Aunque el presidente Emmanuel Macron -por estos días fajado en el tema de los migrantes en el Canal de La Mancha con el británico Boris Johnson- se ha asegurado hasta ahora el primer puesto en la elección del próximo 2022 por el Elíseo, pisándole los talones y con muchas posibilidades de entrar en la batalla final están Marine Le Pen, presidenta de Agrupación Nacional y Eric Zemmour quien, de paso, desea arrebatarle a Le Pen el título de líder de la extrema derecha y que, hasta hoy, ni siquiera era candidato oficial.
Condenado judicialmente por su odio a los musulmanes y acusado por varias mujeres de agresiones sexuales, Zemmour acaba de presentar su candidatura a la presidencia con un vídeo en el que promete “salvar” a Francia de la “decadencia”. Hay que notar que este escritor de 63 años, que hizo carrera en Le Figaró y fama en la televisión, ha dicho a sus compatriotas: “Camináis por las calles y no las reconocéis. En la televisión os hablan en un idioma extraño, extranjero (…) Están en los anuncios, las series, los espectáculos, los partidos de fútbol, los libros de vuestros niños. En el tren, el aeropuerto, en el colegio, en las urgencias de un hospital… y entonces tenéis la impresión de estar en un país que no conocéis”, afirmó
El ultraderechista es seguidor de la teoría de la “gran sustitución”, de Renaud Camus, ideólogo del supremacismo blanco que postula que las poblaciones blancas y cristianas están siendo sustituidas por inmigrantes musulmanes. En la presentación de su candidatura, Zemmour culpó a los “políticos de derecha e izquierda” del destino “trágico” que afecta a la gloriosa Francia amenazada por la inmigración.
Detrás de Zemmour aparece Xavier Betrand (13% de los votos), favorito para alzarse con la nominación del partido conservador Les Republicains, que se decide el próximo fin de semana. Bertrand, crítico de la Unión Europea y defensor de un Estado nacional “fuerte”, tiene un perfil más moderado que, por ejemplo Eric Ciotti, otro de los candidatos que están en la pelea en Les Republicains. Ciotti ha dicho en varias ocasiones que, si le dan a elegir entre Macron y Zemmour, votaría por el segundo porque también él considera que “Francia está cambiando por la invasión migratoria”.
Así las cosas, esta semana resultará crucial para determinar el tablero político de Francia, cuando se pone de manifiesto que los partidos políticos de izquierda (incluido el Partido Socialista) tienen escasísimas, sino inexistentes, opciones de participar en la contienda electoral de 2022. Jean-Luc Mélenchon (candidato del partido de extrema izquierda Francia Insumisa) obtendría entre el 7,5 y el 8,5% de los votos, casi empatado con el candidato ecologista Yannick Jadot (entre el 6,5% y el 7,5%), seguido a corta distancia por la socialista y alcaldesa de París, Anne Hidalgo (entorno al 6%).
Lo anterior constituye toda una novedad, por cuanto el informe titulado ”2022, el riesgo populista en Francia”, publicado hace poco más de un mes por la Fundación para la Innovación Política en Francia (Fondapol), a partir de una encuesta a más de 3.000 personas, la sociedad francesa está más a la derecha que nunca. Hasta el 37% de los electores se sitúan a la derecha del arco político (cuatro puntos más que una encuesta similar llevada en 2017), mientras cada vez menos franceses se definen como “de izquierda”: sólo un 20%, mientras que hace cuatro años era un 25%.
El periódico ‘Le Monde’, al analizar qué es lo que desean los franceses que admiran a Zemmour, afirma que ellos conforman “esa derecha que reclama orden, firmeza con la inmigración (…) una derecha acomodada, a veces burguesa, a la que aprecia porque habla alto y fuerte y no tiene miedo a las minorías”. Pero que, en el último momento, afirma ‘Le Monde’, no le votará porque es “demasiado imprevisible” y está “demasiado enfadado”.
Quedan sólo 18 semanas para saberlo. Y el tiempo pasa volando sous le ciel de Paris.