50 días. Ni más ni menos. Siete semanas en que la ciudadanía se ha tomado las calles del país expresando su descontento con políticas que -se escucha en las marchas- solo favorecen a unos pocos.

Plaza Italia -rebautizada por los manifestantes como Plaza de La Dignidad- ha sido el punto más emblemático del descontento social. Así ha sido desde el primer día hasta este viernes seis de diciembre, fecha en que, nuevamente, miles de personas se concentran para ejercer su derecho a protestar.

Pasada las 17:00 horas la gente comenzó a llegar con banderas, pancartas y lienzos al alero del grito más emblemático del estallido: “Chile despertó”.

Y despierto se ha mantenido el país a pesar de las comprobadas violaciones a los derechos humanos, al paso del tiempo, y a los pactos políticos.

Pero la concentración de este viernes seis se da en una semana especial, una semana en que se discutió la Acusación Constitucional en contra del Presidente Sebastián Piñera -la que deberá votarse la próxima semana-, una semana en que los saqueos y actos vandálicos se han tomado la agenda mediática, y una semana en que nuestros legisladores votaron a favor de una ley anti barricadas.

Y es en este último punto donde la tensión se ha intensificado, pues parlamentarios del Frente Amplio votaron a favor de la iniciativa gubernamental, algo que generó tanto descontento que los diputados pertenecientes al conglomerado debieron reconocer el error y pedir disculpas.

Para bien o para mal, la votación está hecha.

La calle responde.

Plaza Italia es testigo.