Las recomendaciones de la Facultad de Artes

Con una revisión a la performance Ko Ta Mapungey Ka de Sebastián Calfulqueo y al cortometraje Si algo me pasa, los quiero, escrito y dirigido por Michael Govier y Will McCormack, compartimos este espacio denominado “Recomendamos” que la Facultad de Artes de la Universidad de Chile está desplegando en medio del panorama actual para que todas y todos podamos interactuar en torno a las artes, la cultura, el patrimonio, y los temas de interés común.

Con una revisión a la performance Ko Ta Mapungey Ka de Sebastián Calfulqueo y al cortometraje Si algo me pasa, los quiero, escrito y dirigido por Michael Govier y Will McCormack, compartimos este espacio denominado “Recomendamos” que la Facultad de Artes de la Universidad de Chile está desplegando en medio del panorama actual para que todas y todos podamos interactuar en torno a las artes, la cultura, el patrimonio, y los temas de interés común.

Performance “Ko Ta Mapungey Ka”, de Sebastián Calfuqueo

Las frías lágrimas de un pueblo afligido por los abusos inundan el alma que siembra en ellos todas sus esperanzas, cuya fuerza e impulso ascienden desde los abismos mientras el neofascismo imperante continúa extirpando sus últimas gotas de vida; sin embargo, nos remitimos ante la grandeza de un pueblo que hace más de cinco siglos resistió la violencia genocida del conquistador europeo y que, de forma memorable, hasta nuestros días sigue luchando en honor a sus legítimos derechos culturales y territoriales.

Sobre la base de lo antes planteado, nuestro tema remite al valor de ciertas prácticas cuyos lenguajes le dan forma y sentido a una lucha, en ello el arte se posiciona como un fiel aparato de protesta, y por ende, de resistencia. “Ko Ta Mapungey Ka” es una performance que trata el problema del agua en Chile, en ella existe una combinación de técnicas que armónicamente se reúnen en una performance plagada de símbolos, mensajes y gestos que plantean en escena una relación entre la política y lo poético. Esto se evidencia, por ejemplo, en los lienzos que exhiben sobre sus pálidas superficies los artículos cinco y nueve del código de aguas redactado durante la dictadura militar, mientras que paralelamente lo enfrenta otro lienzo con un dibujo del mapa geográfico actual de Chile. Por otra parte, la instalación está conformada también por varias piezas de cerámica que representan el típico bidón industrial de agua, el tamaño de estas piezas varía, y están dispuestas en una tela que puesta sobre el suelo. Es menester agregar que todas las cerámicas expuestas, el dibujo del mapa, e incluso la escritura del código de aguas, están hechos en un color azul muy puro y bello, parecido al azul ultramar.

Dentro de esta obra, existe un momento, un gesto específico que es muy interesante y digno de mencionar: el artista está parado mientras sostiene uno de los bidones con sus manos, el objeto está calado con la palabra “saqueo”, lugar de donde se empieza a escurrir al agua del objeto dejándola caer al suelo. El sonido del agua al caer remonta a la memoria de todos esos caudales, lagos y riachuelos que han sido desolados debido a las políticas extractivistas existentes en el país, remonta a la memoria de la naturaleza nativa que año a año es explotada hasta su destrucción inminente. De esta manera, la imagen provocada por la instalación propone una relación evidente entre la identidad cultural, el territorio y la política neoliberal de nuestro país, cuyos intereses son un inminente peligro para la naturaleza, el medio ambiente, y desde luego, para los pueblos originarios.

Tomás Ascui, estudiante Facultad de Artes de la Universidad de Chile.

Cortometraje “Si algo me pasa, los quiero”, escrito y dirigido por Michael Govier y Will McCormack

 

Dolor. Pena. Silencio. Distanciamiento. Muerte. Consuelo. Amor. Todo junto conforma este cortometraje animado, el que busca generar conciencia sobre los tiroteos en las escuelas de Estados Unidos. El 20 de Noviembre del año 2020, Netflix estrenaría el cortometraje que, en solo 12 minutos, hace posible que los espectadores se emocionen. El cortometraje que anteriormente fue exhibido en festivales como el Indy Shorts International Film Festival y Omaha Film Festival, se mantuvo en tendencia varios días.

En él, se muestra el duelo que vive un matrimonio tras la pérdida de su hija en un tiroteo escolar. La mayoría del cortometraje se desarrolla en blanco y negro, exceptuando los momentos en que recuerdan a su hija. Al principio, observamos el distanciamiento de la pareja tras el tiroteo; se hablan poco y, si lo hacen, es para pelear. La historia avanza y la madre se encuentra sacando un par de prendas de la lavadora y, entre ellas, encuentra una polera pequeña de color azul que, claramente, pertenecía a su hija. Al encontrar la polera y ponerse a llorar, cae una pelota de futbol que entra en la habitación de la pequeña, encendiendo un toca disco que comienza a tocar una canción. La madre camina hacia la habitación y se sienta en la cama. El padre, al escuchar la canción, también se dirige a la habitación y se sienta junto a su esposa. Comienzan a recordar momentos en los cuales su hija estaba presente, desde su nacimiento hasta su décimo cumpleaños, y todo comienza a tornarse de vivos colores. Se ve una feliz familia disfrutando de sus instantes juntos. Cuando llega el momento de que su hija vaya a la escuela, las sombras de los padres, que pueden entenderse como sus espíritus, intentan evitar que entre al establecimiento. Sin poder evitarlo, la niña entra. Luego de unos segundos, se comienzan a escuchar disparos, gritos y sirenas de policías. Aparece en la pantalla un teléfono, en el que se escribe; “si algo me pasa, los quiero”. Las letras del mensaje se transforman en gotas de lluvia que comienzan a caer sobre los padres llorando. El matrimonio se levanta y comienzan a caminar en distintas direcciones. El espíritu de la niña hace lo imposible por juntarlos. Finalmente lo consigue y la pareja se consuela mutuamente, dándose cuenta de que deben apoyarse el uno al otro.

A pesar de que el cortometraje no está basado en una historia real, exhibe lo que sucede detrás de los comunes tiroteos en escuelas de Estados Unidos. El duelo que muchos padres tienen que vivir tras estas terribles situaciones. Los cineastas y animadores captaron la historia que no se cuenta y, a través de cada dibujo, producen en el espectador empatía y ternura. Además, se genera un cuestionamiento sobre la venta de armas en el país y busca educar a la población sobre la violencia armada que existe en las individuos de corta edad.

Amira Valls, estudiante Facultad de Artes de la Universidad de Chile.





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