“Con mucha alegría y humildad”. De esta manera, Marcos García de la Huerta recibió el Premio Nacional de Humanidades 2019, reconocimiento que le fuera otorgado el lunes 26 de agosto por el Ministerio de Educación.

El filósofo e ingeniero comercial, académico de la Universidad de Chile, dialogó con nuestro medio y comentó, entre otras cosas, el rol del Estado de Chile en los asuntos estratégicos del país.

Al respecto, García de la Huerta hizo especial énfasis en lo que se refiere a la economía nacional, indicando que el Estado debe tener un papel protagónico y debe fomentar la industrialización del país, industrialización que se avizora muy lejos de la realidad.

“El Estado tiene una función estratégica clave, no corresponde, por ejemplo, el hecho de que nosotros, siendo uno de los principales productores de cobre del mundo, no produzcamos ningún tornillo, es una cuestión muy significativa, muy difícil de digerir”.

En ese sentido, el Premio Nacional de Humanidades recordó las empresas locales que han quebrado y siguen quebrando en Chile debido a la economía primaria que rige al país.

“Está el discurso político la idea aquella de la segunda fase exportadora, que tenemos que agregar valor a los productos de exportación, etc. Yo diría que algo se hace, estamos con vinos de otra calidad, con una tecnología más avanzada –el mismo cobre se procesa con tecnología altamente desarrollada-, pero el asunto es que a la fase propiamente industrial nunca hemos llegado, más bien han quebrado las industrias tradicionales, y siguen quebrando empresas”.

En esta línea, para el filósofo, es la competencia internacional y la apertura al comercio exterior el desafío al que hay que apuntar.

El académico también tuvo palabras para referirse a la actual situación de la educación pública. Al respecto, valoró el papel que ejerce en y para la sociedad y advirtió sobre la amenaza que recae en ella debido a la desinstitucionalización del país.

Por lo mismo, invocó la figura de Andrés Bello y su papel como propulsor y defensor de la educación pública.

“La situación actual de desinstitucionalización que se vive a todos los niveles y que alcanza la Iglesia, la Policía, el Ejército, está ráfaga amenaza también la educación y las universidades públicas. Yo creo que tenemos que afincarnos en lo que ha sido la tradición de la Universidad de Chile, pensar en los Andrés Bello, esas personas que fueron tocadas por el impulso libertario como una especie de relámpago, que toda su vida la dedicaron a la cuestión pública”.

Marcos García de la Huerta ha estado ligado por años a nuestra casa de estudios y, según expresó a nuestro medio, pretende seguir hasta donde sea capaz.

“Yo quiero seguir sirviendo a la Universidad, todavía tengo fuerza, sigo estando en el Departamento de Filosofía de la Facultad de Filosofía y Humanidades, desde allí puedo seguir sirviendo en la dirección de la Revista de Filosofía y en lo que se pueda”.

“La Universidad de Chile es mi casa”, sentenció el académico.