La Secretaría Regional Ministerial (Seremi) de Vivienda y Urbanismo está desarrollando una modificación del Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS) que tiene como objetivo permitir la construcción del nuevo Hospital Zona Norte de Santiago en el área rural de la comuna de Colina, específicamente en el Área de Interés Agropecuario Exclusivo establecida en dicho instrumento de planificación territorial que permite solamente actividades agropecuarias y agroindustrias que procesen productos frescos, previo informe favorable de los organismos, instituciones y servicios con competencia.
El proyecto de un nuevo hospital para la zona norte de Santiago es de larga data y varias municipalidades, como Renca, Lampa, Quilicura y Colina, habían intentado que la autoridad superior las escogiera para construir esta nueva infraestructura sanitaria y así sus alcaldes aparecieran en la histórica foto de la primera piedra y la inauguración posterior de la obra que será concesionada.
La localización fue decida por el gobierno de Piñera siendo Ministro de Salud Jaime Mañalich luego de un último concurso donde se ofrecieron terrenos para construir el hospital. En concursos previos se exigía que el terreno fuese urbano y compatible normativamente con el proyecto de interés, asunto que no se consideró necesario en este último proceso, nada extraño en este gobierno autodenominado de excelencia.
En las áreas rurales, el artículo 116 de la Ley General de Urbanismo y Construcciones (LGUC) admite siempre la construcción de equipamiento de salud, pero solo si tiene una carga de ocupación inferior a 1.000 personas, que no es el caso del nuevo hospital y por esta razón, la única manera de factibilizar el proyecto en el área rural de Colina es modificar la planificación regional del lugar. Esa modificación requiere aprobar previamente una Evaluación Ambiental Estratégica (EAE), proceso que está en marcha y donde la singularizada Seremi ha recibido diversas observaciones de los organismos competentes.
Recordemos que este cambio en las reglas del juego en el ámbito territorial requiere la aprobación del Gobierno Regional Metropolitano de Santiago cuya cabeza es el intendente Felipe Guevara. Según la información disponible, en la sesión del 23 de julio de 2020 se acordó por unanimidad de los consejeros (as) regionales destinar las 14 hectáreas de terreno rural en Colina para construir el hospital. En rigor el hospital requiere 5 ha, las 9 ha urbanos restantes significarán un aumento mayúsculo de plusvalía para un terreno, actualmente de un privado cuyo nombre es desconocido y donde se cultiva alfalfa.
Pero la ubicación seleccionada por las autoridades no tiene ni tendrá un adecuado nivel de acceso en transporte público para la población que se atenderá en este nuevo hospital, institución sanitaria que debe dar cobertura a los habitantes de las comunas de Independencia, Conchalí, Recoleta, Huechuraba, Quilicura, Colina, Lampa y Tiltil.
Uno de los principales argumentos “favorables” descritos en el informe de la Seremi Minvu para seleccionar el lugar de emplazamiento del hospital es su adecuada conectividad, pues enfrenta vías intercomunales troncales y expresas y se encontraría próximo al Metro de Santiago, a unos 15 minutos en transporte público o privado, y que la vía denominada Camino Coquimbo serviría de acceso local no tarificado, pues está pavimentado en una calzada de 2 pistas, ver páginas 10 a 15 del resumen ejecutivo mencionado.
Esos argumentos fueron los planteados por el alcalde Mario Olavarría al ministro Mañalich unos días antes que se tomara la decisión de localización:
Pero la afirmación sobre la cercanía en transporte público a la red de Metro no tiene en cuenta que las comunas de la provincia de Chacabuco, incluyendo a Colina, no son parte del área de cobertura del sistema Red Metropolitana (ex Transantiago) y que la única opción de acercamiento en Metro para los residentes de la provincia de Santiago requiere utilizar un servicio de transporte rural a través de la Ruta 5 y luego caminar 1 km desde la Ruta 5 hasta el hospital a través de una senda peatonal que debería construirse, pues no existen calles a excepción de la concesionada autopista Acceso Nororiente, que obviamente no es una vía apta para la circulación de peatones.
La necesidad de caminar 1 km desde la Ruta 5 y utilizar buses rurales incrementaría fuertemente el esfuerzo, costo y el tiempo requerido para llegar al hospital, más todavía si se tiene en cuenta que una parte de los enfermos tendrá movilidad reducida y estarán obligados a caminar por un sector rural con sol o lluvia. ¿Habrán ido a terreno esos consejeros regionales que aprobaron la idea de construir el hospital en ese terreno en Colina?, ¿conocen cómo funciona el sistema de transporte público rural en la provincia de Chacabuco? Este columnista tiene la impresión que esas distinguidas autoridades regionales aprobaron sin percatarse de lo relatado.
Es posible suponer la construcción de una parada de buses aledaña al nuevo hospital y nuevos recorridos rurales de buses o taxis colectivos que eliminen la caminata desde la Ruta 5, pero no el pago de una tarifa adicional a la del sistema Red Metropolitana para los usuarios de la provincia de Santiago, que representan nada menos que el 72% de la población que servirá el hospital según el Punto 2.1 del Resumen Ejecutivo.
La concejala de Colina, Soledad Vial, usó argumentos similares para justificar que el hospital debía localizarse en Colina pues ahora sus vecinos deben viajar al hospital San José:
El problema del argumento de la susodicha concejala es que ahora, si prospera esa localización, los que demorarán más de dos horas y gastarán más de $3.000 en ir y volver del flamante nuevo hospital será el 72% de los usuarios.
Corresponde mencionar que la autoridad no tiene previsto incluir a la provincia de Chacabuco en el sistema Red Metropolitana porque hacerlo implicaría subsidios muy significativos por la longitud y baja densidad de usuarios que tendrían los recorridos de buses que conecten esa provincia con la de Santiago. Pero afortunadamente está en construcción un servicio ferroviario suburbano Santiago-Batuco, a través de las comunas de Santiago, Quinta Normal, Renca, Quilicura y Lampa, que entrará en operación en 2025, con un tiempo de viaje estimado entre Santiago y Batuco de solo 23 minutos. La estación más cerca al hospital propuesto será Valle Grande, a 4 km de distancia, la segunda más cercana es Estación Colina a 8 km del hospital.
El terreno rural seleccionado en Colina para el nuevo hospital sí tiene buena accesibilidad en automóvil, pero los que toman las decisiones deberían saber que la inmensa mayoría de los futuros usuarios del hospital no tienen acceso a ese modo de transporte y menos a través de vías concesionadas que cobran subidos peajes a los vehículos que transitan por ellas. Ese tipo de desconexión de la realidad recuerda a un ex Ministro de Salud que declaró públicamente no conocer el nivel de hacinamiento que sufren amplios sectores de nuestra sociedad. Resulta que esa misma autoridad, el conocido Mañalich, fue la que anunció la selección del terreno rural en Colina para el nuevo hospital:
En conclusión, el nuevo Hospital Zona Norte no tendrá un adecuado nivel de acceso para el 72% de la población a la que debe atender, obligando a las autoridades a implementar medidas paliativas permanentes para brindar acceso en transporte público una vez que el hospital esté construido. Pero no es posible asegurar, por ejemplo, que existan empresas de transporte dispuestas a operar servicios rurales hacia el hospital utilizando buses con facilidades para usuarios con movilidad reducida y cobrando una tarifa baja, a menos que reciban subsidios significativos.
Esas medidas deberían ser analizadas y cuantificadas por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia para verificar si la ubicación seleccionada es la que genera el mejor uso de los US$ 250 millones que está previsto invertir en el nuevo hospital. A la fecha, ese ministerio ha solicitado más información al Ministerio de Salud toda vez que son insuficientes los antecedentes entregados. Es más, en el oficio Ord. Nº 0156 de 5 de marzo de 2020 incluido en las observaciones a la EAE, la Seremi de Desarrollo Social y Familia indica respecto de la evaluación social: “Por tanto, respecto de la rentabilidad de la iniciativa, será el Nivel Central quien se pronuncie”. Con este claro pronunciamiento público esa autoridad se desliga de la extraña decisión adoptada por Mañalich.
En nuestra opinión, la que debería ser respaldada por los expertos en la materia y no por un médico, por muy amigo de Piñera que sea, el nuevo hospital se debería ubicar a una distancia caminable de alguna de las estaciones del nuevo sistema ferroviario Santiago-Batuco. En este sentido sería urgente que la Sociedad Chilena de Ingeniería de Transporte, SOCHITRAN, emita un juicio al respecto.
El entorno de la Estación Quilicura resulta la mejor opción para los residentes de todas las comunas que debe servir la nueva infraestructura de salud, teniendo en cuenta el 72% que reside en la provincia de Santiago cuyo acceso a la localización propuesta en Colina es muy deficiente, excepto para aquellos pocos privilegiados que dispongan de automóvil. En ese escenario el aprovechamiento de los recursos públicos que se invertirán en el tren Santiago-Batuco también aumentaría porque se agregaría la reducción del tiempo de viaje de los usuarios del hospital, que se producirá mayoritariamente en horarios fuera de los períodos críticos de la mañana y tarde, cuando existe capacidad de transporte disponible.
Localizar el hospital cerca de alguna de las estaciones del tren Santiago-Batuco permitiría además un acceso eficiente y a bajo costo en transporte público desde amplios sectores de Santiago. Una parte de la población incluso podrá hacerlo en Metro y luego en tren con todas las facilidades que tienen esos servicios para los usuarios con movilidad reducida, que son parte importante de los usuarios de los servicios de salud. Los adultos mayores además dispondrán de tarifa rebajada.
Claro que esta solución significaría desechar de plano el gentil ofrecimiento del terreno por parte del alcalde Olavarría de Colina y dejar sin aplicación las inocentes aprobaciones de los consejeros regionales quienes lamentablemente desconocen cómo funciona el transporte en su región y no parecen ser capaces de idear una mejor forma de aprovechar los recursos públicos que pertenecen a todos los chilenos, pero como decía mi abuelita, nunca es tarde para aprender y siendo así, luego si se aplicara la más elemental racionalidad, esperaríamos que dichas autoridades reculen con un mea culpa del ex ministro de Salud.