En el marco de la coyuntura político y social que se vive en Chile, la Red de Mujeres por la Ciudad realizó su primer cabildo abierto por el derecho a la ciudad.

Más de un centenar de personas se sumaron al llamado, con la intención de discutir sobre el habitar y cómo en estos espacios se reproducen las desigualdades, hoy reclamadas en las calles por millones de chilenas y chilenos.

En la reflexión, algunos de los puntos señalados como los más críticos tienen que ver con el espacio público, principalmente en la forma que este segrega socioeconómicamente a la población, relegando a las mujeres más pobres al aislamiento por la imposibilidad de tejer redes en comunidad.

La concepción y el diseño de la ciudad fueron identificados como dos de los factores determinantes en este problema, toda vez que los grandes centros urbanos del país están pensados para ser ocupados por hombres jóvenes y productivos, dejando fuera a todos quienes no cumplan con esa categoría.

El uso del tiempo libre también fue uno de los puntos centrales de la discusión. Las mujeres, encargadas principalmente de las tareas de cuidado, quedan marginadas del ocio como derecho. Situación que se agrava a menores ingresos económicos y que repercute negativamente en las hijas e hijos de estos sectores sociales.

La convocatoria, realizada solo cinco días después de que el gobierno retirara la medida de toque de queda dictada en medio del estado de emergencia, también permitió conversar sobre  la ciudad sitiada y cómo estas barreras nos impiden ejercer nuestro derecho de habitar.

Además, puso de manifiesto que, como mujeres, nos sentimos viviendo en un permanente “toque de queda”, cada vez que vemos expuesta nuestra integridad física, al ser perseguidas, amenazadas, agredidas, vejadas e, incluso, asesinadas, por el simple hecho de ser mujeres.

Entre las soluciones planteadas, sonó con fuerza el reivindicar los espacios comunitarios para tejer redes y vencer, de esa forma, a la individualización en la que se nos obliga a vivir. También, en la importancia de que los cargos políticos territoriales y nacionales sean distribuidos de manera equitativa entre hombres y mujeres, única forma de no estar subrepresentadas en la toma de decisiones.

Así, el repensar la ciudad para todas y todos es entendido como el punto de partida para construir una sociedad más justa, donde mujeres, niñas y niños, ancianos, migrantes y hombres puedan participar de forma equitativa en todos los espacios sociales.

La actividad realizada este jueves 31 de octubre, tuvo participación de organizaciones como Sur Corporación, Ciudad Feminista, Ciudad y Género, Vértice, Mujer y Arquitectura, y decenas ciudadanas y ciudadanos cuyo interés es discutir sobre ciudades y democracia.