Descontrol policial

  • 15-03-2021

Durante las últimas horas hemos asistido a nuevas expresiones selectivas
de violencia por parte de Carabineros. Muy lamentablemente, se ha vuelto
costumbre la arremetida de la Policía contra los profesionales de los medios de
comunicación, muy en especial pero no exclusivamente de medios
independientes, y también contra los sectores populares, donde la irrupción
descomedida contrasta con el cuidado casi escrupuloso cuando se trata de los
sectores económicamente acomodados. Ejemplos tenemos tantos que es difícil
desmentir el punto.

La inaceptable e injustificada detención de la periodista Paulina Acevedo, a
quien desde acá le enviamos toda nuestra solidaridad y apoyo, ocurrió cuando se
retiraba la estatua del general Manuel Baquedano. La arremetida contra un
comedor popular en Villa Francia sucedió en la víspera del primer aniversario de la
muerte del padre Mariano Puga, vecino ilustre y símbolo de la organización
comunitaria en la población. En ambos casos, lo que hubo en común fue una
violencia descomedida, un actuar que pasa directamente a la represión sin un
análisis de lo que está pasando, sin un criterio, sin una gradualidad, todos estos
asuntos que supuestamente estaban contenidos en los protocolos que se iban a
implementar en el caso de que la policía uniformada interviniera en el control del
orden público.

La situación es extendida, es generalizada, y por lo tanto se nos impone el
deber de pasar de la gran cantidad de casos particulares al patrón. Los individuos
carabineros están actuando con descontrol en el resguardo del orden público, con
mucho descontrol según los testimonios confiables que recibimos el jueves en
Plaza Baquedano y el sábado en Villa Francia, por lo que debemos pasar -más
allá de condenar los excesos de las personas- a preguntarnos qué está pasando
con las estructuras de Carabineros en este tipo de casos. Nos preguntamos, por
ejemplo, cuál y por cuánto tiempo es la formación de los policías que participan de
este tipo de operativos. También nos interrogamos por cuáles son los imaginarios
que se les enseñan sobre los periodistas, pobladores o manifestantes, puesto que
vemos una rabia exacerbada en el modo en que los uniformados arremeten contra
ellos. Nos preguntamos también cuáles son las jornadas de trabajo, alimentación y
contención que tienen estos carabineros, puesto que entendemos que su labor es
estresante y sometida a presión y, por lo tanto, requiere que estén especialmente
preparados.

Estas preguntas deben convertirse en tema de debate, en requerimientos
para una respuesta formal de Carabineros y en soluciones urgentes, pues en las
actuales circunstancias el descontrol policial es un peligro para la ciudadanía que
le toca encontrarse con este tipo de desempeño. La detención de la espiral de
violencia pasa de modo importante por eso.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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