Desde la revuelta social, iniciada el 18 de octubre del 2019, los medios de comunicación y, especialmente, los canales de televisión, han sido permanentemente cuestionados por una ciudadanía que ha reclamado más pluralidad en las coberturas.
El último episodio en que la televisión se hizo nuevamente con las criticas ciudadanas ocurrió la noche del jueves, cuando se emitió, por TVN, el programa de investigación periodística Informe Especial, cuyo capítulo estuvo dedicado a la violencia en la protesta social.
Para muchos, y según se dejó ver por redes sociales, la intención del espacio fue criminalizar la protesta, utilizando relatos, imágenes y fuentes para cumplir tal objetivo.
Días antes, un reportaje informó sobre el modo en que La Moneda intentó incidir en la pauta periodística de los canales, luego del estallido sociales.
Ante este episodio en particular y ante el cuestionamiento a los medios, dialogamos con Javiera Olivares, coordinadora del programa de Libertad de Expresión del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile y ex presidenta del Colegio de Periodistas
Por casos como éste, que viene a confirmar una tendencia en los medios, es que Olivares explicó el descontento. A su juicio, se encuentran totalmente desconectados con la realidad de la calle.
“Los medios hoy están en tensión y están tensionados por la propia ciudadanía. Es el pueblo el que ha salido a decir en sus movilizaciones ‘no le creas a los medios’, ‘apaga la televisión’, ‘los periodistas mienten’, lo que es una generalización terrible porque no todos los periodistas hacen mal su trabajo, pero sí ilustra que hoy los medios de comunicación están siendo muy criticados. Eso obedece a que, efectivamente, buena parte de la población siente que los medios se han desvinculado de lo que está pasando en la calle, de distintas interpretaciones que se pueden hacer de lo que, justamente, está pasando en la calle”.
“Si la propia calle critica a los medios de comunicación de la manera brutalmente severa como la está criticando, es porque hay que hacerse la pregunta de si los medios de comunicación están cumpliendo o no con su papel social de ser, ojalá, capaces de entregar voces y miradas pluralistas que reflejen los debates populares”, añadió.
Ante esto, Javiera Olivares destacó la importancia de discutir el papel de los medios de cara a la redacción de una nueva Constitución.
“Con miras a la nueva Constitución ¿vamos a querer establecer alguna institucionalidad que se preocupe del derecho de las audiencias, de las discusiones que las audiencias realizan sobre cómo funcionan los medios, o nos vamos a quedar solo con las redes sociales? Esa es una pregunta que debemos formular en el debate que viene”.
En ese sentido, la académica de la Universidad de Chile llamó a cuestionar a los medios tradicionales, sobre todo, a qué intereses sirven y sobre cuál es, entonces, su rol social.
“Hay que revisar los estándares éticos de los trabajos periodísticos, hay que revisar cuáles son los medios de comunicación con los que contamos, cuánta diversidad tienen, qué propietarios están detrás, qué poderes fácticos están vinculados a esos propietarios. Hay que cuestionar a los medios ad portas de escribir una nueva Constitución. Los medios y el rol social que debieran cumplir para profundizar el debate plural y democrático es algo que tenemos que pensar en cómo va a incidir para la redacción de una nueva Constitución, en cómo se va a plasmar en derechos concretos”.
Respecto al reportaje de TVN, para Olivares hay, a lo menos, cuatro puntos que hacen cuestionable el reportaje. Uno de ellos sería la falta de profundización sobre el porqué de la violencia.
“¿Por qué el programa se posiciona desde una cobertura tan símil a la interpretación de canales y medios privados sobre el estallido social? Es decir, insistiendo bastante en que la violencia se produce, fundamentalmente, en los actores movilizados en las calles, sin cuestionarse por la violencia propia del modelo. Hay una tendencia a criminalizar a estos sectores sin preocuparse por las causas de esa violencia”.
Por otra parte, la académica de nuestra casa de estudios criticó que dicho reportaje no considerara la violencia que, desde el Estado, se ha usado en contra de la ciudadanía.
“Se hace caso omiso a las violaciones a los derechos humanos que se han cometido por parte del Estado. Es decir, hemos conocido asesinatos, violaciones, mutilaciones, presidios y persecuciones que hasta el día de hoy se extienden, que no respetan los derechos mínimos de las personas, y eso no es parte del análisis del programa”.
En otro punto, Olivares cuestionó que “hay imágenes tomadas desde la Primera Línea, in situ, en las mismas movilizaciones. Se podría decir que son un acierto periodístico, sin embargo, teniendo antecedentes como la Operación Huracán o reportajes que hemos visto en el mismo programa Informe Especial a propósito de la causa mapuche, uno tiene el derecho de, a lo menos, cuestionarse el cómo se consiguieron esas imágenes, ¿son policías infiltrados?”
Otra razón de crítica para Olivares es la falta de pluralismo, pues la visión del programa se respalda de analistas que, si bien se complementaron con otros personajes, son reconocidos defensores del modelo. “Se evidencia la falta de pluralismo y de diversidad a la hora de interpretar determinados fenómenos sociales, de interpretar la realidad a través de los medios de comunicación”.
La periodista también hizo una observación respecto de la condición estatal del canal TVN, pues, pese a su condición pública, Olivares consideró que la señal no se diferencia de la competencia privada. Por el contrario, su cobertura editorial se comporta muy similar al resto de las estaciones televisivas.
Javiera Olivares finalizó argumentando que la institucionalidad en Chile con respecto de los medios es muy débil, por lo que hay que fortalecerla en favor de la audiencia, tal como pasa en otras latitudes del mundo.
“Hay otras democracias en el mundo, que tienen otras institucionalidades, que le dan espacio de debate y crítica al funcionamiento de los medios para que las propias audiencias hagan esa crítica, por ejemplo, Defensorías de las Audiencias, Defensores del Pueblo, que en otros países tan cerca, como la propia Argentina, existen. En cambio, en Chile no lo tenemos”.