“Estoy movilizando todos los recursos federales disponibles, civiles y militares, para parar los disturbios y saqueos, para parar la destrucción e incendios provocados. Y para proteger los derechos de los estadounidenses que respetan la ley”, así, sin más, desde la Casa Blanca, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, amedrentó a los cientos de miles de manifestantes que en más de 30 ciudades han exigido justicia por el asesinato de George Floyd.
Dirigiéndose a todo el país, el mandatario fue más allá: “Estamos siendo atacados por anarquistas profesionales”, dijo para referirse a quienes después que se difundiera el video donde el hombre afroamericano pide clemencia al policía que lo asesinó, salen a las calles gritando su nombre, recordando sus últimas palabras, “no puedo respirar”.
Mientras hacía su discurso, las protestas y enfrentamientos se volvieron a suceder. Tal como anoche, en Washington, los reclamos llegaron a los alrededores de la sede del gobierno, donde con gases lacrimógenos fueron dispersados por los policías.
Adentro, Trump seguía hilando con amenazas sus palabras: Recomendé (a los gobernadores regionales) “desplegar a la Guardia Nacional para tomar las calles” para “detener los disturbios, los saqueos, el vandalismo, los asaltos y la destrucción sin sentido de la propiedad”. En caso de que éstos se nieguen, agregó: “Si una ciudad o estado se niega a tomar las medidas necesarias… entonces desplegaré el ejército de los Estados Unidos”, dijo mientras confirmaba que desde las 19 horas el país completo estaría en toque de queda.
Durante la tarde, en una conversación que tuvo con los gobernadores estatales, y que fue filtrada a través de la prensa, Trump insistió en su diagnóstico de que los manifestantes eran “terroristas” y debían”dominarlos”. De no tomar un enfoque “duro”, les dijo, que implique “enviarlos a prisión por largos períodos de tiempo”, se verían como “idiotas” ante los ojos del público.
“Este es un movimiento. Si no le ponen fin, va a empeorar más y más. El único momento en el que triunfa es cuando ustedes son débiles, y la mayoría de ustedes son débiles”, manifestó Trump en la conversación . “Tienen que arrestar a la gente, tienen que juzgar a la gente, tienen que meterles en la cárcel durante diez años y nunca verán este tipo de cosas de nuevo”, reiteró.
George Floyd, una víctima más del racismo de Estados Unidos
La autopsia independiente confirmó lo que todos los manifestantes salían a decir a las calles: a Floyd, el hombre afroamericano que vivía en Minneapolis, lo mató el exagente de policía Derek Chauvin por asfixia, luego de mantener durante 8 minutos y 46 segundos su rodilla en el cuello de la víctima.
La clemencia implorada por el hombre de 46 años poco importó a los cuatro agentes presentes. Si bien todos fueron desvinculados del cuerpo policial, hasta ahora solo hay cargos contra Chauvin, el homicida.
En su conferencia, Trump se refirió al destino de Floyd, el ex becado universitario de baloncesto que trabajaba como guardia de seguridad en un restauran de Minneapolis, Minnesota. “Prometo dar justicia a la familia de George Floyd, pero no podemos permitir que los manifestantes pacíficos sean desplazados por turbas (…) Como Presidente lucharé por mantener a salvo y proteger a los norteamericanos”.
Sin embargo, las críticas sobre racismo en el país, no son nuevas, la muerte de Floyd tampoco es la primera. Para Valentina Salas, cientista política chilena que vive en Minneapolis desde hace algunos años, lo que está detrás de todo, “es el racismo sistémico y desigualdades raciales que quedan en evidencia, lamentablemente, en esta trágica muerte”.
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La luz de esperanza se enciende con el nombramiento del fiscal Keith Ellison a cargo del caso, quien declaró este lunes estar estudiando procesar a los otros tres agentes involucrados, una de las medidas tomadas por las autoridades locales, regidas por el gobernador Tim Walz.
Los días de Trump
Desde hace algunas semanas, el magnate estadounidense volvió a estar en la mira del mundo. Sus críticas contra la OMS, que terminaron con el anuncio de la renuncia de Estados Unidos a la organización, culpándola del desastre de su país a causa del coronavirus, que ya ha cobrado más de 100 mil víctimas fatales, se suma a su serie de declaraciones en contra de China, algo que ya no sorprende.
Sin embargo, fue con una periodista de ascendencia asiática con quien tuvo un “encontrón” durante una de las últimas conferencias de prensa, donde entregaba detalles del avance del Covid en el país. En la oportunidad, como otras, habló del “virus chino”, frase que fue contrapreguntada por la profesional de la prensa, generando un incómodo momento entre los asistentes.
El capítulo fue otro más en contra de la larga lista de desencuentros con la prensa, pero también de aquellos momentos donde se lo ha acusado por entregar declaraciones racistas, sin medir el impacto de sus dichos.
Lo de ahora, de declarar que sacaría al ejército de ser necesario, levanta, nuevamente las críticas de quienes lo acusan de ser el peor presidente de Estados Unidos, pese a que va camino a una segunda elección.