Las propuestas para modificar las normas que rigen la Convención Constitucional y la dictación de una nueva Constitución que reemplace a aquella “aprobada” en un plebiscito fraudulento en 1980, bajo el régimen de Pinochet, son desvergonzadas.
A petición de parlamentarios de derecha el Senado invitó a Chile a la Comisión de Venecia, organismo consultivo de la Unión Europea, para que un grupo de juristas opinara sobre varias materias relativas a nuestro proceso constituyente. Las preguntas que se les sometieron no fueron inocentes, por el contrario, eran intencionadas. El informe entregado ha sido una decepción para quienes lo solicitaron: no se pronuncia sobre la opción entre unicameralismo y bicameralismo y por lo tanto no habilita una defensa del Senado y la Comisión de Venecia descarta modificar las reglas vigentes sobre la Convención y el plebiscito. Cito de su informe: “La Comisión de Venecia observa que las reglas en el plebiscito son actualmente claras y han sido conocidas por los ciudadanos y actores políticos. En consecuencia, cambiar estas reglas correrían el riesgo de violar el principio de certeza jurídica”.
A pesar del fracaso de su maniobra los impulsores de la iniciativa de intervenir el proceso constituyente han lanzado una descarada campaña en pro de la idea de introducir en el plebiscito una “tercera” opción. Este intento significará que en las próximas semanas habrá variadas formulaciones destinadas a restar legitimidad al proceso constituyente y a confundir a la ciudadanía. Será un sórdido ejercicio de imaginación alimentado por una incalculable desvergüenza. Con todo, es un hecho positivo que constituyentes que militan en partidos de derecha hayan rechazado estas maquinaciones.
La nueva Constitución podrá ser sin duda modificada, según ella misma establezca, y ninguna de sus normas se exceptuará de esta regla básica. Ese es el camino democrático para quienes no queden satisfechos con algunas de sus normas. Y, como señaló la manoseada Comisión de Venecia, solo cabe una vez realizado el plebiscito y promulgada la nueva Constitución.
La campaña contra la Convención es un descaro y debe ser enfrentada con energía.
Jorge Arrate
Miembro del Comité Ejecutivo de Plataforma Socialista