De acuerdo a la última Encuesta Longitudinal de primera infancia, 62,5 % de niñas y niños entre 0 y 12 años en Chile recibe algún método violento de disciplina.
Se podría inferir que este porcentaje de niños y niñas no cumplieron con su deber de obediencia y respeto y por ello fueron violentamente disciplinados. Lo mismo ha de haber ocurrido con los a lo menos 150.000 niños y niñas que están bajo la protección de SENAME, según el anuario estadístico del 2018.
¿De dónde viene una idea tan inconcebible? Es como si estuviera analizando la realidad de principios del siglo pasado, en los albores de la discusión sobre si niñas y niños eran personas, a principios del siglo XX, donde incluso los padres, no las madres, podían vender a sus hijos, o explotarles, o esclavizarles, o entregarlos a modo de trueque por un pago mensual a los padres. En fin, es como si estuviera pensando situada en la época en que niñas y niños eran vistos como objeto. Increíble, ¿verdad?
Bueno, por suerte esta no es una idea propia, la concibo a partir de la indicación de la senadora Von Baer a la Ley de protección integral de derechos que se está discutiendo en la Comisión Especial de Infancia del Senado. Ella indica textualmente:
Ya es bastante cuestionable que una senadora de la república, (desafortunadamente no es la única) no conozca lo establecido en los tratados internacionales de DD.HH. ratificados por Chile, en especial, la Convención sobre los Derechos del Niño, que fue el instrumento más firmado por todos los países en Naciones Unidas. Pero no entender que los Derechos Humanos no conllevan deberes como ella plantea, de obediencia, es algo que escapa a mi comprensión.
Por no ser “obedientes” hay más de 60% de niñas y niños violentamente castigados. ¿Le parece bien a la senadora Von Baer, que esos niños y niñas, deben quedarse en silencio, aceptar sin discutir la situación que les toca vivir, porque deben ser obedientes y respetar la decisión de sus adultos, de disciplinarlos violentamente?
Ella agrega, incluso más, no solo las niñas, niños y adolescentes deben obedecer a sus padres, y asumo a sus madres también, sino también a sus responsables legales, o sea, deben obedecer a los y las adultos en los centros de protección bajo la supervisión de Sename, que les abusan, maltratan e incluso les violan sexualmente. Las niñas y niños bajo la protección del Estado están siendo sistemáticamente vulnerados en sus derechos, según el informe del Comité de derechos del niño, entregado a Chile en junio del 2018.
Si bien lo planteado suena irónico, no lo es, pues el resultado, de ser asumida dicha indicación es cercana a lo que he planteado.
La senadora Von Baer nos vuelve a la época en que las mujeres éramos consideradas incapaces y debíamos debíamos obediencia a nuestros maridos, si esto se mantuviera ella no sería senadora, y si lo es por es gracias a la lucha de cientos, miles y millones de mujeres y hombres en el mundo que reconocieron que éramos sujetos de derechos con igual dignidad y capacidad.
La duda que cabe es si la Senadora está pensando en todos y todas los niños, niñas y adolescentes que habitan Chile, es decir, incluye a los hijos e hijas de la élite, a quienes se les enseña desde muy pequeños que deben tener pensamiento crítico, transformativo, innovador, etc. lo que no es posible de lograr si se impone un deber de obediencia, o solo está pensando en las niñas, los niños y los adolescentes que no están llamados a ser críticos e innovadores, sino obedientes, pasivos y respetuosos de las normas impuestas por el poder.
No, senadora Von Baer, todos los niños y todas las niñas tienen la misma dignidad y derechos humanos que todos y todas nosotras y nosotros, y lucharemos hasta que logremos que sean reconocidos como sujetos de derechos, incluyendo a niños y niñas de su propio círculo que merecen ser protegidos contra el “deber de obediencia” de sus progenitores o sus responsables legales.