Akelarre de Pablo Agüero
La hipnótica película, que entre el castellano y el euskera relata el acecho judicial a cinco jóvenes por su presunta participación en ritos de brujería, es una perfecta oportunidad para ilustrar, aunque sea por atisbo, la desesperada persecución en tiempos de la Inquisición a mujeres que rompían con los cánones tradicionales y patriarcales que la sociedad imponía.
Aunque estrenada en 2020, la producción disponible en Netflix fue galardonada hace apenas unas semanas en los Premios Goya 2021, obteniendo 5 de los 8 reconocimientos a los que fue nominada, entre ellos, mejor dirección artística, mejor música original y mejor diseño de vestuario.
Ambientada en 1604 en las provincias vascas, Akelarre es capaz de sumergirnos en la magia de las historias protagonizadas por las chicas en el bosque cercano al pueblo, mientras que al mismo tiempo advertimos el peligro que representan sus palabras ante mentes rígidas que conjeturan los relatos más oscuros.
La astucia de Ana y sus amigas para enfrentar el destino inapelable de la condena en la hoguera, y el sentido que adquieren sus cánticos “prohibidos” en el nudo final de la obra, son sin duda una secuencia dramática que vale absolutamente cada minuto dedicado.
Por Nadia Iturriaga, periodista de la Facultad de Artes de la U. de Chile
Yoga de Emmanuel Carrère
Yoga (Anagrama), el último libro de Emmanuel Carrère, quien había escrito hasta ahora un puñado de novelas notables que pasaban por alto las medianeras entre ficción y realidad, está compuesta por un recorrido autobiográfico que elude el género de las memorias para concentrarse en los tramos más recientes de su vida. El escritor francés lo hace con total naturalidad, extrayendo de los periplos del existir -con sus pesadillas, sus tedios y sus fugaces destellos de esperanza- lecciones que parecen estar dirigidas a sí mismo, como si rumiara en voz baja ante lectoras y lectores las iniciativas tomadas por un depresivo en sus luchas por la sobrevivencia.
La meditación, el taichí, las monacales temporadas de encierro en centros yoguis, un viaje a la isla de Lesbos, la muerte de los periodistas de la revista Charlie Hebdo a manos de un grupo de musulmanes armados, y el amor, los fracasos, el litio o la autorreflexión en estado nebuloso de lo que significa escribir son parte de este viaje que tiene algo de azar y de capricho, pero que posee la cualidad de despiezar y poner a la vista de las lectores el sinsentido del quehacer en un mundo que brinda cada vez menos chances para la felicidad Yoga está escrito con una espontaneidad que asombra, a golpes de frases cortantes y directas que hacen del propio acto de escribir una mediación leve, ligera, casi imperceptible.
Por Artes Extensión, Facultad de Artes de la U. de Chile