Nuevo presidente del Perú: la esperanza de cambios profundos

“No somos chavistas, no somos comunistas, no somos extremistas, menos somos terroristas… el Perú es emergente y rechazo rotundamente que vayamos a traer modelos de otros países” (Pedro Castillo).

“No somos chavistas, no somos comunistas, no somos extremistas, menos somos terroristas… el Perú es emergente y rechazo rotundamente que vayamos a traer modelos de otros países” (Pedro Castillo).

Con la invocación de “Viva el Perú, viva la Patria”, respondida a viva voz y puño en alto por los congresistas de su partido político, el nuevo Presidente del Perú, el maestro Pedro Castillo Terrones, juró este miércoles 28 de julio como Primer Mandatario constitucional de la República. En una emotiva ceremonia que tuvo lugar al mediodía en el Congreso Nacional, Castillo recibió la banda presidencial de manos de la presidenta de la Mesa Directiva del parlamento, María del Carmen Alva Prieto, en momentos en que -en medio de aplausos y vítores- estallaba el himno nacional peruano: “Somos libres, seámoslo siempre, seámoslo siempre…”. Posteriormente, se tomaría juramento a la vicepresidenta electa en fórmula con Castillo, la abogada Dina Boluarte.

En un país que vive una gran inestabilidad política, social y económica, con cuatro presidentes en tres años, un congreso muy fraccionado (en el que el partido del Presidente, “Perú Libre”, solo contará con 37 de los 130 congresistas), más una alta polarización partidista, no será fácil la tarea que hoy emprende este sindicalista del magisterio, poco conocido para el gran público peruano hasta que fuera presentada su candidatura presidencial… Por eso, tal vez, en su discurso inaugural, que duró exactamente una hora y cinco minutos, sus principales referencias fueran para los temas de salud, educación y reactivación de la economía, recordando que el lema de su campaña fue “no más pobres en un país rico”. Y es que es cierto, Perú es un país potencialmente muy rico pero cruzado por profundas inequidades sociales, un país multiétnico y diverso al que Castillo ha comprometido la esperanza de convertir en una nación más justa.

Ciertamente que en tal marco, la figura del nuevo presidente del Perú, candidato de la izquierda peruana que ofreció cambiar la Constitución por una que permita  lograr la anhelada equidad social y económica, representando la posibilidad de alcanzar efectivamente mejores días para el futuro de los millones de desposeídos de su país. Tradicionalmente, los cambios de mando en el Perú suceden en la fecha en que se conmemora la declaración de su Independencia de la corona española, hecho histórico sucedido cuando el libertador argentino José de San Martín la proclamó el 28 de julio de 1821. Pero esta vez, además, el Perú conmemora un importante hito: el bicentenario de esa independencia sellada con sangre en los campos de batalla de Ayacucho.

No obstante, la llegada de Pedro Castillo al Palacio Pizarro, la sede de la Presidencia peruana, se fue forjando en medio de múltiples dificultades después del balotaje del 6 de junio, siendo proclamado hace apenas una semana por el jurado electoral, que demoró el inusual lapso de un mes y medio en revisar una serie de impugnaciones de votos y apelaciones presentadas por la derrotada candidata derechista-populista Keiko Fujimori, a quien finalmente el profesor superó tan sólo por 44 mil votos en un universo de 18 millones de votantes.

Así las cosas, el Palacio de Gobierno confirmó que la juramentación del importante cargo de Primer Ministro será mañana jueves 29 -precisamente en Ayacucho- y la del resto del gabinete el viernes 30 en Lima. En principio se había dicho que tales ceremonias tendrían lugar a las 17,30 hrs. de este miércoles en el barroco Palacio Pizarro, pero hubo un cambio de determinación, lo que implica que durante 48 horas Pedro Castillo no contará con un gabinete presidencial, algo que fue inmediatamente imopugnado como inconstitucional por sectores de la derecha. Por lo demás, la composición de esa instancia -el gabinete ministerial- fue celosamente guardada, a excepción de los nombre de dos ministros, el de Economía y el de Educación, Pedro Andrés Francke y Juan Cadillo, respectivamente. Algo que puede ser leído como un    mensaje acerca de la voluntad de este maestro cajamarquino por poner el énfasis de su gestión gubernamental en esos dos campos.

Pero no serán los únicos retos que tendrá que enfrentar el ahora Presidente Castillo, porque también deberá lidiar con las presiones de Perú Libre, el partido que preside Vladimir Cerrón, polémico exgobernador del Departamento de Junín, a quien se atribuyen posiciones de izquierda radicalizada. El caso es que  la relación de Castillo con el partido que lo llevó de candidato a presidente es no sólo muy reciente, sino también muy particular. Perú Libre, en opinión de observadores políticos, fue solo un “vientre de alquiler” para Castillo, cuya intención inicial era formar otro partido. Por lo mismo, deberá buscar consensos y demostrar lo buen negociador que puede ser. De ahí que ya ha adelantado que desea mantener una buena relación con el Congreso, en un país que -por otro lado- lleva cerca de 200.000 muertos por efectos de la pandemia de Covid-19. En ese sentido resulta también importante el apoyo emblemático que significa la presencia de varios presidentes y jefes de Estado en la ceremonia de toma de mando de Pedro Castillo. Allí estuvieron los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; de Bolivia, Luis Arce; de Chile, Sebastián Piñera; de Ecuador, Guillermo Lasso; de Colombia, Iván Duque, Felipe VI de España y otros altos personeros de la región. Además, se contó con la presencia del ex mandatario  de Bolivia, Evo Morales.

En tanto, horas antes, en silencio pero con satisfacción, el presidente interino, el ingeniero y escritor, Francisco Sagasti abandonaba el Palacio Pizarro apañado por una altísima popularidad debido a su excelente gestión en la compra y aplicación de vacunas contra el coronavirus.





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