A principios de agosto el Ministro de Hacienda Rodrigo Cerda, anunciaba cambios en parámetros del Mepco para amortiguar el alza de bencinas, prometiendo así un alivio para la carga en el bolsillo de las familias, después de 35 semanas al alza del precio de los combustibles. Sin embargo, las modificaciones sólo lograron que la bencina igualara los precios de un mes atrás, mientras seguimos con la presión del alza de los combustibles. Lo que no dijo el Ministro Cerda es que esta rebaja si bien alivia a la ciudadanía en general, es solo un maquillaje temporal al verdadero problema de fondo, quienes más combustibles consumen en Chile, los transportistas e industriales, tienen rebajas enormes o derechamente no pagan impuestos por los combustibles, poniendo más presión al bolsillo de la gente. En esta columna nos concentramos en la necesidad de modificar el sistema de impuestos a los combustibles, el cual beneficia de manera desproporcionada a los grandes consumidores y por ende a los contaminadores. Esta política pública pone en riesgo las políticas necesarias para una reactivación económica que implemente una transformación socio ecológica que permita con urgencia un desarrollo bajo en emisiones de gases de efecto invernadero.
Antes de continuar, conviene aclarar cómo se compone el precio del combustible. El precio al público de los combustibles incorpora dos impuestos: el impuesto al valor agregado (IVA) y el impuesto específico a los combustibles (IEC). El IEC fue creado en 1986 con un objetivo transitorio, de recaudar para reconstruir las carreteras destruidas por el terremoto de 1985, y gravar la venta de gasolinas automotrices, petróleo diésel, gas licuado de petróleo de consumo vehicular y gas natural comprimido de consumo vehicular. En 2020 el 46% del precio final de la gasolina de 93 y el 23% del precio final del diésel correspondía a impuestos. No obstante, el promedio en la última década de la recaudación fiscal por IEC corresponde a un 80% al impuesto a la gasolina, y un 20% al impuesto diésel. Esto quiere decir que usted que echa gasolina a su vehículo paga más que los que consumen más.
Por otro lado, debido a la inestabilidad del precio del combustible creada por los productores globales de petróleo, los cuales funcionan como un cartel, fijando los precios a su entera conveniencia, se creó el Mepco (mecanismo de estabilización del precio de los combustibles), mecanismo que aumenta o disminuye el IEC incluido en el precio que paga la gente normal para los combustibles de sus vehículos. Esto gracias a que el impuesto tiene un componente variable que la autoridad utiliza para subir o bajar el precio, y evitar alzas de más de 6 pesos a la semana y así permitir que las personas puedan adaptarse.
Sin embargo, lo que no se transparenta de la manera adecuada, es que la forma en que se aplica el IEC no es igual para todos los consumidores de combustibles. A las personas comunes y corrientes no se les permite rebajar impuestos de la compra de combustibles, y por otro lado, a los grandes consumidores y contaminadores, si. Las empresas de transporte de carga, por ejemplo, recuperan un porcentaje que puede llegar hasta un 80% del IEC al petróleo diésel comprado durante el año.
El mecanismo actual, por tanto, crea un incentivo perverso, al estimular la declaración de un mínimo ingreso anual a través del régimen de renta presunta para declarar menos ingresos para así recuperar la mayor cantidad posible del IEC que pagaron durante el año, a pesar de que el transporte de carga es responsable del 11% de las emisiones de gases de efecto invernadero en Chile (ASE, 2020). A su vez, las empresas, que ocupan grandes cantidades de combustible, en diversos procesos y usos, especialmente relacionados con la generación de electricidad y calefacción, reciben la devolución del 100% del IEC por el diésel que ocupan para sus procesos de producción. Esto incluye a la minería que está exenta de pagar impuestos a los combustibles porque la Ley considera sólo las fuentes de contaminación fijas industriales y no las móviles, aun cuando este sector es responsable del 9,7% de las emisiones netas de CO2 en Chile (Cochilco 2016).
En resumen, la ciudadanía paga completamente el IEC y ha aportado mucho más en recaudación de impuestos al país que los camioneros y las empresas que consumen grandes cantidades de combustible, quienes tienen incluso la posibilidad de no pagar nada. Esto es particularmente injusto con los territorios extremos que pagan más por el combustible y las zonas de sacrificio socio ambiental que sufren las externalidades de su uso, acopio y refinación.
Sumado a lo anterior, el Estado ya no paga la mantención de las carreteras que justificaron el impuesto en un inicio, especialmente después del proceso de concesión/privatización de las mismas, y al mismo tiempo, los usuarios siguen pagando el IEC y los peajes carreteros. Es más, la recaudación fiscal no se destina a un solo ítem, sino que agranda las arcas fiscales como un gran fondo que se ocupa para financiar todos los distintos programas del gobierno de turno. La gran justificación del por qué se mantiene hoy el IEC, es porque grava una externalidad negativa, la contaminación atmosférica, volviendo el combustible más caro y tratando de desincentivar su uso. Pero el mecanismo actual le da incentivos a los que más contaminan a través de exenciones tributarias, que se traducen en menor recaudación fiscal, perdiendo de tal forma la oportunidad de financiar programas de reactivación económica que permita reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, como podrían ser amplios programa de electromovilidad para transporte público y privado, eficiencia energética y programas de adaptación entre muchos otros.
En Enero de 2021, un grupo selecto de economistas, provenientes de universidades como Harvard, MIT, Oxford, Michigan y Chicago, decanos/as de facultades de economía, ex ministros/as, dentro de los que se encuentran ex presidentes del banco central, ex economistas senior del FMI y algunos pertenecientes a centros de pensamiento como Libertad y Desarrollo (creado por Hernan Büchi y Cristian Larroulet, entre otros) emitieron un informe para comparar las prácticas tributarias en Chile con las que se aplican como estándar en los demás países de la OCDE. Este grupo concluyó de manera unánime que estas exenciones tributarias (rebajas) debían terminarse por dos razones; no se cumple con la función de corregir las externalidades negativas de la contaminación atmosférica porque beneficia a los grandes contaminadores, y en segundo lugar, el Estado de Chile deja de recaudar alrededor de 600 millones de dólares al año (US$88 millones transportistas y US$506 millones a las empresas con fuentes de contaminación fija). Esto debe ser una prioridad en momentos en que la reactivación socioecológica necesita fortalecerse con los mecanismos adecuados de recaudación y aumentar la carga en los sectores que más contaminan.
Ciertamente, esta situación no sólo beneficia financieramente a un par de sectores económicos en desmedro del Estado y por ende a toda la ciudadanía, sino que además les otorga poder político, al mismo tiempo que desincentiva el desarrollo de otros medios de transporte como el eléctrico y debilita la implementación de políticas que disminuyan la contaminación atmosférica. Por tanto, no podemos continuar regalando nuestra salud y la del planeta a los que contaminan más, por eso, exigimos que se instaure el principio del que contamina paga y que se elimine la exención tributaria de manera gradual al 2030.
Desde el Grupo de Reactivación Socio-Ecológica de la Sociedad Civil por la Acción Climática (SCAC), hacemos un llamado urgente a incluir la derogación de las exenciones tributarias a los que más contaminan en los programas de gobierno y a su vez, mejorar las condiciones del transporte público y también el privado no motorizado, para corregir de una vez por todas esta injusticia y hacer más ambiciosos climáticamente los planes de gobierno.
Gustavo Vergara, Fundación Territorios Colectivos
Sam Leiva, Coordinador
Grupo de Reactivación Socioecológica SCAC
Notas:
Agencia de Sostenibilidad Energética (ASE) (2020). Hacia una logística más eficiente y menos contaminante en Biobío. Disponible en: https:// biobiopotencialogistica.cl/webinargirolimpio/
Comisión Chilena del Cobre COCHILCO (2016). Informe de actualización de emisiones de gases de efecto invernadero directos en la minería del cobre al año 2015. En línea: https://www.cochilco.cl/Listado%20Temtico/Infor- me%20GEI%202015%20Versi%C3%B3n%20Final%20con%20RPI.pdf