Quimioterapia + militarización=¿neopinochetismo?

  • 26-11-2019

Van más de 24 fallecidos. Más de 200 que han perdido uno de sus ojos, sobre todo jóvenes;  cifra terrible, miles de detenidos y maltratados hasta ahora impunemente por una doctrina y accionar equivocado. Ahora tenemos una joven fotógrafa y reportera en las manifestaciones y marchas, encontrada muerta en su departamento. Además, no podemos olvidar el Informe lapidario de Amnistía Internacional.  Sería bueno que todos lo pudieran leer. ¿ Cuál es el derecho que asiste a la fuerza pública para privar de la vista a los manifestantes?  Se amparan ellos y las autoridades en qué pacto de derechos humanos conocido pata justificarse?   Y frente a toda esta brutalidad lo único que puede hacer el Sr.  General es una metáfora, muy mala por lo demás:  en una “guerra” contra las “células malas”, pueden caer también las “buenas”; “daños colaterales” se les llama en lenguaje militar.  A las derechas les viene bien el lenguaje guerrero, porque ellas la verdad no tienen interés en la soberanía popular; no creen “en la gente” como decían los publicistas; tampoco en una democracia real.  Lo de ellos es la idea de Jaime Guzmán: una democracia “protegida” para que sus intereses minoritarios y elitarios manden siempre.

¿En qué doctrina han sido “educados” estos generales, pagados por todos nosotros para protegernos, no para agredirnos?  Resulta difícil de creer que después de tantos años las FFAA y de Orden vuelvan a repetir los “argumentos” que esgrimió el Sr. Leigh y sus socios  el 11 de septiembre del 73,  para reprimir sin cuento, detener, torturar, exiliar y hacer desaparecer a cientos de miles de chilenos y chilenas. ¿ Hasta cuándo se seguirán formando al estilo Made in USA,  inventando cucos como el “comunismo” y el “populismo”  para mantener sus privilegios?

Chile despertó, reza  el refrán en todas las marchas. Eso implica: en Chile volvemos a tener capacidad de asombro ante lo que sucede. Sin embargo, frente a las palabras de estos generales, como a las del ministro de defensa, y las del mismo Piñera, que insiste en militarizar las calles como si eso fuera solución, no se visualiza  una reacción clara y suficiente de parte de la misma elite política y los medios de comunicación. Al parecer ellos siguen durmiendo recostados en su parcela de poder.  Por favor, es cosa de mirar en el continente lo que sucede cuando se aplican políticas de fuerza. Colombia, no está muy lejos de aquí.  Tampoco lo sucedido en México, con la militarización en la guerra al narcotráfico, la delincuencia y los opositores. ¿Eso queremos para Chile?

Qué vergüenza.  Después, claro, después salen pidiendo “perdón”. Pero ya no sirve. El daño, el sufrimiento ya está hecho.  Lo que ya dijo es en lo que en verdad  cree el Sr. General.  Lo mismo le sucede al Sr. Piñera cuando en su anuncio de militarización, de contratar asesores extranjeros en represión, de incorporar cuadros retirados de las policías, se confiesa en un lapsus diciendo: esto es contra la democracia ¡. Por fin, hay que decirlo, algo de verdad pues.

Los gobiernos neoliberales son especialista en el ninguneo social. Ellos no “ven” los problemas que  las grandes mayoría, el pueblo, podemos tener día a día para sobrevivir. ¿Por qué  los gobernantes y la elite congresal no investigan de donde provienen  muchos de esos jóvenes, titulados de vándalos y de “desechables”?   No solo de donde vienen; sino qué ha hecho el modelo actual de sociedad con y por ellos?  Cuál ha sido su preocupación,  más allá de lo que es tradición: represión y cárcel? Uno esperaría que ante semejantes frases del Sr. General  y  las palabras del Sr. Piñera, la elite política entrara en actitud de  asombro  y se manifestase de manera más contundente a favor de la política, y no de las armas y la represión.

No puede haber acuerdos y pactos con aquellos que mantienen e impulsan formas de represión continuadas.  La invocación al orden entendido como violencia estatal no es suficiente.

Pero eso es algo que la elite no parece entender ni querer hacerlo. No necesitamos asesores externos en represión de movimientos sociales y políticos. Para eso tenemos  la embajada de los EEUU.  Suficiente “asesoría”.

Eso es lo que más duele: el lavado de manos,  como buenos Pilatos. Claro, si esto mismo sucediera en la Venezuela del Presidente Maduro, uff como correría el Sr. Almagro; como gritaría el Sr. Pence y el Grupo de Lima, los periodistas de los medios corporativos: Maduro deja “ciegos” a los manifestantes ¡¡ Horror de horrores…

Hay actos y gestos de los supuestos líderes que nosotros, los ciudadanos y soberanos,  no podemos dejar pasar, porque hacerlo, implica rebajarnos nosotros mismos a una condición de una ciudadanía  indigna de ese nombre.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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