En la Villa Santa Teresa de La Florida se realizará este domingo (Las Araucarias con Paseo de la Plaza, 11:00 hrs.) el octavo concierto del proyecto Réquiem por Chile, que desde fines de octubre ha desarrollado un grupo de músicos que incluye directores de orquesta y coro, cantantes e instrumentistas.
El primero fue el 27 de octubre en la plaza Bernardo Leighton, frente a la Iglesia Los Sacramentinos, cuando todavía regía el estado de emergencia decretado por el Gobierno para enfrentar las manifestaciones sociales.
Más de 500 músicos participaron de la iniciativa interpretando el Réquiem de Mozart, como un homenaje a las personas que habían perdido la vida durante los primeros días de protesta.
“Estaban pasando muchas cosas. Había violaciones a los Derechos Humanos, había gente muerta. Necesitábamos hacer algo, porque con otros colegas nos sentíamos paralizados y pensamos que era una forma de aportar”, recuerda Igor Osses, director de la Orquesta de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile y de agrupaciones juveniles de La Florida y Padre Hurtado.
“No pensamos que iba a llegar tanta gente”, admite otra de las gestoras de la iniciativa, la cantante y directora coral Carolina Muñoz. “Era una forma potente de reunir a personas de diferentes ideologías, pero que tenemos un punto de unión que es la música, el deseo de regalar un minuto de consuelo frente a todo lo que está pasando, tan doloroso”.
“Elegimos el Réquiem porque es el luto por la muerte y el hecho de que se busca silenciar esas muertes. Es una misa por los difuntos, donde uno precisamente quiere dar una tranquilidad a la familia, a la ciudadanía en este caso. Es un mensaje de duelo por la violencia, por las muertes, por los que han perdido sus ojos, por la violencia social”, añade.
A partir de esa primera experiencia, el Réquiem por Chile se convirtió en una suerte de concierto itinerante. Unas tres mil personas llegaron el pasado 3 de noviembre al Museo de la Memoria para su segunda presentación, a la que luego se sumaron pasos por Recoleta, Ñuñoa, Quilicura, Maipú y Providencia. Este último fue en la Academia de Humanismo Cristiano, como un homenaje al estudiante Gustavo Gatica y en compañía del cantautor Nano Stern.
Luego de La Florida, estarán a las 18 horas del martes 10 en Lo Hermida y siete días más tarde, en el mismo horario, en La Legua.
“No quisimos olvidar nuestras raíces latinoamericanas, por eso también incluimos ‘Arauco tiene una pena’, ‘El derecho de vivir en paz’ y ‘El pueblo unido’. Hacemos el Réquiem, después hay un minuto de silencio y un espacio para que las familias de las víctimas puedan hablar y después tocamos la música chilena”, explica Osses.
Para ustedes como músicos, ¿qué diferencias tiene con un concierto habitual?
Igor Osses: Obviamente las condiciones no son las mejores. Desde la perspectiva musical es medio complicado, pero hacer una obra tan importante como el Réquiem, con música chilena muy destacada, para un público que no necesariamente ha visto antes a una orquesta o nunca ha tenido ese acercamiento, es súper importante. Estás acostumbrado a hacer el repertorio normal casi como una rutina, pero acá tienes la sensación de ser parte de algo muy importante.
Carolina Muñoz: No tienes que ser un conocedor de la música docta para entender la belleza y el mensaje de la obra. La música habla por sí misma y es un público tremendamente sensible. Hay gente que se nos acerca llorando, nos abraza, nos da las gracias y nos pide que regresemos. Yo creo que eso difícilmente se logra en un espectáculo pagado. Es cierto que nosotros no podemos vivir de esto, pero en este momento este mensaje está mucho más allá de todas las cosas mundanas. Lo hacemos con esfuerzo, lo hacemos felices… más que felicidad, la palabra es con amor, con entrega.
¿Hay algo que haya ocurrido y recuerden de manera especial?
IO: El concierto que hicimos en Maipú. Fue en la Intermodal El Sol, que está destruida, y en ese lugar murió Álex Núñez. Los pobladores se organizaron, le pusieron Centro Cultural Álex Núñez a la estación y nosotros fuimos como los que tuvimos el honor de inaugurar el espacio. También estaba el papá de Abel Núñez, el chico que murió en Plaza Italia, que se acercó a un colega y le dijo que siempre le había gustado la música clásica, que tenía discos, pero su sueño era escuchar una orquesta en vivo. Estaba súper emocionado, porque nunca pensó que iba a cumplir ese anhelo en honor a su hijo muerto. Todos quedamos consternados.
¿Qué va a pasar con el Réquiem por Chile en el futuro?
CM: Hay que evaluar cómo sigue la situación. Siempre dijimos que durante las movilizaciones íbamos a seguir en pie, pero todo va mutando y hay que ver cómo seguimos, cuál será nuestro formato y dónde queremos llegar.
IO: Viene la Navidad y el Año Nuevo y no sabemos qué va a pasar, pero tenemos un mandato muy fuerte de la comunidad para todos los músicos. Así como Chile despertó, también lo hizo desde el punto de vista cultural. Nosotros estamos yendo a las comunidades porque respondemos a las solicitudes de las personas. Ellos nos escriben, se organizan y han tenido el espíritu de convocarnos.
CM: También estamos educando a nuestra gente. Si hay más acceso a la cultura, podrán pedir más espectáculos así a las autoridades. Todas las manifestaciones son importantes, pero que la gente tenga la posibilidad de no recibir siempre lo mismo. Merecen tener un espectáculo de calidad y también es bueno, por qué no decirlo, que las autoridades locales financien este tipo de espectáculos. Nosotros también queremos llegar a la gente.