Este sábado y, a primera hora, un grupo de poco más de 50 personas se reunió en el frontis de la Clínica Santa María, en Providencia, para protestar en contra del actuar de Carabineros que, el pasado viernes, terminó con un joven en el lecho del río Mapocho.
Esta manifestación fue seguida de un banderazo realizado cerca del mediodía en el sector de Baquedano y por un corte de tránsito efectuado por en la calle Bellavista.
Durante la jornada, el general de Carabineros Enrique Monrás, jefe de zona Metropolitana Oeste de la institución, también se refirió al caso, señalando que el joven que cayó a la ribera del río “perdió el equilibrio” cuando un funcionario intentó detenerlo.
“Uno de nuestros carabineros intenta detener a uno de los manifestantes, éste pierde el equilibrio y cae al Río Mapocho (…) En forma inmediata se puso en aviso al SAMU y Bomberos para que fueran a rescatar a esta persona”, explicó la autoridad en una rueda de prensa.
“Esto ocurre en un procedimiento de control de orden público cuando Carabineros estaba siendo agredido. Esto sucedió en una fracción de segundos”, agregó la autoridad.
Mientras, desde La Moneda instruyeron a Carabineros a realizar un sumario administrativo y a apartar al funcionario implicado en el caso de sus labores, mientras se realiza la investigación correspondiente.
Esta información fue corroborada por medio de un comunicado que fue publicado por medio de las redes sociales del Gobierno cerca del mediodía, cuando el muchacho ya había sido trasladado a cuidados intermedios con un diagnóstico de fractura de muñecas producto de la caída.
En ese sentido, Claudio Nash, coordinador de la cátedra de Derechos Humanos de la Universidad de Chile, señaló que “lo que ocurrió en ‘Plaza Dignidad’ es gravísimo”.
“Volver a ver cuerpos en el lecho del río Mapocho es algo que simboliza la brutalidad de lo que estamos viviendo desde el 18 de octubre y que lo emparenta, de alguna manera, con la violencia que se vivió en la dictadura”, puntualizó el académico.
Para el experto, el hecho vivido el pasado viernes tiene distintos niveles de responsabilidad. En primer lugar, destaca el rol del carabinero implicado en el caso, pero también figura la “responsabilidad del todo el piquete que no le prestó auxilio a este joven”.
“Hay responsabilidades del mando que ha insistido en una política de copamiento del espacio público y de represión a cualquier signo de manifestación en torno a la ‘Plaza de la Dignidad’, pero también hay un nivel de responsabilidad política. Carabineros es una institución jerárquica que no se manda sola. Aquí hay responsabilidad del alto mando que no ha tomado las medidas adecuadas para prevenir estos actos”, dijo Nash.
“Es decir, aquí hay un ministro del Interior, del cual depende Carabineros, y hay un Presidente de la república que es la máxima autoridad administrativa y política en este país. Acá ninguna de las responsabilidades políticas ni institucionales ha funcionado adecuadamente y lo que estamos viendo hoy es violencia generada por la impunidad tolerada por quienes deben hacerse cargo de evitar que estos hechos ocurran”, sentenció.
Para Nash, durante la pandemia se ha propiciado un clima proclive a restringir las libertades, lo que no sólo se ha visto reflejado con los aplacamientos de las manifestaciones, sino que también con la extensión del toque de queda: “No es normal que tengamos un proceso constituyente en medio de un toque de queda y en medio de un estado de excepción constitucional que claramente no es una medida de carácter sanitario, sino que es una medida de control social”, afirmó.
Por su parte, Lucía Dammert, la académica de la Universidad de Santiago y experta en seguridad, cuestionó el silencio mantenido desde La Moneda, durante las primeras horas de conocido el incidente: “El 18 de octubre del año pasado aprendimos o deberíamos haber aprendido que el silencio del Gobierno no ayuda (…). Lo que pasó debería haber tenido una respuesta rápida e inmediata del Gobierno”, comentó, añadiendo: “Lo más importante es que esto no quede en una situación de impunidad”.
En esa línea, la investigadora sostuvo que este caso revela que es urgente avanzar en una reforma de Carabineros desarrollada con la participación de la sociedad civil. “Lo que requerimos es una policía que no solamente pueda mantener el orden público, sino que lo haga sin necesariamente avanzar en el escalamiento de la violencia”, comentó la profesional.
“Hay diferentes experiencias donde tienes mecanismos de acción y de colaboración con la sociedad civil. Lo que pasó, en todo caso, no es un tema de falta de protocolos. Allí hay varias cosas que son graves. Uno es el accionar del carabinero, específicamente, luego el retiro de carabineros de la zona. Probablemente antes, el uso de los chorros de agua”, explicó.
Finalmente, Dammert se refirió a la solicitud de renuncia del director general de Carabineros, Mario Rozas. Al respecto, señaló que su remoción no genera un cambio profundo dentro de la estructura de Carabineros, por lo que indicó que debe generarse una reforma mucho más radical.
“Si no se cambia nada más en la estructura, es una noticia de 24 horas. Lo que necesitamos es una hoja de ruta de una reforma policial mucho más integral”, cerró la experta.