En una sesión extraordinaria, la nueva Cámara de los Comunes aprobó la primera etapa del proyecto de ley que debe traducir el Tratado de Retirada a la legislación británica.
“Ha llegado el momento de actuar juntos como una nación revitalizada, un Reino Unido lleno de una confianza renovada en nuestro destino nacional y decidido por fin a aprovechar las oportunidades que ahora se nos presentan”, dijo Johnson al presentar el texto.
El debate proseguirá tras el receso de fin de año, pero el calendario fijado por el gobierno prevé que la ley sea adoptada el 9 de enero, con tiempo suficiente para garantizar que el país salga de la Unión Europea el 31 de ese mes sin más retrasos.
El Reino Unido pondrá así fin a 47 años de una complicada relación con la UE y esta, por primera vez en su historia, perderá un país miembro y ganará un poderoso competidor comercial y financiero a sus puertas.
El acuerdo con la UE establece los derechos de los ciudadanos europeos en el Reino Unido y los británicos en la UE, el dinero que le queda a Londres por pagar y cómo mantener abierta la frontera terrestre en la isla de Irlanda. También fija un periodo de transición, hasta el 31 de diciembre de 2020, para que Londres y Bruselas negocien su futura relación.
El texto incluye también disposiciones para permitir que los tribunales inferiores británicos, y no solo la Corte Suprema, puedan anular los fallos del Tribunal de Justicia Europeo.
Decidido por 52% de los votos en un referéndum en 2016, el Brexit, inicialmente previsto para marzo de 2019, fue aplazado tres veces. Desde que, en noviembre de 2018, la anterior primera ministra Theresa May firmó los términos del divorcio negociado durante dos años con la UE, el acuerdo sufrió tres estrepitosos rechazos en un Parlamento fragmentado entre pro y antieuropeos.