Múltiples han sido los actores y espacios donde se ha hablado, en los últimos días, respecto al retorno escolar, generándose gracias a las autoridades, una especie de batalla entre quienes están dispuestos a volver y quienes no.
En primer lugar, debo señalar que la discusión sobre la vuelta a clases no es tal, ninguno de los actores claves niega esta necesidad y lo importante que es el aprendizaje presencial de los estudiantes. Además, se debe considerar que volver al colegio no es sólo una cuestión pedagógica, sino también una necesidad para atender la vulnerabilidad y desigualdad extrema de nuestro país.
¿Cuál es el desafío entonces? crear condiciones que permitan un retorno seguro para estudiantes, docentes, equipos directivos, asistentes de la educación y familias. Es ahí donde debemos poner el foco y no en las opiniones de quienes creen que los docentes han estado de vacaciones.
SI bien Chile no es el único país que está teniendo la discusión respecto el retorno, se nos suele comparar con países europeos que ya han regresado a clases de forma presencial, en algunos con una modalidad híbrida -presencial y online- y otros con reducción de jornada. Pero hay que tomar en cuenta las realidades y contextos: no es lo mismo volver a clases en Europa, donde el promedio de estudiantes por docente es de 24, que en Chile, donde esta cifra puede llegar a los 45 alumnos por profesor.
Entonces ¿Qué hacer? Primero, asegurar las condiciones físicas, un desafío tomando en cuenta la realidad de las escuelas del país. Todos hemos pasado por la escuela en algún momento y sabemos que no siempre cuentan con sistemas de ventilación y sanitarios óptimos para asegurar lugares limpios.
Adicionalmente, Unicef y Educación 2020 establecieron 10 medidas que son de toda lógica, partiendo por un retorno a clases en modalidad mixta , para lo que se debe capacitar y entregar el material necesario para estudiantes y docentes, quienes durante la crisis asumieron todos los gastos de la educación a distancia. También se pueden establecer jornadas duales (mañana y tarde) alternando días y niveles y asegurar el transporte sin discriminación por tipo de establecimiento también se hace crucial. Y a todo esto, sin duda , se debe sumar la vacunación completa de docentes, directivos y asistentes de la educación.
Uno de los aprendizajes que nos ha dejado la pandemia es que es necesario tener un Estado robusto que permita tomar decisiones rápidas y acertadas, pero también que la labor de los municipios es crucial, sobre todo al asegurar el bienestar de todos los establecimientos ya sean particulares, subvencionados o municipales y de sus integrantes.
La crisis sanitaria ha reflejado las desigualdades más catastróficas de nuestro sistema; se estima que más de 80 mil niñas, niños y jóvenes dejarán la escuela ¡esto es una tragedia! Por eso todos y todas tenemos que estar dispuestos a brindar las mejores condiciones para un retorno seguro, pertinente y contextualizado según las realidades de cada comunidad. Flexibilizar el sistema educativo es una de las grandes tareas que tenemos por delante.
El autor es candidato a alcalde por Maipú.