estado. Con este se busca generar una interoperabilidad entre los portales de todos los órganos regulados por la Ley 20.285.

La iniciativa de crear el Portal de Transparencia es, quizás, la herramienta que más cambios podría generar en cuanto a la calidad del acceso de la información pública se refiere, sobre todo en materia de la presentación de los datos. Si bien la anterior ley de transparencia ha cumplido con los estándares mínimos de facilidad al acceso de la información, lo cierto es que en cuanto a la calidad para obtenerla se ha quedado atrás. Por un lado, no existe una unificación y sistematización de los datos entre los distintos organismos, lo que imposibilita el cruce de información. Por otro lado, la disponibilidad de variados formatos es casi nula, lo que dificulta completamente el uso con fines de investigación.

Mejorar la calidad del acceso a la información pública es crucial si se desea alcanzar los objetivos que son intrínsecos a este derecho: probidad, transparencia y participación ciudadana. Obtener datos públicos que tengan un formato amigable para cualquier uso y que posean una estructura comprensible para todos los ciudadanos, no solo nos permite generar un mecanismo de control a nivel civil e institucional, sino que también permite el desarrollo personal al considerarnos parte de una sociedad que puede confiar en sus estamentos.

Por otro lado, la información pública con las características anteriores, posibilita también la realización individual, ya que nos permite generar opinión con contenido, acercándonos a los mecanismos de toma de decisiones políticas. En este mismo sentido, los ciudadanos tienen la posibilidad de convertirse en fiscalizadores de las autoridades que eligen, exigiendo las mejoras que consideren pertinentes con fundamentos.

Es por todo lo anterior que una iniciativa como el Portal de Transparencia posee la gran capacidad de mejorar una de las instancias que tiene la ciudadanía para acercarse a los asuntos públicos.  La información que esta nueva herramienta nos podrá entregar es uno de los productos más valiosos que podríamos obtener de este gobierno. Por lo mismo, mantener la promesa de respetar el derecho de acceso a la información pública, agregándole características de calidad y facilidad de acceso, es lo que esperamos de esta nueva Transparencia 2.0.

 

La autora es investigadora de Fundación Piensa

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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