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Arde el Olimpo

La tormenta de fuego que arrasa vastas zonas de Grecia amenazaba en las últimas horas con calcinar el sitio arqueológico de Olimpia, el exacto lugar donde hace 2800 años nacieron los Primeros Juegos Olímpicos de la Antigüedad, en el oeste de la península del Peloponeso. Con temperaturas que han llegado a los 47°C y ante la imposibilidad de aplacar la tormenta de fuego, las autoridades han optado por solicitar asistencia internacional.

Luis Hernán Schwaner

  Jueves 5 de agosto 2021 16:28 hrs. 
IncendiosGrecia

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Más de 110 incendios continuaban devastado este jueves los bosques del país mientras en Atenas una nube de ceniza cubría la ciudad desde hace días. Es que las llamas están calcinando, precisamente, las zonas más turísticas justo en lo más alto de la temporada. Además de la capital, la catástrofe amenaza la isla de Eubea, 200 kilómetros al este de Atenas, y las celebérrimas ruinas arqueológicas de la ciudad-santuario de Olimpia, dedicadas al dios Zeus y por la que cada cuatro años se detenían las guerras para dar paso a los juegos. El mismo lugar desde donde cada cuatro años parte la llama olímpica (aunque, claro, hablar ahora de “llama”, aunque sea la de la antorcha olímpica podría sonar a cruel ironía)… “Estamos haciendo todo lo posible para salvar este lugar sagrado”, dijo el alcalde local Panagiotis Antonakopoulos a la cadena de televisión Open TV. “Después de vidas humanas, nuestra prioridad es salvar nuestra historia”, afirmó.

El país llevaba meses trabajando para recuperar parte del  turismo perdido por la pandemia, importante rubro que significa más del 15% del PIB griego. Pero los extranjeros se han encontrado por estos días con una Grecia oculta bajo una capa de humo, el mismo que ha convertido en misión imposible el combate al fuego debido a que impide la visibilidad a los pilotos de los helicópteros encargados de extinguir las llamas. La mayor ola de calor en décadas implicó que en Atenas las temperaturas hayan alcanzado los 45°C y más, provocados por unas 1.250 hectáreas de pinos calcinados por el fuego. “Es milagroso que no haya víctimas mortales” ha señalado el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis.

En el puerto de Rafina las cenizas caían del cielo y la sensación era triste. A las tres de la tarde de este jueves, los mismos restaurantes que suelen estar llenos de griegos y de turistas, hoy lucían vacíos, mientras la nube de ceniza lo cubre todo. En Eubea, vecinos y turistas han sido evacuados en barcos, dejando atrás un feroz paisaje de llamas con bosques arrasados y bomberos ennegrecidos y agotados, pero vivos. Es que los focos están descontrolados, a pesar de que tanto bomberos como pilotos llevan días intentando sofocarlos.

Así las cosas, el gobierno de Grecia ha pedido ayuda europea a través de los  mecanismos de emergencia previstos para circunstancias como éstas. “Estamos haciendo un esfuerzo titánico”, ha resumido el viceministro de  Protección Civil, Nikos Hardalias. Y recordó que ya en 2018, otra oleada de incendios dejó 80 muertos y casi 200 heridos justo en los alrededores de Atenas, donde poblaciones circundantes debieron ser evacuadas ante el portentoso avance de las llamas y decenas de personas que quedaron atrapadas en la zona cercana al puerto de Rafina debieron salvar la vida zambulléndose obligadamente en las aguas turquesa del mar Egeo.

Sin embargo, Grecia es sólo una parte de la peor ola de calor que afecta a la costa oriental del Mediterráneo en más de 30 años, lo que ha hecho que el mercurio se eleve incluso hasta los 47,1°C en algunas zonas de la península de los Balcanes. En las inusuales y extremadamente altas temperaturas inciden, claramente, los 150 incendios que también afectan a Turquía, avivados en los últimos días por los fuertes vientos. Decenas de personas huyeron en bote en medio de la noche desde la isla de Evia cuando los incendios forestales se extendieron vertiginosos, quemándolo todo a su paso. “Estuvo ardiendo toda la noche. El bosque fue destruido, las aldeas fueron quemadas. Dejamos atrás nuestras casas, dejamos nuestras mascotas”, dijo Christina Katsini, una residente local citada por Reuters. Ocho personas murieron allí.

Otra zona afectada ha sido Pescara, en Italia, donde al menos cinco personas resultaron heridas después de que un incendio obligara a evacuar a cientos de complejos turísticos y hogares. Los expertos afirman que el cambio climático aumenta no solo la frecuencia sino también la intensidad de los incendios. Tal vez por lo mismo las palabras de Hardalias suenan tan inquietantes: “Estamos en una fase de absoluta desregulación climática” dijo, y agregó: “ya no se habla más de cambio climático, sino de amenaza climática”.

(Imagen: RFI – AFP: Louisa Gouliamaki)

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