Pese al paso del tiempo y los nuevos desafíos políticos, sociales y sanitarios que debe encarar la ciudadanía, el consumo problemático de drogas y alcohol sigue siendo uno de los que más causan preocupación.
“Seguimos en una muy grave situación y necesitamos el esfuerzo de todos y todas para que podamos seguir trabajando en este camino preventivo”, fueron las palabras del director del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA), Carlos Charme, tras darse a conocer esta semana los resultados del 14° Estudio Nacional de Drogas en Población 2020.
Dicho estudio, en el que fueron encuestadas más de 16.000 personas entre octubre de 2020 y mayo de 2021, confirmó una tendencia a la baja en el consumo de marihuana y cocaína, pasando de un 12,7% y un 1,0% en 2018, a un 114% y un 0,5%, respectivamente. Además de la estabilización en el consumo de alcohol, pasando de un 43,3% de la población en 2018 a un 44,3% en 2020.
Sin embargo, reportó que el uso de tranquilizantes sin receta médica experimentó un aumento del 1,4% en 2018 al 2,0% en 2020, presentando una mayor prevalencia en hombres que en mujeres.
De hecho, este último panorama también fue advertido en otro estudio elaborado por el Observatorio Nacional de Drogas del Senda publicado en junio de este año, que da cuenta de cómo han afectado la pandemia en el consumo de este tipo de remedios, tales como Clonazepam, Tramal, entre otros.
¿Ha cambiado su consumo de medicamentos sin receta médica como resultado de las restricciones del Covid-19, en comparación con antes del Covid-19? La respuesta: un 53,8% de las personas encuestadas declaró haber consumido más en 2021. En tanto, un 45% dijo haber hecho lo propio en 2020.
De ese 53,8% que afirmó consumir más, la razón principal para justificar esta acción fue por ansiedad, estrés, depresión que general el Covid-19, con un 85,7% del total.
Asimismo, registró una tendencia a la baja en la intención de las personas para buscar algún tipo de ayuda o tratamiento para disminuir o dejar de consumir drogas desde que se introdujeron las medidas por el coronavirus, en la que un 88,5% de los encuestados dijo que no hay cambios o no ha buscado dicho apoyo en 2021.
Sobre esto último, el director del magíster en Intervención en Drogodependencias de la Universidad Central, Rodrigo Goycolea, sostuvo que esta es una situación muy preocupante, puesto que no hay ningún tipo de supervisión y añadió que “hay montón de posibles consecuencias que esto puede llevar, de partida cómo se los consiguen ¿Se los consiguen en la feria? ¿Están adulterados? ¿Son los adecuados? Todo eso pasa cuando te los consigues en el mercado negro y otros riesgos que obviamente las encuestas no los considera porque solo ven prevalencia e incidencia”.
Asimismo, enfatizó que una de las principales restricciones sanitarias que incidieron en esta alza en la ingesta de medicamentos fueron los encierros paulatinos y añadió que, en general, hay un alto consumo de remedios en el país, señalando que “estamos acostumbrados a tratar el síntoma rápidamente y no buscar otra alternativa”.
Por otra parte, el académico respaldó la labor del Senda y el plan gubernamental Elije Vivir Sin Droga lanzado en 2019; sin embargo, consideró que el Estado de Chile aún está al debe en materia de alcohol.
El académico dijo que si bien es un avance la modificación a la ley de alcoholes- promulgada en julio pasado- no es suficiente, luego que en el Congreso no se llegaran acuerdos respecto al alza en los impuestos, publicidad cero y un aumento en las restricciones de venta.
El jefe de la Unidad de Adicciones del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Carlos Ibáñez, mostró una preocupación similar y aseveró que “la noticia de que el alcohol se haya estancado es mala. Nosotros tenemos unos muy malos índices en relación al consumo de alcohol. Para que nos hagamos una idea, alrededor del 10% de las muertes en Chile son atribuibles al alcohol”.
En esa línea, Ibáñez sostuvo que en materias de políticas públicas “ahí hay una deuda muy grande” y afirmó que “hay mucha evidencia internacional respecto de cómo el aumentar los precios a través de los impuestos, prohibir la publicidad del alcohol, disminuir los lugares donde se vende, la disminución respecto a los horarios de venta y la fiscalización para evitar la venta a menores, son todas medidas que son muy efectivas, pero que han sido sistemáticamente frenadas por la industria del alcohol”. Por lo que apuntó a una falta de voluntad política para abordar estas materias. Esto, considerando que la reforma a la ley de alcoholes fue tramitada en el Congreso por casi 20 años.
Con todo, estas aprensiones sobre el consumo problemático del alcohol no son nuevas. Según el Informe Mundial de Situación sobre Alcohol y Salud 2018 de la Organización Mundial de la Salud reportó que Chile es uno de los países con mayor prevalencia de episodios de consumo excesivo de alcohol entre jóvenes de 15 y 19 años.
En tanto, el psiquiatra y jefe del Área de Salud Mental de Vidaintegra, Juan Ariel Zúñiga, advirtió que la situación sobre el uso de drogas sería todavía más seria y dijo que “los números pueden ir variando no sin necesariamente coinciden con la clínica”.
En ese sentido, Zúñiga sostuvo que a nivel nacional “consumimos mucho para la cantidad de habitantes que tenemos y ya somos un polo de venta internacional de drogas de todo tipo. Lo más grave es en los jóvenes que muchas veces consumen múltiples drogas todos los fines de semana, empezando por el alcohol, la marihuana, la cocaína, la metanfetamina, el éxtasis, varias sustancias en una sola noche, terminando intoxicados en los servicios de urgencia de todo Santiago y el país”.
Además, apuntó que a este escenario se le suma la ingesta de benzodiacepinas que dijo “siempre ha existido porque Chile hace rato que viene con cuadros de psiquiatría, sobre todo angustiosa y depresiva bastante altos y ahora con la pandemia esto se intensificó y lo peor de todo es que ya entró a la venta ilegal”.
En cuanto a la evolución en la salud de la gente, el psiquiatra confirmó que “ha aumentado la cantidad de personas que eran sanas y ahora tienen una patología y las que tenían patologías se han hecho más graves. Los pacientes han consumido durante la pandemia mucho más alcohol que nunca y ha aumentado la obesidad de una manera increíble”.
Por lo que el profesional recalcó que “lo concreto es que estamos cada vez peor y no se está tomando ninguna acción concreta. Se necesita una acción rápida, sino la cantidad de enfermos, sobre todo jóvenes, va a ser atroz”.