Daba la impresión que estaba olvidado, pero no. El TPP-11 está listo para discutirse en la Sala del Senado luego de que un día antes del estallido social, el 17 de octubre, la Comisión de Constitución de la Cámara Alta lo aprobara.
Si bien la discusión quedó en suspenso debido a la situación de crisis que vive el país, este lunes el canciller (s) Rodrigo Yáñez llamó al Congreso a aprobar el polémico tratado que agrupa a 11 países con salida al Océano Pacífico.
En entrevista con Emol, Yáñez sostuvo que la crisis china a raíz del coronavirus ha afectado las exportaciones nacionales a aquella nación, por lo que se hace necesario aprobar el TPP para así diversificar la canasta exportadora y los mercados de destino.
“Acá necesitamos que el Congreso también apruebe acuerdos comerciales. Tenemos el TPP11 en el Congreso, que abre oportunidades para tres mil productores distintos, justamente en mercados que hoy día son los que se están viendo para poder desviar exportaciones en el caso de que no puedan entrar a China”, indicó el canciller (s).
Al respecto, Radio y Diario Universidad de Chile contactó al economista y director del área Económica de Fundación de Chile 21, Eugenio Rivera, quien criticó el llamado de la autoridad a aprobar el TPP por razones coyunturales, pues el tratado es de tipo estratégico y, como tal, se debiese esperar el eventual proceso constituyente para tomar una decisión de este tipo.
“El TPP no es un acuerdo que se puede aprobar o no por razones coyunturales como es la crisis que está pasando actualmente China, el TPP es una decisión de tipo estratégica que tiene que ver con lo que es el proyecto de país y su inserción en la economía mundial. Yo creo que ahora el aprobar el TPP resultaría inconducente porque es necesario tomar decisiones más generales tomando en cuenta el proceso constituyente que quizás venga y, en ese sentido, creo que no es oportuno abordar este tema”.
Además, Rivera manifestó que los tratados de libre comercio arrastran consigo múltiples efectos negativos, entre ellos, la falta de democracia, el beneficio solo a las grandes multinacionales, y la desprotección de los trabajadores.
“Más allá de los aspectos positivos que representa la integración económica internacional, existen una serie de dificultades. Sin duda que el proceso de globalización ha carecido de una regulación democrática y eso ha tenido como consecuencia que los principales beneficiarios han sido las grandes corporaciones multinacionales, lo que ha tenido como efecto una falta de inclusividad, pues los trabajadores han sido afectados por el proceso de globalización”.
El TPP-11 ha sido fuertemente cuestionado por organizaciones sociales, entre otras cosas, porque Chile ya cuenta con decenas de tratados comerciales, por lo que acusan de este de innecesario. Además, porque permitiría a las empresas multinacionales demandar al Estado de Chile por eventuales cambios en la legislación, sin la posibilidad de que el Estado demande a las empresas.