Luego de que el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio designara al ex alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, como presidente del Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM), distintos gremios se pronunciaron criticando el nombramiento.

Hasta ahora, el cargo era ocupado por la directora de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile, Alejandra Kantor. Sin embargo, luego del anuncio, las organizaciones de la cultura lanzaron una campaña que busca evidenciar el desacierto de la cartera liderada por la ministra Consuelo Valdés. La idea surgió de manera espontánea entre las y los trabajadores de las artes, quienes interpretaron el nombramiento como una incitación. 

La escritora, actriz y vocera de la Red Actrices de Chile (Rach), Nona Fernández, señaló que la designación de Alessandri “es una tremenda provocación” para el sector de la cultura y las artes, sobre todo porque, durante su administración, apoyó propuestas “represivas” y contrarias al derecho a la libre expresión, una de ellas, el proyecto de “Aula Segura”. 

“Nuestros derechos de expresión son parte de nuestros derechos culturales, por lo tanto, eso también quiere decir que él tiene una completa ignorancia respecto de lo que es o son nuestros derechos culturales (…). Él no tiene nada que hacer como presidente del directorio del GAM que, por lo demás, es uno de los centros culturales más importantes y paradigmáticos del país”, dijo la autora de Mapocho.

“Lo entendemos como una provocación también, porque éste es un nombramiento del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, un ministerio que se ha mantenido bastante lejano a las necesidades que el sector artístico ha tenido durante la pandemia. Nos sentimos abandonadas y abandonados. Esto ya no es solamente un abandono, sino que un castigo. Seguimos pensando que no tenemos ministra y esto es una prueba más de eso”, añadió. 

En la imagen, Nona Fernández.

La actriz también indicó que el nombramiento se da en un contexto de profundas transformaciones sociales y que, por lo mismo, el cargo tiene un simbolismo particular: “Todas las personas que asuman cargos en términos culturales deben encarnar estos paradigmas culturales. Tienen que ser personas que tengan una carrera demostrada en relación a la defensa de los derechos humanos. Eso es importantísimo. Es parte de la transformación cultural que estamos viviendo. Ahí Alessandri queda completamente afuera”, dijo.  

“Quien sea denominado presidente o presidenta del directorio del GAM tiene que ser alguien que conlleve un espíritu cultural importante. En este país existen múltiples mujeres y hombres que han llevado un camino relacionado con la cultura, que son gestores culturales, que conocen el desarrollo cultural. ¿Qué puede sumar Felipe Alessandri?”, reflexionó la intérprete. 

Por su parte, Orly Pradena, actriz y presidenta del Sindicato de trabajadores y trabajadoras de artes teatrales de Chile (Sidarte) señaló: “La designación arbitraria en estos cargos, para beneficiar posiciones de ciertos sectores políticos, en desmedro de la utilización de estos cupos por representantes de organizaciones artísticas o la misma comunidad, es una práctica que se ha dado en otros casos en que las organizaciones del sector también han reaccionado”.

“La designación de Luciano Cruz- Coke, por ejemplo, en el directorio del Teatro Biobío es otro caso en que esperamos que las personas mas idóneas intervengan para cambiar este modelo y que en estos cargos estén las personas más competentes. Las corporaciones e infraestructuras que reciben altos recursos públicos deben responder con una estructura que incluya a la población”, dijo. 

Los trabajadores del GAM también expresaron su preocupación frente al nombramiento. Simón Bousquet, integrante de la directiva del Sindicato GAM, manifestó que la designación fue una sorpresa para las y los trabajadores del espacio cultural. Asimismo, indicó que el arribo de Alessandri genera diversas alertas en el ambiente artístico. Primero, porque el abogado “no tiene nada que ver con la cultura” y, segundo, porque su perfil no calza con el espíritu del centro cultural. 

“Representa el ímpetu del Gobierno de castigar a la gente que utilizó el GAM como una forma de expresión cultural y artística después de la revuelta. También es una forma de darle un premio tras la derrota de la Municipalidad de Santiago. El nombramiento también representa que la derecha no tiene ningún personaje ligado a la cultura que pueda hacer ese trabajo. Es totalmente contrario a la cultura que tratamos de expresar a través del GAM”, comentó el dirigente.

“Para nosotros, internamente, representa una preocupación. El presidente del directorio sí toma decisiones importantes y, aunque GAM tiene una línea programática curatorial propia, que es difícil que cambie, el directorio toma decisiones importantes que tienen que ver con los salarios, con los despidos, con los derechos de los trabajadores. Es un puesto político”, dijo. 

Para Bousquet también es importante que el futuro directorio se vuelque a la crisis que enfrenta el sector de las culturas y las artes. Más que dedicarse a sacar adelante el proyecto de la nueva sala del espacio, tarea que según anunció Alessandri sería prioridad durante su gestión, el dirigente indicó que lo urgente es diseñar estrategias que permitan reactivar el circuito: “Es un momento muy de emergencia”, sostuvo.

“La mayoría de los artistas tuvo que dedicarse a hacer otra cosa y a sobrevivir como podían. Entonces, más que la activación de la gran sala, debería haber premura en cómo entregar un fondo de emergencia para los trabajadores que están cesantes, cómo se puede reactivar el sector de la cultura, cómo ponemos en funcionamiento los teatros, los centros culturales, los lugares independientes, cómo se le entrega funcionamiento”, agregó. 

Desde el sector de las artes aún no definen qué tipo de acciones seguirán para manifestar su descontento ante la decisión del Ejecutivo. No obstante, tanto de Rach como el sindicato de GAM expresaron que continuarán evidenciando el desacierto, tal como lo hicieron en 2018 cuando la articulación del sector fue tal, que el escritor Mauricio Rojas sólo ocupó el cargo de Ministro de las Culturas por cuatro días.