La Unión Europea (UE) puede respirar con tranquilidad después del triunfo de Emmanuel Macron en las elecciones del pasado domingo, así incluso lo expuso en su cuenta de Twitter la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “Juntos haremos avanzar a Francia y a Europa”, indicó la autoridad.
La segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Francia en donde se disputó la elección entre Marine Le Pen versus Emmanuel Macron, tuvo un resultado que en distintos medios se pudo leer como “histórico”. Principalmente debido al avance de la ultraderecha en el país, puesto que la candidata por el partido Frente Nacional, Marine Le Pen obtuvo el 41% de los votos.
Otro de los aspectos relevantes de esta elección fue el nivel de abstención, cercana al 30 por ciento. Al respecto, el académico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, Gilberto Aranda, sostuvo que ésta situación se debe en primer lugar a la indecisión de parte de las electoras y electores, en relación a la poca representación de sus ideales en los programas de gobierno de ambos candidatos. Mientras que en segundo lugar, se puede atribuir tal resultado al “ambiente de malestar y exigencia de cambio ” que se vivió en Francia los últimos cinco años, más todo el malestar que sumó la pandemia del Covid-19. Cabe destacar, que las elecciones francesas no tenían tal abstinencia desde 1969, proceso electoral que estuvo marcado por las protestas estudiantiles y la paralización de los trabajadores de 1968.
Tranquilidad de la Unión Europea
El triunfo de Emmanuel Macron significó calma para el futuro de la Unión Europea en cuanto a su objetivo de consolidar al bloque, dado la visión europeísta estratégica del presidente reelecto, en un escenario en que la guerra de Rusia y Ucrania representa una gran incertidumbre para el conjunto geopolítico.
“No cabe la menor duda que Macron es parte de lo que es la gobernanza europea y el que da las mejores garantías para el proceso que lleva adelante la Unión Europea”, consignó el académico.
Asimismo, Aranda agregó que el posible triunfo de Marine Le Pen resaltó mucha incertidumbre para la UE, dado que la soberanía y nacionalismo francés en el que se enmarcó su discurso podía haber significado un peligro para el bloque.
“Había muchas más dudas si ganaba Le Pen, que si bien su discurso en cuanto a Europa ha tenido un cambio respecto al 2017, al final está lleno de dudas con respecto al proceso”, destacó el experto.
Además, el analista señaló que el reelecto líder del Palacio del Elíseo era el candidato preferido de diversas autoridades europeas tales como el canciller alemán, Olaf Scholz y el presidente español, Pedro Sánchez.
¿Qué significa para los países latinoamericanos?
Al igual que para el bloque europeo, que el balotaje lo haya ganado por segunda vez consecutiva Emmanuel Macron significa mayores certezas en relación a las relaciones que se mantendrán con los países de Latinoamérica.
Según el analista internacional, por un lado se tenía a una candidata en contra de todos los tipos de globalización y por el otro, a un candidato a favor de la globalización en todas sus dimensiones. “Macron está abierto a llevar a cabo un acuerdo ecológico con los estados. De alguna manera, está a favor de que todos los países europeos asuman una cuota de migración y no se concentre en los países escandinavos o en Alemania; está a favor de los avances en educación, a favor del empresariado y a favor de la inversión extranjera”, declaró el magister en Estudios Internacionales.
De acuerdo con Aranda, que Macron sea el líder francés representa la garantía de dialogar con una Europa que está fuertemente conducida por Alemania y Francia, por lo tanto significa mayores certezas para los países latinoamericanos, como es el caso de Chile en cuanto a la modernización del Tratado de Libre Comercio con la UE.
Del mismo modo, indicó que las diferencias entre ambos continentes podrán ser discutidas dentro del marco del respeto mutuo y las confianzas que permite aquello. Mientras que la interlocución que se pronosticaba si la líder nacionalista hubiera sido la ganadora, era mayormente compleja. “Muchas veces el actor con mayor poder que está desde un discurso nacional hace sentir aquel peso nacional soberanista”, manifestó el académico.
Además, Aranda agregó que en un diálogo con el presidente electo se mantendría de manera asimétrica, es decir, que se podrán concebir desde el reconocimiento de las diferencias entre las sociedades multiculturales y sociedades modernas.