El estudio no se anda con rodeos: 2022 será el año en el que la crisis post-Covid se dejará sentir con mayor intensidad entre los británicos, y es en la primavera boreal cuando parece que será especialmente difícil. Los precios seguirán subiendo, especialmente los de la energía. Se prevé que la inflación sea del 6% en abril, su tasa más alta desde 1992.
Los impuestos también subirán al mismo tiempo, con un aumento del impuesto sobre la vivienda y del tipo de IVA para la hostelería y el alojamiento. También se prevé un aumento de impuestos sobre los dividendos.
Estos efectos combinados tendrán un impacto financiero de alrededor de 1.200 libras por hogar al año. Sin embargo, los salarios seguirán estancados y se prevé que se mantengan en su nivel actual hasta finales del año que viene.
Esto afectará especialmente a las familias con bajos ingresos, que serán las más afectadas por el aumento de las facturas de energía. Para compensar lo que el estudio califica de “catástrofe” en el coste de la vida de los británicos, la Fundación Resolution cree que el Gobierno no tendrá más remedio que compensar recortando los impuestos y bajando el tope del precio de la energía.